Cambio climático

Bolivia hace duros cuestionamientos al capitalismo durante el inicio del foro climático

Evo Morales hizo un llamado a los movimientos sociales e intelectuales a formar un bloque para derrotar al capitalismo en defensa de la madre-Tierra

LA PAZ.— El presidente boliviano, Evo Morales, inauguró la primera Conferencia Mundial de los Pueblos contra el Cambio Climático con duras críticas al capitalismo y llamados a generar un movimiento mundial que defienda los derechos de la “madre-Tierra”.

“El capitalismo es sinónimo de inanición, el capitalismo es sinónimo de desigualdad, es sinónimo de destrucción de la madre-Tierra (…) o muere el capitalismo o muere la Tierra”, proclamó Morales ante una multitud calculada por los organizadores en 20 mil personas, llegadas de todas partes del mundo.

En medio de un ambiente de fiesta, el mandatario llamó a los movimientos sociales e intelectuales a formar un bloque para “derrotar a ese poder político y económico (capitalismo), en defensa de la madre-Tierra”.

La inauguración oficial fue precedida por una ceremonia ancestral (waj´ta, en lengua indígena aymara) en la que participaron amautas andinos (sabios) y representantes de pueblos indígenas de los cinco continentes.

El acto central fue cerrado con un discurso de Morales, principal impulsor de la cita climática tras la conferencia internacional sobre el clima de Copenhague celebrada en diciembre del año pasado y que consideró un “fracaso”.

Un total de 17 mesas de trabajo trabajarán hasta el jueves en el diseño de recomendaciones y propuestas como la organización de un tribunal de justicia climática para sancionar a naciones contaminadoras, un referendo mundial para frenar acuerdos de las potencias sobre el clima y la creación de un organismo paralelo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para reforzar políticas ambientalistas.

El encuentro termina el jueves con la anunciada presencia de los presidentes Hugo Chávez (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua), Rafael Correa (Ecuador) y Fernando Lugo (Paraguay).

Fuente: La Nación

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