- En el mundo se tienen registradas al menos 160 mil especies de polillas. En México, se contabilizan oficialmente alrededor de 13 mil pero la población podría llegar a las 20 mil especies
Teorema Ambiental/Redacción
Ivonne Garzón Orduña, especialista del Instituto de Biología de la UNAM, se ha especializado en la identificación de polillas en la Colección Nacional de Insectos, bajo custodia de la máxima casa de estudios e incluso en 2019 descubrió una especie denominada Ophthalmoblysis ibarrai, una especie que durante 40 años había pasado inadvertida para otros entomólogos.
Mientras que en 2022, la doctora Garzón Orduña comenzó a estudiar una peculiar polilla de color caramelo, con vivos blancos y plateados. Luego de una meticulosa revisión y apoyándose en observaciones y documentaciones antiguas, la especialista confirmó que se trató de una nueva especie de polilla, a la que denominó Hygrochroma xitle y que es endémica de la Ciudad de México.
Su nombre científico procede del volcán inactivo Xitle que se encuentra en las inmediaciones del Ajusco. El nombre de este insecto se definió a partir de una votación en la que participaron más de cinco mil personas. También se propuso llamar a este lepidóptero Pumita (en honor a la UNAM), Tlalpeña (para honrar su lugar de origen), Cajeta (por su color) y Guajolota (por el platillo).
Las polillas suelen tener cuerpos elegantes, cubiertos de escamas. Sus patrones de coloración varían, desde colores muy vivos, como es el caso de algunas cuyas escamas reflejan rojo, azul o verde, hasta otras con tonos marrones, terrosos y ocres. Algunas especies incluso pueden presentar ocelos, que son patrones circulares que asemejan ojos. Si bien su función sigue siendo estudiada, se cree que ayudan a las polillas a sorprender o distraer a los depredadores.
A lo largo de su cuerpo, las polillas tienen receptores sensoriales que les permiten oler su alimento (usualmente néctar de las flores), percibir las feromonas que las hembras liberan en época de apareamiento, o escuchar a otras polillas o a sus principales depredadores, los murciélagos.
En el mundo se tienen registradas al menos 160 mil especies de polillas. En México, se contabilizan oficialmente alrededor de 13 mil pero la población podría llegar a las 20 mil especies. La Hygrochroma xitle pertenece a la segunda familia más grande de lepidópteros, la Geometridae, que cuenta con más de 20 mil especies en el mundo, las cuales provienen de las orugas medidoras.
Es la misma familia a la que pertenece el “gusano” del Tepozán, el cual se transforma en la polilla llamada Acronyctodes mexicanaria.
La investigadora señaló que estos insectos no son peligrosos ni atraen malos presagios y al contrario, son fundamentales para los ecosistemas, tanto en su faceta de depredador como de presa:
- Son polinizadoras de plantas con flores como las orquídeas, el tabaco y las rosas, son polinizadas por polillas.
- Son bioindicadoras, es decir, su ausencia o sobreabundancia señalan problemas con el ecosistema.
- Mantienen las poblaciones vegetales en un nivel óptimo: al alimentarse de hojas en su estado de oruga, las polillas ayudan a mantener el crecimiento de las plantas dentro del equilibrio necesario para una comunidad.
- Son alimento para otras especies: tanto en su estado de oruga como cuando son adultas, las polillas son alimento de aves y murciélagos, así como de arañas y avispas, entre otros insectos.
Actualmente, las polillas, como otros insectos, enfrentan amenazas como la fragmentación de los ecosistemas, la deforestación, el uso de pesticidas y la destrucción de las fuentes de agua. De igual manera, la luz blanca es una trampa mortal para ellas, ya que no solo las atrae a volar hasta extenuarse, sino que las distrae de la ruta hacia sus parejas o plantas favoritas.
Fotografía: UNAM
