El tiburón blanco, de nombre científico Carcharodon carcharias, es una de las especies más representativas
México, D.F.— Dentro de la amplia variedad de plantas, animales y otros seres vivos que colocan a México como el cuarto país con mayor biodiversidad en todo el mundo, se encuentra uno de sus representantes más emblemáticos y quizá de los más impresionantes que habitan el noroeste del Pacífico mexicano. Sin embargo, pocos conocen su existencia en aguas nacionales y el número aumenta cuando hablamos de quienes ignoran que en el país existe el mejor lugar del mundo para tener un encuentro cercano con el tiburón blanco.
Isla Guadalupe, ubicada en el océano Pacífico a 240 kilómetros del continente, es la isla oceánica de origen volcánico más grande de México y por sí misma un oasis de vida en medio de la nada. Para llegar a este sitio con más de ocho millones de años de antigüedad, es necesario realizar un viaje de aproximadamente 19 horas en barco partiendo desde el puerto de Ensenada, en el estado de Baja California.
Es aquí donde, ubicado en la parte noreste de la isla y protegido del viento que acompaña la corriente de California, un equipo de investigación formado por estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y la asociación civil Pelagios Kakunjá se encargan de estudiar al gran tiburón blanco.
Además de los tiburones, esta zona también es habitada por diferentes especies de mamíferos, de los cuales la poblaciones de elefante marino del norte (Mirounga angustirostris) y de lobo fino de Guadalupe (Arctocephalus townsendii), representan a las especies más emblemáticas en cuestión de conservación de la isla, ya que el establecimiento de la categoría de Reserva de la Biosfera que tiene la región insular, se debe originalmente a la iniciativa para su protección de la cual se encarga actualmente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Existen también otras especies que se han registrado, como una ballena azul (Balaenoptera musculus), un cachalote (Physeter macrocefalus), una jorobada o yubarta (Megaptera novaeangliae) y los poco conocidos zífidos de Cuvier (Ziphius cavirostris), los cuales se asemejan a delfines de nueve metros de longitud, pero con la particularidad de presentar dos dientes semejantes a los de un jabalí al frente de su mandíbula.
El tiburón blanco, de nombre científico Carcharodon carcharias, cuyo significado es “tiburón de dientes afilados”, es una de las especies más representativas, capaz de alcanzar tallas de gran tamaño y que ha sido reconocido popularmente por su protagonismo en películas y libros de ficción. Se caracteriza por ser robusto, su forma particular de torpedo, una coloración de tono gris profundo en su dorso y blanco en su vientre, así como los dientes aserrados y el gran tamaño de su boca.
Aunque el tiburón blanco se distribuye en todos los mares a excepción de los que se encuentran en las regiones polares, éste sólo se presenta en bajas densidades, por lo que es muy raro observarlo. Sin embargo, existen algunos lugares del mundo conocidos como “sitios de agregación”, donde los avistamientos del tiburón son más frecuentes y por lo tanto es posible tener un encuentro con él.
Los sitios conocidos son en su mayoría islas cercanas al continente como las Farallones de California en Estados Unidos, las islas Neptuno de Australia e isla Foca en Sudáfrica. En México, el sitio de agregación donde habita por unos meses la población de esta especie, es precisamente Isla Guadalupe.
En este lugar únicamente los tiburones jóvenes permanecen durante todo el año, ya que al finalizar la temporada de avistamiento en los meses de otoño, los adultos continúan su migración hacia Hawái, en donde permanece varios meses.
La temporada de avistamiento en Guadalupe es de julio a noviembre, por lo que se aprovecha el mayor tiempo posible para registrar el comportamiento de los tiburones. Durante la estancia de investigación, que dura alrededor de tres meses, los investigadores llevan a cabo la observación y registro del comportamiento de los tiburones que se acercan a las embarcaciones, en jornadas que duran en promedio ocho horas al día.
Debido a la lejanía de esta región insular con respecto al continente, durante la investigación el equipo se encuentra casi totalmente incomunicado del mundo; aquí no existen las señales de celulares, ni el internet, mientras que la comida y el agua son transportadas en contenedores para permanecer un tiempo limitado, siendo apoyados en el campo principalmente por las empresas ecoturísticas, que conscientes de la necesidad del estudio para la protección de los tiburones en Guadalupe amablemente prestan todo su apoyo a la investigación.
La población de tiburones blancos en la reserva asciende a más de 149 individuos, entre machos y hembras de diferentes edades y tamaños. De estos individuos, algunos se dejan ver año con año demostrando algo que se conoce como fidelidad al sitio, mientras que otros sólo se han visto una vez.
Fuente: El Sudcaliforniano / Edgar Becerril
