- Estas especies están asociadas a bosques maduros, pero también muchos habitan en el borde de los bosques y en áreas abiertas
Teorema Ambiental/Redacción
En la Ciudad de México se tiene registro de la presencia del búho sabanero, cornudo, así como del tecolote oyamelero norteño, llanero, serrano, del oeste y de ojos oscuros. Las rapaces nocturnas, de la familia Strigidae, son muy importantes en los ecosistemas ya que su actividad como depredadores tope de la cadena trófica, contribuye a darle forma a los ecosistemas naturales, explicó la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México.
La mayoría de estas especies están asociadas a bosques maduros, pero también muchos habitan en el borde de los bosques y en áreas abiertas. Sus principales amenazas son la pérdida y fragmentación de hábitat a consecuencia de las actividades humanas, así como la extracción de especies para el mercado ilegal e incluso los mitos y creencias negativas al asociarlos con la muerte.
Por ello, la Sedema informó que implementa acciones de mejora en espacios naturales con la plantación de más de 35 millones de árboles, arbustos y cubresuelos en distintas zonas, la rehabilitación de más de 600 hectáreas en las áreas naturales protegidas y la creación de humedales, entre otras, con el propósito de contar con ecosistemas sanos y resilientes, e impactar de manera positiva en la vida silvestre, como la avifauna.
Además, pidió a la ciudadanía respetar la vida y los espacios de estas especies silvestres como los búhos y tecolotes que son capaces de girar la cabeza y el cuello hasta 270°, así como de todos los habitantes de flora y fauna que habitamos y compartimos el medioambiente, no solo en la Ciudad de México sino también en el planeta.
Finalmente, como parte de la conmemoración por el Día Internacional de la Conciencia del Búho, el 4 de agosto, la Dirección General de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental, de la Sedema, hizo un llamado a la ciudadanía a evitar la compra de aves rapaces nocturnas como animales de compañía.
Fotografía: Sedema
