Biodiversidad

Plaguicidas afectan al ave bobo café en la costa de Nayarit

  • Preocupada por esta situación, Roxana Torres Avilés, del Instituto de Ecología de la UNAM, lleva a cabo una investigación para ayudar a resolver el problema

Teorema Ambiental/Redacción

En la isla San Jorge (ubicada al norte del estado de Sonora, en el mar de Cortés) y en las islas Marietas (frente a las costas de Nayarit), habita el bobo café, un ave marina de gran tamaño. Aunque estas islas han representado un paraíso para la especie durante mucho tiempo, en los últimos años su población ha disminuido drásticamente.

Se trata de una de las poblaciones más grandes, tanto en México como en el mundo, de esta ave. Preocupada por esta situación, Roxana Torres Avilés, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lleva a cabo una investigación para ayudar a resolver el problema.

Las causas de la desaparición de esta especie pueden ser diversas, y la académica de la UNAM ya tiene algunas pistas. Por ejemplo, en años anteriores se produjo una gran perturbación humana, ya que las personas recolectaban los huevos de las aves. Otras causas podrían incluir un incendio que afectó a gran parte de la población y la sobrepesca.

Por esta razón, la académica inició un estudio para tomar muestras de la zona, evaluar la dieta y el tipo de presas de las que se alimentan las aves. El objetivo es determinar hasta dónde viajan para conseguir su alimento y compararlo con el patrón alimenticio de hace 100 años.

Además, comenzó otra línea de investigación con Alicia González, estudiante de licenciatura, pues encontraron órganos con un color distinto al habitual en los tejidos de las aves, sus huevos y los polluelos. Estos cambios están asociados a compuestos empleados en plaguicidas y pesticidas de uso prohibido.

“¿Estas sustancias químicas podrían influir en la reproducción de la colonia? ¿De dónde provienen estas sustancias que contaminan a las aves?”, se pregunta Roxana.

También se considera la posibilidad de que la introducción de especies exóticas en las islas, variaciones en el ciclo de las lluvias, mal tiempo con huracanes y hasta el cambio climático, puedan influir.

Al identificar estos factores, será posible mitigar o disminuir algunos de los impactos negativos que afectan a las aves. Aunque algunos problemas serán difíciles de resolver, hay otros que sí se podrán abordar y eliminar.

Las aves marinas tienen una larga esperanza de vida y la mayoría establece relaciones de pareja duraderas, lo que hace que su elección sea un proceso complejo e interesante.

Su interés por las aves, recompensado

Roxana Torres Avilés ha dedicado su vida al estudio de las aves. Para la investigadora, ha sido una oportunidad para descubrir la forma de vida de estas especies y los riesgos que enfrentan sus poblaciones.

Ave bobo

Gracias a su dedicación, en 2022, se hizo acreedora de un reconocimiento históricamente otorgado mayormente a hombres: la Medalla William Brewster, concedida por la American Ornithological Society.

Esta sociedad, la más relevante y una de las más antiguas en el estudio de las aves, fue fundada en 1883. Desde 1920, otorga la medalla al investigador que haya contribuido significativamente al conocimiento de las aves en la última década.

Torres Avilés es la segunda latinoamericana en recibir este galardón; previamente, una destacada brasileña fue honrada con él. Roxana recibió la medalla en representación de su equipo de trabajo, con el cual ha colaborado durante años, destacando la participación de sus estudiantes.

Su historia

Desde niña, Roxana sabía que su pasión eran los animales. Pasaba sus vacaciones y fines de semana en un pueblo de Morelos, donde disfrutaba del contacto con la naturaleza, caminaba por el campo y pescaba en el río. Siempre tuvo una predilección por el mar.

Durante sus estudios en biología, se fascinó por la conducta animal. Más adelante, trabajó en el laboratorio de un reconocido investigador.

Comenzó como ayudante voluntaria, atraída por el trabajo cercano al mar y en ambientes que simulaban condiciones naturales. El contacto directo con los animales la cautivó, y desde entonces, las aves marinas se convirtieron en su gran amor. Cada salida al campo le provoca gran emoción y disfrute.

Se ha dedicado al estudio del bobo de patas azules durante su servicio social, doctorado y primeros años como investigadora. Posteriormente, expandió su investigación a otras especies como las fragatas, las ternas y, más recientemente, al bobo de patas cafés, incluyendo al pato arlequín.

Se especializa en cuidado parental, selección sexual y comunicación de las aves, abordando cómo estas eligen pareja, establecen territorio e inician la reproducción.

Fotografía: UNAM Global

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