Especies

Especies patrias ¿o patrióticas?

Irene Romero Nájera*

Con motivo de la celebración del Bicentenario de la Independencia de México, me gustaría exponer el significado de las características de uno de nuestros símbolos patrios, la Bandera de México. Nuestra bandera está constituida por ciertos colores y un escudo central en el que se encuentran plasmadas tres especies que han servido de estandarte para defender y construir nuestra identidad nacional.
Al observar nuestra bandera, distinguimos a simple vista tres colores: el verde, el blanco y el rojo. Estos colores fueron seleccionados tomando como referencia a la bandera del Ejército Trigarante o el ejército de las tres garantías en 1821. El significado original de los colores fue el de “independencia, religión y unión”. En años posteriores, gobernados por el presidente Benito Juárez (1858-1872), el significado cambió a “esperanza, unidad y la sangre de nuestros héroes”.
Si observamos detenidamente en la región central de la banda blanca, encontraremos además, al escudo de la bandera, en el que están representados el nopal, la serpiente y el águila. Estas tres especies fueron importantes para nuestros ancestros prehispánicos. En la leyenda azteca se dice que la señal para reconocer el lugar donde se establecería una nueva ciudad azteca, conocida posteriormente como Tenochtitlan, sería precisamente un águila real posada en un nopal devorando a una serpiente en el centro de un lago. El águila real representa la fuerza cósmica del sol, así como el valor y el poder; el nopal, el paisaje de México y la serpiente, el potencial productivo de la tierra.

El águila real. Esta especie, Aquila chrysaetos, pertenece al grupo de las aves de presa o aves rapaces. Muchas de estas aves se encuentran en peligro de extinción debido a que son animales hermosos que suelen ser entrenados para cazar por lo que el comercio clandestino y el tráfico ilegal han mermado sus poblaciones en vida libre, sin embargo, éste no es el caso del águila real. Según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) en el año 2000 fue catalogada como una especie en bajo riesgo de amenaza y actualmente se encuentra como una especie de menor preocupación para su conservación. La justificación para colocarla en esta categoría es, principalmente, su amplio rango de distribución ya que se encuentra en varios países del mundo, además de que aún hay un gran número de individuos en vida libre por lo que su tamaño poblacional parece ser estable. Dentro del continente americano se reproduce en México, es un ave común en las zonas montañosas del oeste de Estados Unidos y Canadá. Construyen sus nidos en acantilados y barrancas, aunque también pueden seleccionar árboles altos para este fin. Utilizan el mismo nido de un año a otro, sólo le agregan nuevas ramas para restaurarlo. Por lo general, ponen dos huevos y sólo en casos excepcionales ambos polluelos sobreviven. Su dieta se compone de mamíferos, desde roedores hasta venados; para sus crías capturan principalmente aves pequeñas y en época de escasez pueden sobrevivir alimentándose de carroña (restos de otros animales). Al ser uno de los depredadores principales dentro de la cadena alimentaria, el control poblacional que ejercen sobre las poblaciones de sus presas es vital para mantener el equilibrio del ecosistema. El plumaje del cuerpo es de color café oscuro con un toque de dorado en la cabeza y el cuello, dando la ilusión de que porta una corona y joyas de la realeza, de ahí deriva su nombre común. Por su importante simbología en nuestro país fue seleccionada para la elaboración de una moneda que forma parte de la colección “monedas y especies” de edición limitada del Banco de México. Parte de los fondos recaudados por la venta de estas monedas son destinados a diferentes programas de conservación de especies y sus hábitats.

El nopal. Esta especie es endémica de América, existen 258 especies reconocidas, cien de las cuales se encuentran en México. En nuestro país varias especies del género Opuntia se distribuyen en las regiones áridas de la República Mexicana. Dada la versatilidad de esta especie, la podemos encontrar en todo el territorio e incluso en otros continentes, ya que sus requerimientos biológicos no son nada estrictos. Varias poblaciones humanas han sido capaces de trasladar este recurso a sus comunidades y cultivarlas en invernaderos o en parcelas familiares. Además de ser un símbolo para México, también suele ser una especie utilizada en cultivos alternativos para zonas con suelos deteriorados o con deficiencias de agua ya que se sabe que es una planta que rehabilita suelos y enriquece sustratos. Asimismo, es una de las especies con alto valor gastronómico, utilizada en diversos platillos mexicanos.
Del nopal no sólo consumimos sus pencas, sino también sus frutos, mejor conocidos como tunas. A esta cactácea se le atribuyen además de sus propiedades alimenticias y nutrimentales, ciertas propiedades curativas. Desde tiempos remotos ha sido utilizada como verdura en ensaladas y platillos principales, como alimento para ganado en forma de forraje, como postre al utilizar las tunas para fabricar mermeladas, así como complemento en la elaboración de licuados dietéticos. Dentro de sus propiedades curativas, se ha documentado que es un alimento perfecto para combatir la obesidad por su alto contenido en fibra, para la diabetes y el colesterol porque su consumo disminuye las concentraciones de glucosa, colesterol y triglicéridos en la sangre, para combatir enfermedades bacterianas debido a que contiene antibióticos naturales, para combatir desórdenes gastrointestinales y de digestión como colitis y gastritis ya que sus fibras y mucílagos controlan el exceso de ácidos gástricos y protegen la mucosa gastrointestinal. Además, en estudios de laboratorio con roedores, se ha observado que al suministrarles extractos acuosos de nopal a estos mamíferos, se detiene el progreso del cáncer y tumores malignos. Como vemos, esta especie además de tener una importancia ecológica y culinaria, también es una digna representante de la cultura y tradiciones mexicanas.

La serpiente. Dentro de este grupo de organismos encontramos una amplia gama de variantes, desde culebras (que suelen ser no venenosas para el humano) hasta víboras (que poseen venenos poderosos y altamente tóxicos para el humano). Además, hay dos tipos de veneno principalmente, los que son hemolíticos, que destruyen las células de la sangre, y los neurotóxicos, que afectan el sistema nervioso de la presa. Las serpientes pertenecen al grupo de los reptiles, que son considerados como animales de sangre fría, lo cual quiere decir que no regulan su temperatura interna, sino que dependen de las condiciones ambientales externas para calentar o enfriar su cuerpo según lo requieran.
Podemos encontrar serpientes en todo lo largo y ancho de nuestro país y de todo el mundo. Las hay acuáticas, marinas, arborícolas y terrestres; viven en selvas, bosques, desiertos y matorrales, pueden ser de hábitos diurnos o nocturnos. Existen grandes ejemplares (como las boas, anacondas y pitones) o chicas (como las coralillo o la Leptotyphlops carlae parecida a una lombriz). Hay especies vivíparas (cuyos huevos se desarrollan dentro de la madre y al eclosionar, nacen crías vivas) y ovíparas (que depositan huevos fecundados en el ambiente). En México podemos encontrar serpientes venenosas en varios ecosistemas, las más famosas son las coralillo, las víboras de cascabel y las nauyacas, entre otras. El veneno de estas víboras ha sido utilizado además, en la industria farmacéutica para elaborar medicamentos y suero antiviperino. Estos reptiles han sido la inspiración de fobias y leyendas mitológicas. En algunas comunidades indígenas se les atribuyen poderes y propiedades curativas, por lo que son temidas y valoradas al mismo tiempo, sin embargo, la mayoría de los atributos curativos que se les imputa son meras creencias. Incluso en algunos lugares, su carne es consumida y su piel escamosa utilizada para la fabricación de calzado, cinturones y carteras, entre otros artículos. El papel ecológico que juegan las serpientes en el ecosistema es el de control de plagas ya que consumen roedores principalmente, aunque también se han encontrado rastros en su intestino de otras serpientes, ranas, sapos y aves.
Así como estas tres especies, existen muchas más que han sido relevantes para la vida e historia del hombre y que seguirán perpetuándose en la medida en que tomemos las acciones necesarias para su conservación. Finalmente, con respecto a la pregunta que lleva por título este texto, la respuesta es: ambas. Por un lado, las cualidades de estas especies hacen que sean símbolos patrios de nuestra nación y por la otra también, aunque no lo saben, son patrióticas ya que su papel ecológico en los ecosistemas hace que éstos se mantengan en equilibrio y que los procesos ecológicos que se llevan a cabo en ellos continúen con su buen funcionamiento, gracias a todo esto es que se logran preservar los hábitats y sus especies con lo que se beneficia a la conservación de la biodiversidad de todo el país.

* Red de Educadores Ambientales en Michoacán, AC
ronatelma@hotmail.com

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