Esta especie está considerada como el último representante vivo de la familia Antilocapridae en el planeta
Ciudad de México.— El Museo de Historia Natural presenta al berrendo (Antilocapra americana), el herbívoro terrestre más rápido del mundo, que alcanza velocidades de hasta de 95 kilómetros por hora y que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.
El chita americano, único depredador natural que podría capturarlo en una carrera (superaba los 110 km/h en persecuciones cortas), se extinguió hace aproximadamente 10 mil años.
Esta especie está considerada como el último representante vivo de la familia Antilocapridae en el planeta. La especie se originó a mediados del Pleistoceno, hace poco menos de un millón de años, en una época en que debido a cambios climáticos, el ambiente se hizo más seco, generando que los bosques se redujeran y los pastizales, junto con los matorrales, se extendieran rápidamente por todo el mundo.
Están adaptados a los ambientes áridos, donde satisfacen sus necesidades de agua al aprovechar el rocío que se forma al amanecer en las plantas o por medio del contenido de humedad de la flora que consumen, como hierbas, musgos y en ocasiones cactus.
En condiciones extremas pueden reducir considerablemente sus requerimientos de agua al disminuir su consumo de alimento; además, utilizan con mayor frecuencia lugares protegidos del sol y reducen su movilidad para evitar el gasto energético.
Habita principalmente en pastizales desde el sur de Canadá, centro y oeste de Estados Unidos, hasta el norte de México en los estados de Chihuahua, Coahuila, Sonora y Baja California. Desgraciadamente la destrucción de su hábitat y la acción del hombre, lo han puesto en peligro de extinción.
Ven a conocer esta especie en el Museo de Historia Natural de la Ciudad de México el cual abre sus puertas de 10:00 a 17:00 horas de martes a domingo. La entrada general tiene un costo de 25 pesos; para maestros y estudiantes con credencial vigente, 11 pesos; la entrada es libre para adultos mayores.
Fuente: Teorema Ambiental