Biodiversidad

El mundo de los ácaros

Los ácaros (del griego akari, polilla) son seres extraordinarios que causan alergias y diversas enfermedades a los animales (incluidos los humanos) y las plantas, sin embargo se ha descubierto que también tienen su lado benéfico.

Estos arácnidos actúan como bioindicadores ambientales que permiten detectar problemas de contaminación en lagos, mares y bosques, y como bioindicadores de movimientos poblacionales de aves y otros animales.

El doctor Juan Morales Malacara, coordinador del Laboratorio de Acarología Anita Hoffman, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, explicó que estos artrópodos degradan la materia orgánica, con lo cual ayudan a mantener el equilibrio ecológico de sus hábitats.

Además contribuyen a que el suelo de los desiertos y bosques conserve la salud y posibilitan diversas biorrelaciones dentro de las cavernas.

Los ácaros poseen una gran capacidad para adaptarse a las condiciones más extremas. La mayor parte de ellos son microorganismos (miden entre 100 y 500 micrones o micras).

Utilizan el viento como un mecanismo de dispersión pero también se suben al cuerpo de animales corredores (reptiles y mamíferos) o voladores (aves, murciélagos e insectos), para ser transportados a otros lugares que favorezcan su desarrollo.

Morales Malacara señaló que hasta ahora se conocen 60 mil especies de ácaros, aproximadamente, entre los que destacan los de vida libre, los parásitos de animales y plantas.

Fuente: Reforma

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