Ante la falta de aplicación efectiva de la legislación ambiental del gobierno de Canadá el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Conservación de Mamíferos Marinos de México, AC (Comarino), interpusieron una petición de denuncia ciudadana ante la Comisión para la Cooperación Ambiental del Tratado de Libre Comercio (TLC).
La cacería que cada primavera se lleva a cabo en el golfo de San Lorenzo y fuera de la costa de Terranova y Labrador, Canadá, y que es autorizada por el gobierno canadiense para matar focas arpa de entre 12 días y tres meses de edad, hace caso omiso del Reglamento de Mamíferos Marinos Canadiense, que regula cómo se debe “matar” a la foca para que su sufrimiento sea el menor posible y que explica tanto la utilización de las herramientas para matar como los métodos que el cazador debe aplicar a su víctima antes de matar a otro individuo.
El reglamento señala que “ninguna persona puede quitar la piel o desangrar a la foca hasta que haya sido realizada la prueba del parpadeo la cual confirmaría que la foca está muerta”. Sin embargo, en esta brutal matanza, los cazadores hacen caso omiso del reglamento, por lo que, el gobierno canadiense, al no vigilar la correcta aplicación del método previsto, está dejando de aplicar de manera efectiva su Código Criminal (penal) en su Sección 446, en la cual se tipifica como delito el infligir sufrimiento innecesario a los animales.
A pesar de que en 2006 el Departamento de Pesca y Océanos de Canadá autorizó una cuota de 325 mil focas, cantidad que superó a la del año anterior, además de tomar en cuenta que en dicha cuota oficial no están contabilizadas las focas que no mueren conforme al método establecido para cazar, y que miles de focas adicionalmente mueren debido a las condiciones climáticas, el gobierno federal canadiense no contempla este contexto para ajustar o reducir el número de focas a cazar y la realidad es que la cantidad de focas muertas rebasa con mucho a la cuota fijada.
Según un estudio de los científicos del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW), el riesgo para la población de las focas arpa es alarmantemente alto y analizando los métodos con los que el gobierno federal ha actuado, la situación tiende a llegar a un nivel crítico en el cual sería demasiado tarde para revertirlo.
Esto representa un mal manejo tanto para la conservación como para la industria de la cacería de focas. Asimismo, otro estudio científico de investigadores de Greenpeace, muestra que el enfoque del Departamento de Pesca y Océanos de Canadá para el manejo de las focas arpa, amenaza con reducir la población en más de 70 por ciento durante los próximos 15 años.
De acuerdo con Yolanda Alaniz, representante de Comarino, “el gobierno de Canadá tiene un compromiso vinculante en el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte junto con los gobiernos de México y Estados Unidos, por el que se compromete a aplicar de manera efectiva sus leyes y reglamentos en materia ambiental. Dicho compromiso no se está cumpliendo en el caso de la cacería de focas que cada año lleva a cabo ese país”.
Fuente: Cemda
