Agua

En marcha, construcción de parque hídrico La Quebradora, desarrollado por la UNAM

Coordinado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, el parque hídrico La Quebradora, en Iztapalapa, es un proyecto único en el país porque representa un cambio en el paradigma del manejo del agua.

la-quebradoraSe trata, informó el director del IIS, Manuel Perló, de un parque diferente. Se desarrollará como un espacio público, recreativo, de convivencia y de paisaje, pero al mismo tiempo ayudará a resolver los problemas de agua en la zona, caracterizada por la carencia de ese recurso y, paradójicamente, por inundaciones.

Está diseñado para recibir el agua pluvial de la zona de la sierra de Santa Catarina, que normalmente iría a la avenida Ermita Iztapalapa y zonas aledañas, en donde las inundaciones son constantes; también mejorará la calidad y la cantidad del líquido que se infiltra al subsuelo.

Tendrá una inversión de 250 millones de pesos y se ubicará en un predio que estaba abandonado, con una extensión de cuatro hectáreas, localizado en el cruce de Ermita y Avenida de las Minas, al oriente de la delegación.

El parque traerá un beneficio directo para 28 mil personas, pues se duplicará el espacio público al que tienen acceso, de 1.13 a 2.97 metros cuadrados por habitante; de igual manera, se triplicará el arbolado actual con vegetación endémica, informó Loreta Castro Reguera Mancera, de la Facultad de Arquitectura.

Asimismo, mejorará la circulación de la parte sur de la sierra hacia la avenida, y se generará una serie de espacios para fomentar la cultura del agua, indispensable en la Ciudad de México. Junto con el desarrollo de actividades deportivas, se contará con un centro cultural, con un teatro al aire libre, un museo del agua, librería con cafetería, juegos infantiles, áreas para adultos mayores e, incluso, aulas para que los vecinos desarrollen actividades de su interés, detalló.

También se formalizará el comercio, y a través de generar el uso del espacio público y de mejorar la comunicación entre diferentes zonas de la sierra, se promoverá la creación de sitios más seguros. Al respecto, Perló Cohen añadió que La Quebradora puede ser un ejemplo que se podría replicar en otros sitios de la urbe.

La Ciudad de México tiene, por lo menos, 80 puntos similares, algunos incluso más grandes, que pueden cumplir funciones de este tipo. Un ejemplo son los camellones que, bien diseñados, podrían tener una función hídrica y atenuar inundaciones, o los vasos reguladores de agua.

Castro Reguera puntualizó que con el proyecto se incrementará en 35 por ciento el volumen de captación de agua, y se mejorará la calidad del recurso infiltrado al subsuelo mediante filtros y sedimentadores, que harán que el líquido que escurre llegue a dos grandes embalses, y a través de agrietamientos, al subsuelo.

Además de captar la lluvia, se tomará agua residual del drenaje para tratarla por medio de un sistema combinado de planta anaerobia biológica y de humedales. Con ese flujo, se abastecerán las necesidades del propio parque y se obtendrán cuatro pipas extra de agua diarias. La parte eléctrica, bombas e iluminación, funcionarán mediante un sistema de paneles solares.

Para la primera fase constructiva, consistente en movimientos de tierra, edificación de muros de contención y canalización de agua pluvial, se cuenta con 52 millones de pesos, y concluirá en el mes de marzo. La Quebradora podría inaugurarse a mediados de 2018, y para su funcionamiento y mantenimiento se ha diseñado la creación de un fideicomiso.

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