Uno de los más ambiciosos proyectos ambientalistas del gobierno de Arturo Montiel, es el establecimiento de santuarios del agua en la entidad, cuyo principal objetivo es la protección de las fuentes más importantes de generación y almacenamiento de agua, afirmó la secretaria de Ecología, Arlette López Trujillo.
Destacó asimismo que esta medida forma parte de una serie de acciones con visión integral para el cuidado de bosques y cuencas hidrológicas, considerando vocación y conservación de los suelos.
Explicó que, como lo establece la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, un santuario es un área ubicada en zonas caracterizadas por una considerable riqueza de flora o fauna, por la presencia de especies, subespecies o hábitat de distribución restringida, y pueden ser cañadas, vegas, grutas, cavernas, cenotes, caletas y otras unidades topográficas o geográficas que requieran ser preservadas o protegidas.
En este sentido, la responsable del desarrollo de la política ambiental en la entidad, señaló que el primer santuario del agua, la laguna de Zumpango, recientemente entregada a las autoridades municipales y a la comunidad para su manejo una vez rehabilitada, aportará enormes beneficios ambientales, económicos y sociales a la región.
López Trujillo precisó que la conservación de este cuerpo de agua generará un gran impacto en materia ambiental, debido a la diversidad biológica con que cuenta, ya que representa el hábitat invernal para más de 50 mil aves migratorias, cuya conservación es obligatoria debido al Tratado de Libre Comercio y a los compromisos contraídos ante la Comisión de Cooperación Ambiental, que definen 50 sitios estratégicos por cada país involucrado, es decir, 150 en total; además de que el lago protege varias especies de peces y anfibios como el ajolote y la salamandra, que son endémicos de México y que se encuentran en peligro de extinción.
En segundo término, la funcionaria estatal comentó que la conservación de la laguna de Zumpango es esencial para mantener los servicios ambientales de la región, en especial por ser el vaso de captación de aguas residuales y de lluvia, con lo que se evitan las inundaciones y se propicia un microclima, y en tercer término –dijo–, porque tiene una incidencia en la economía regional, toda vez que sus aguas son usadas para el riego de más de 20 mil hectáreas de cultivo.
Destacó que debido a la pérdida de superficies boscosas en la entidad, se han dejado de captar más de 80 millones de metros cúbicos de agua, ya que se calcula que la población arbórea promedio en una hectárea es de 200 árboles y la superficie boscosa actual en alrededor de 894 mil hectáreas.
Nos proponemos, agregó la Secretaria de Ecología, incrementar el volumen de captación de agua, ya que actualmente sólo disponemos de 345 metros cúbicos por habitante, mientras que países como Canadá, Argentina, Indonesia, Turquía y China, entre otros, han logrado incrementar su captación hasta 99 mil metros cúbicos por habitante.
Por último, la funcionaria subrayó que el deterioro ambiental de la cuenca de México ha tenido entre sus múltiples consecuencias, la casi total deforestación de los bosques y la pérdida de lagos y ciénegas del Valle de México, toda vez que se estima que de las 60 mil hectáreas originales, actualmente quedan menos de seis mil en cuerpos de agua naturales y artificiales, como Zumpango, Texcoco, Chalco-Tláhuac y Xochimilco.
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