Agua

Asignación correcta del agua en la agricultura

El riego agrícola utiliza dos tercios de los recursos totales consumidos en el mundo cada año; su uso es mal administrado, ineficaz y está altamente subsidiado. Hay zonas con recursos hídricos en exceso y otras en las que éstos escasean.

En la mayoría de los casos el área cultivada no crece, sino que aumenta la producción y disminuye el porcentaje de la población que trabaja en la agricultura; aun así es el sector menos eficiente en la utilización del agua y también el que tiene menor capacidad de pago; además el uso doméstico tiene prioridad sobre la agricultura.

Con todas estas adversidades la tendencia financiera es a no invertir en el campo, de ahí la importancia de encontrar mejores ventanas de mercado y utilizar la inversión más efectiva. El agua no sólo sirve para que las plantas crezcan, sino también para administrar mejor nutrición, adelantar o atrasar cosechas, como vehículo para compensar las carencias de suelo y para disminuir los efectos de heladas en algunas hortalizas, por ejemplo.

Las acciones por los gobiernos deben ir encaminadas hacia aspectos institucionales, legislación, derechos de agua y a mejorar el manejo administrativo de las entidades locales de operación (distritos de riego).

Los derechos del agua no son inherentes a la tierra, es decir que se pueden trasladar a zonas más rentables independientemente de la industria de que se trata –minera, industrial o agrícola.

La agricultura que recurre al riego va a tener que disminuir la cantidad de agua utilizada por hectárea y por unidad de producto, y la que no lo emplea deberá ser más eficiente en su uso. Se debe considerar la utilización real de aguas de calidad marginal que no son aptas para los otros sectores, desde directamente hasta su tratamiento, deben considerarse planes integrales de uso de agua por región o al menos en convenio entre privados.

Como nota técnica hay estudios referentes a que el agua de buena calidad es indispensable únicamente en algunos periodos fenológicos de cultivos específicos, por lo cual es posible utilizar dos fuentes de agua, una de muy buena calidad para los momentos críticos y otra con mayor contenido de elementos solubles el resto del periodo del cultivo; este procedimiento, curiosamente ha dado lugar a productos de mejor calidad en algunas ocasiones.

Sin embargo, el empresario de agronegocios debe mirar al aumento de la eficiencia del uso del agua en los siguientes rubros:

Aspectos técnicos

1) Aumento de la eficiencia de riego superficial.
2) Cambio de riego superficial a aspersión y localizado.
3) Disminución de las pérdidas en la conducción.
4) Mejoramiento de la distribución de agua para riego.
5) Construcción de embalses de regulación.
6) Producción en hidroponía.
7) Cosecha del agua de lluvia para el secano.
Utilización de aguas de calidad marginal para riego
8) Uso de aguas salinas en forma continua o alternada con aguas de buena calidad.
9) Uso de aguas servidas tratadas.
10) Uso de efluentes agroindustriales e industriales, tratados si fuera necesario.
11) Uso de efluentes mineros tratados.
12) Uso de aguas de mar en forma continua o alternada con aguas de buena calidad.
13) Reuso de aguas de drenaje provenientes de áreas regadas.

Aspectos rentables de la inversión en agua:

1) Fertirrigación
• Control de sectores y costos.
• Trazabilidad de agroquímicos –requerimiento de los supermercados.
2) Disminución de costos por aplicación
• Manejo de estrés en las plantas.
• Ayuda a adelantar o atrasar la cosecha para conseguir mejores precios
3) Estructura de costos definida
Puntos para reflexionar
4) La inversión es grande pero perdurable.
5) Automatización: hasta dónde y cuánto cuesta.
6) Reconversión de los cultivos por unos más rentables y con recuperación de la inversión en un menor plazo.
7) Ciclo productivo vs ciclo financiero.
8) Los cultivos de más corto ciclo productivo tienen menor riesgo.
9) (Re)diseño del sistema de riego.
10) Qué nicho de mercado estoy atacando y cuál me conviene.

El agua no debe de ser un insumo más, ya que es el más importante para la agricultura después de la tierra –aunque con la hidroponía ésta ha pasado a segundo plano–, no se debe considerar un costo más en los suministros, sino un vehículo para la rentabilidad presente y futura; desperdiciar el agua es desperdiciar la inversión realizada y disminuir el valor presente de los huertos.

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