Por redacción
Este miércoles 11 de enero se recuerda que hace 50 años ocurrió la última nevada en la zona urbana de la Ciudad de México.
La mañana de ese día, en 1967, la gente encontró los patios de sus casas, sus autos y las calles cubiertas de un leve manto blanco que alcanzó los cinco centímetros de espesor, incluidos el Paseo de la Reforma y el Zócalo capitalino
La tormenta invernal comenzó dos días antes en el norte del país y avanzó más al sur de lo acostumbrado, alcanzando el Valle de México, no sólo en sus zonas montañosas como el Ajusco, donde la nieve alcanzó 60 centímetros de altura. Sin embargo, en Monterrey la cosa fue peor, los vuelos se suspendieron y muchas personas quedaron incomunicadas.
Los periódicos de la época aprovecharon el clima para consignar la noticia e inmortalizar las escenas, con postales que no se han repetido en medio siglo. Sin embargo, también relataron la muerte de entre 15 y 25 personas a consecuencia del intenso frío y de la falta de ropa adecuada entre los habitantes de la Ciudad.
La gente que vivió el hecho de manera agradable relata que se cubrió como mejor pudo, con dos o tres capas de ropa, pues el frío de la noche anterior fue intenso. Algunos tuvieron una mañana complicada porque sus autos no arrancaban y los niños se quedaron en casa a jugar con la nieve, pues las clases se suspendieron.
Pero la infraestructura del país no estaba lista en muchos aspectos y hubo otros problemas: se desbordó el Río de los Remedios e inundó varias colonias de la delegación Gustavo A.
Madero quedaran inundadas. La carretera a Cuernavaca permaneció cerrada por más de 12 horas y la Presidencia de la República implementó un programa de emergencia con ayuda del Ejército (justo antes de la creación del programa DN-III que funciona actualmente). También hubo cortes en los suministros eléctrico y telefónico .
En una crónica de la época, el periódico La Prensa consignó que un automovilista se enojó porque le arrojaban bolas de nieve a su parabrisas y sacó una pistola.
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