Sostenibilidad

Responsabilidad ambiental que las empresas enfrentarán en 2024

  • Por los retos que representan el cambio climático, la transición energética, escasez de recursos y las políticas ESG

Teorema Ambiental/Redacción

Durante los últimos años se ha incrementado la crisis ambiental, lo que representa uno de los mayores retos a los gobiernos, empresas y sociedad. Los desastres climáticos se presentan con mayor frecuencia e intensidad, debido a esto, las empresas muestran mayor interés por innovar y liderar en la transición hacia prácticas más sostenibles, que consideren los criterios Medioambientales, Sociales y de Gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés), como una acción para asumir una responsabilidad empresarial ambiental.

Dichos criterios definirán durante 2024, parte de los retos y oportunidades para las empresas, ya que se convertirán en el hilo conductor para las estrategias sostenibles que implementen en sus actividades y procesos.

De acuerdo con Georgina Gutiérrez Barbosa, socia del área de Práctica Ambiental del despacho Sánchez Devanny, “el primer reto es el cambio climático, uno de los principales de la humanidad, y así debemos reconocerlo, para tomar las acciones correctas, porque aún estamos a tiempo para realizarlas. Durante los próximos meses el impacto del clima extremo llegará a más hogares y será una preocupación central, por sus efectos en la economía y la vida cotidiana”.

Esto traerá un aumento en los costos de seguros y reparaciones, por lo que las aseguradoras ya incorporan procesos de análisis sobre los riesgos y vulnerabilidad climáticos. En el ámbito empresarial, se considera que, hasta el momento, el clima extremo ha repercutido financieramente en las actividades de muchas organizaciones y cada vez será más común el impacto climático en las actividades empresariales, lo que se confirma con las políticas de Divulgación emitidas por la SEC en marzo.

“Las empresas deben tomar en cuenta el riesgo, y realizar evaluaciones de sostenibilidad y vulnerabilidad al cambio climático, para el desarrollo económico y social. La adaptación a estos ajustes no solo será una necesidad para la continuidad del negocio, sino también una oportunidad para que las empresas puedan innovar y liderar en la transición hacia prácticas más sostenibles”, agregó Gutiérrez Barbosa.

De igual forma resultará importante contar con políticas gubernamentales y programas de apoyo para facilitar la adaptación de la población a la crisis ambiental. Actualmente existen iniciativas por parte de la autoridad, como son los impuestos verdes, dirigidos principalmente a las actividades que generan emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, descarga de aguas residuales con niveles elevados de contaminantes y la extracción de recursos naturales en la entidad, entre otros.

Asimismo, existen diversas normas y programas de transición energética, reducción de emisiones (ej: NOM-163-SEMARNAT-SCFI-2023, Emisiones de bióxido de carbono (CO2) provenientes del escape, aplicable a vehículos automotores nuevos de peso bruto vehicular de hasta 3857 kilogramos), actualización de metodologías de análisis y evaluación climática, entre otras.

Una de las tareas más complejas en el ámbito de ESG para este año, o la responsabilidad ambiental, será el de la sostenibilidad corporativa, relacionada con la vigilancia y gestión de las emisiones, que requerirá a las empresas una alineación entre sus operaciones y las crecientes expectativas de responsabilidad ambiental, durante toda su cadena de producción o suministro.

Esto también ha derivado en que algunas empresas apliquen prácticas poco éticas como el greenwashing, usado para aparentar ser respetuosas con el medioambiente, y con ello lograr posicionarse mejor en el mercado, lo que genera un área gris en las prácticas de informes de emisiones, y que intenta detenerse con regulaciones más estrictas.

El due diligence en las cadenas de suministro se convertirá en una obligación legal para las empresas, la responsabilidad sustentable en todas las etapas de sus procesos, incluyendo proveedores y contratistas, será responsabilidad final de las matrices europeas y americanas.

De acuerdo con la especialista, durante el año se podrán ver los primeros litigios entre compañías que no cumplan con los principios ESG, o con sus obligaciones en las cadenas de suministro. Asimismo, es muy probable que se presenten litigios de derechos indígenas colectivos e individuales, litigios climáticos contra actos que afecten el medioambiente y la biodiversidad, así como aquellos en contra de acciones que no estén dirigidas en cumplir con la Agenda 2030.

Fotografía: pxhere.com

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO