Sostenibilidad

¿Cómo superar los desafíos relacionados con el agua en la agricultura?: FAO

El informe principal de la FAO El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) de 2020 presenta un nuevo examen del déficit y escasez de agua

Teorema Ambiental/Redacción

Roma, Italia, 27 de noviembre de 2020.— Más de tres mil millones de personas viven en zonas agrícolas con altos o muy altos niveles de déficit y escasez de agua, y casi la mitad de estas personas afrontan graves limitaciones. La disponibilidad de recursos de agua dulce por persona ha disminuido en más de un 20 por ciento durante los dos últimos decenios en todo el mundo, lo que subraya la importancia de producir más con menos en el sector de la agricultura, el cual consume más agua en el orbe.

La mejora de la gestión del agua, apoyada por una gobernanza eficaz e instituciones sólidas —incluida la seguridad en la tenencia del agua y los derechos de uso—, que se sustenta en una sólida contabilidad y auditoría del agua, será fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición a escala mundial y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según el informe “El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) de 2020”, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

“Con este informe, la FAO envía un mensaje firme: los déficits y la escasez de agua en la agricultura deben abordarse de inmediato y con audacia si queremos tomarnos en serio nuestro compromiso de lograr los ODS”, destacó el director general de la FAO, Qu Dongyu.

La acción abarca desde la inversión en la recogida y conservación del agua en zonas de secano hasta la rehabilitación y modernización de sistemas de riego sostenibles en zonas de regadío. Estas acciones deben combinarse con las mejores prácticas agronómicas, tales como la adopción de variedades de cultivos resistentes a la sequía y medios de gestión del agua mejorados, en particular instrumentos eficaces para la fijación de precios y asignación del agua, tales como derechos y cuotas sobre el agua, a fin de garantizar un acceso equitativo y sostenible. La contabilidad y auditoría del agua debe ser, no obstante, el punto de partida de cualquier estrategia de gestión eficaz.

Según el SOFA, el logro de los compromisos respecto de los ODS, incluida la meta del Hambre Cero (ODS 2), “todavía puede alcanzarse”, pero solo si se hace un uso más productivo y sostenible del agua dulce y las aguas pluviales en la agricultura, que representa más del 70 por ciento de las extracciones mundiales de agua.

Las conclusiones presentadas en el SOFA 1993 siguen siendo válidas y pertinentes actualmente. Mientras que en el informe anterior se prestaba especial atención al regadío, la nueva edición amplía su alcance para abarcar los desafíos relacionados con el agua en la agricultura de secano, que representa más del 80 por ciento de las tierras cultivadas y el 60 por ciento de la producción mundial de cultivos.

Cartografía de la humedad

La FAO es el organismo responsable del indicador 6.4.2 de los ODS, que mide la presión de las actividades humanas en los recursos naturales de agua dulce, y el SOFA ofrece la primera representación desglosada por zonas sobre cuál es la situación actual —lo cual, al combinarse con los datos históricos sobre la frecuencia de las sequías, permite una evaluación más integral de las limitaciones de agua en la producción de alimentos.

Aproximadamente mil 200 millones de personas, de las cuales un 44 por ciento se encuentra en zonas rurales y el resto en pequeños centros urbanos en el campo, habitan en lugares en los que la gravedad del déficit y escasez de agua plantea un desafío para la agricultura. Alrededor del 40 por ciento de estas personas vive en Asia oriental y sudoriental, y un porcentaje ligeramente mayor en Asia meridional.

África septentrional, Asia central y Asia occidental también se ven gravemente afectadas —en torno a una de cada cinco personas viven en zonas agrícolas con niveles muy altos de déficit y escasez de agua, frente a menos del 4 por ciento en Latinoamérica, el Caribe, Norteamérica y Europa y Oceanía.

Aproximadamente un 5 por ciento de las personas que viven en el África subsahariana lo hacen en condiciones similares, lo que supone que unos 50 millones de personas viven en zonas en las que la grave sequía tiene efectos catastróficos en las tierras de cultivo y pastoreo una vez cada tres años.

En torno al 11 por ciento de las tierras de cultivos de secano en el mundo, o sea, 128 millones de hectáreas, afrontan sequías frecuentes, como también alrededor de un 14 por ciento de las tierras de pastoreo, esto es, 656 millones de hectáreas. Paralelamente, más del 60 por ciento de las tierras de cultivos de regadío, o sea, 171 millones de hectáreas, se ven sumamente afectadas por el estrés hídrico. Un total de 11 países de África septentrional y Asia se enfrentan a ambos desafíos, lo que hace que resulte urgente y necesario adoptar una contabilidad sólida de los recursos hídricos, una asignación clara y tecnologías modernas, así como cambiar a cultivos que consumen menos agua.

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