Expertos opinan que existe un potencial enorme en energías renovables en país sudamericano
BRASILIA.— Mientras varios países invierten cientos de miles de millones de dólares en una economía baja en carbono, considerada como la nueva frontera del desarrollo mundial, Brasil no tiene ni siquiera un modelo nacional, afirman los académicos y los ambientalistas.
En esta carrera, el país tiene las ventajas de la diversidad y las opciones en el pasado (como las apuestas sobre el alcohol e hidrocarburos). Sin embargo, se desperdicia el potencial enorme de energías renovables como la solar, eólica y biomasa, y se mueve lentamente en áreas clave tales como el etanol celulósico, dicen los expertos.
“Tal vez este confort está produciendo una reacción un tanto perezosa, a diferencia de países que presionaron para un cambio urgente de la energía, que están haciendo esfuerzos para diversificar sus fuentes de energía y cambios en los patrones de producción y consumo”, dice el economista Ricardo Abramovay de la USP.
En Brasil, en 2009 sólo el 5 por ciento del total del estímulo fiscal, se centró en el sector productivo “limpio”. Y, según una encuesta realizada por el Ministerio de Medio Ambiente, el gobierno gastó 380 millones de dólares en la investigación.
Fuente: Redacción Teorema Ambiental
