Legislación Ambiental

Buscan tecnificar cultivo de granos en Sinaloa

CULIACÁN, Sinaloa.– Esta entidad es una de las que más alto nivel tecnológico ha alcanzado en sus áreas de producción agrícola. Sin embargo, existen 600 mil hectáreas donde en el cultivo de granos se emplean sistemas anticuados que requieren renovarse.

Los incrementos productivos se han dado básicamente por el empleo de semillas mejoradas, pero no por la aplicación de riego por goteo y tecnificado o el empleo de tecnología en el uso de fertilizantes. En el estado existen 300 mil hectáreas cultivadas con maíz, que todavía se riega por gravedad, se fertiliza en el suelo no directamente en la planta. Otras 100 mil hectáreas de garbanzo se encuentran en situación similar.

Para atender este rezago, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del gobierno estatal impulsa un plan piloto sobre mil hectáreas –con cultivo de garbanzo, frijol, maíz y algodón–, lo que paralelamente abriría un gran mercado a los proveedores de este tipo de implementos.

El titular de la dependencia, Jesús Vega Acuña, señala en entrevista con 2000 Agro que ya se comenzaron a incrementar los apoyos de la Alianza por el Campo para productores que vayan a implantar un sistema de ese tipo en granos y se reducen los dirigidos a legumbres, donde en cinco años se han tecnificado entre 30 y 40 mil hectáreas.

En el plan piloto el apoyo es de siete mil pesos de un costo total de 18 mil pesos por hectárea, lo que vale un sistema de riego por goteo. Esto representa un 40 por ciento de la inversión y el resto es un crédito amparado por la Secretaría de Agricultura del estado.

En el largo plazo, el productor con media tonelada de frijol o una de maíz de incremento productivo puede saldar el crédito, por lo que “además de pagarlo tendrá ingresos mayores”, expresa Vega Acuña.

Los primeros resultados se tendrán en marzo con el garbanzo, en junio con maíz y algunos otros cultivos como el algodón. En Sinaloa existen hasta 45 empresas de fertiirrigación con experiencia de cinco años en la región y garantizan la operación del sistema.

La aplicación de esta tecnología no se registra en ninguna parte del país y existe confianza ya que los sistemas de riego por goteo o tecnificado incrementan su producción y permiten ahorrar agua, la única desventaja radica en el costo, acota Jesús Vega.

En Sinaloa, en 1991 se levantaban tres toneladas por hectárea de maíz, que técnicamente no era rentable, y ahora se obtienen 12 o 13 toneladas en la misma superficie; en trigo se pasó de 3.5 o cuatro toneladas a cinco; en frijol se producen dos toneladas por hectárea; en garbanzo aumentó de una a dos toneladas por hectárea y la expectativa es llegar a tres o cuatro toneladas.

Situación en granos

Sinaloa es el primer productor de garbanzo, con 200 mil toneladas, que representa 80 por ciento del total nacional. De esto, 90 por ciento se exporta a España, Argentina –donde se abrió un mercado muy importante–, Asia y se busca la expansión a Taiwán.

En maíz la entidad ocupa el cuarto lugar nacional en producción, con 2.5 millones, y es el primer productor en áreas de riego. En frijol es el segundo lugar nacional, con 150 mil toneladas, sólo superado por Zacatecas que produce 400 mil toneladas.

Con el Tratado de Libre Comercio vinieron las importaciones y el productor se enfrentó a un comercio con referencia de precios internacionales, cultivos como el algodón, donde éramos y somos muy productivos, cártamo y arroz, desaparecieron porque el precio del mercado no es suficiente para que el productor tenga rentabilidad, por eso optamos por casi todos al maíz o trigo, comenta el funcionario sinaloense.

En trigo la entidad ocupa el cuarto lugar nacional, aunque su producción bajó, ya que la falta de apoyo institucional hizo que disminuyera la producción. Llegó a sembrar hasta 250 mil hectáreas de trigo y disminuyó a 70 o 75 mil hectáreas, con una producción de 350 mil toneladas.

Experiencia de granos en comercialización

En granos existe una comercialización abierta en el mercado libre y el productor sinaloense está muy bien organizado. La Unión Nacional de Productores de Garbanzo tiene su crédito en forma directa, principalmente en Bancomext, que toma el producto de exportación y lo pignora. Le da al productor un anticipo del pago, anota Vega Acuña. En Sinaloa este cultivo pasó de tres o cuatro mil hectáreas a 100 mil.

En frijol, cuando desapareció Conasupo el productor creyó que también sería su fin, ya que esa institución compraba el producto a buen precio. Con esto quedó fuera del control el mercado; se empezó a recuperar el año pasado cuando se vendió a 4.50 el kilo, que es bajo, pero todavía había volúmenes  de Conasupo, que se agotaron el año pasado. Ahora el productor está recibiendo nueve pesos. Hay esquemas de comercialización muy claros, se formó la integradora estatal con sociedades de productores para comercializar el frijol, apunta Vega Acuña.

En maíz, trigo y cártamo los precios internacionales y las importaciones han provocado muchos problemas en la comercialización. Los dos primeros tienen apoyos presupuestales que hasta el año pasado llegaron al productor vía subasta. “Se negociaba con la secretaría un precio al productor, este último hacia arriba y el gobierno hacia abajo. Era un pleito y un desgaste político y social en lo que fue sorgo de Tamaulipas; trigo de Sonora y maíz de Sinaloa”, refiere el funcionario.

Los productores consideran que los apoyos que les daban no eran suficientes y el gobierno no tenía para más, porque se hacía por medio de subastas. Una vez negociado un precio con el productor, Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) decía: quién quiere comprar maíz de Sinaloa para pagar al productor mil 500 pesos o trigo en Sonora a mil 550 pesos. En las subastas el agricultor sabía el precio que se le iba a pagar.

Allí comenzaba la distorsión –apunta Jesús Vega–, porque muchas empresas revisaban costos, pero de forma singular, porque había gente que decía: para darle al productor mil 500 del maíz, le pido a Aserca 200 y otro 400 y otro 600. Era un desorden y quedaba a juicio de Aserca decidir a quién daba el apoyo y el monto del mismo.

“El que compraba con un apoyo de 600 pesos, le daba mil 500 al productor, pero Aserca le daba 600, en realidad el comprador ponía 900; el que tenía un apoyo de 200 de su bolsa sacaba mil 300, lo que provocaba que llegara al mercado terminal una gran variedad de precios que hacía que nunca supiéramos cómo quedaba el mercado”, puntualiza.

Javier Usabiaga, actual titular de la Secretaría de Agricultura, fue también secretario de desarrollo y “el año pasado y antepasado todos los secretarios de desarrollo gritábamos que este esquema no debería seguir”, recuerda Vega.

El nuevo esquema de comercialización

Ahora ya no se aplicará el esquema de subasta, sino que los productores primero irán a buscar un precio en el mercado. El apoyo se fijará tomando en cuenta costos, utilidad y porcentaje de inflación, “restándole a esa cantidad el mercado en el apoyo. La regla del juego es que vamos a buscar en primera instancia el mercado y luego el apoyo”, explica Jesús Vega.

Si para cubrir sus costos y utilidad el productor necesita vender a mil 500 pesos, verá cuánto le da el mercado y si éste le ofrece mil 300, el apoyo es de 200 pesos. “Primero debemos sacarle el dinero al mercado y creo que los productores están de acuerdo con eso”, manifiesta el funcionario.

En la pasada Expo-Agro Sinaloa, los productores externaron a Usabiaga Arroyo su preocupación porque el maíz del estado y el trigo de Sonora son volúmenes muy altos, 2.5 millones de toneladas y 1.7 millones, respectivamente, que salen en mes o mes y medio.

Este esquema se va a probar y no sabemos cuáles serán los resultados. El productor está de acuerdo con el programa, en buscar el mejor precio de mercado, pero le pidió al secretario de Agricultura que no nos deje solos, asevera Jesús Acuña.

La propuesta es analizar el precio de costos del cultivo, se incrementan costos por utilidad e inflación y, por ejemplo, se fija un precio de mil 550 pesos en maíz; el gobierno dice que para alcanzarlo se requiere obtener en el mercado mil 150 pesos y programa 350 pesos de apoyo, pero la preocupación es si no se encuentra a ese nivel. Si se firmó un convenio “quedaste agarrado de todas partes, si no encuentro precio, entonces no voy a salir con mis costos, es un riesgo”, manifiesta el funcionario. Empero, agrega que Javier Usabiaga alentó a los productores  y les dijo: “yo no les voy a dejar de la mano”.

Estamos conscientes –afirma– de que le vamos a entrar, porque consideramos que las subastas distorsionaron el mercado, era un esquema malo para el gobierno porque le sacaba mucho dinero y era bueno para el productor porque se le facilitaba que le dieran un precio y le comercializaran la cosecha.

Los productores sinaloenses también plantearon al secretario de Agricultura que no se vaya a distorsionar el mercado al abrir las importaciones y el productor nacional eventualmente no pueda vender, concluye el funcionario sinaloense.

Autoridades federal y estatal, pactan nuevo sistema financiero rural

Emprender un nuevo sistema financiero rural en Sinaloa es el objetivo del acuerdo suscrito recientemente entre autoridades de esta entidad y el gobierno federal, el cual permitirá a los productores del agro beneficiarse con fuentes de capital, protección de su ingreso y promoción para el manejo de riesgos.

Con este convenio también se podrán coordinar acciones estatales y federales para aplicar estrategias que favorezcan una nueva cultura que no sólo provea recursos para actividades productivas, sino para ampliar la cobertura de riesgos.

En la inauguración de la Expo-Agro Sinaloa 2001, en enero pasado, el presidente Vicente Fox Quesada declaró que la igualdad de condiciones es un factor indispensable para competir en un mercado abierto; asimismo aseguró que la responsabilidad del gobierno radica en facilitar a los sectores productivos el acceso al financiamiento, buscar equidad en tasas de interés y en el costo del dinero; tener precios equiparables en insumos de productos agropecuarios; promover el acceso a mercados y contar con sistemas de información que permitan planear y tomar decisiones sensatas y talentosas.

El mandatario explicó que han propuesto a la nación una reforma fiscal integral que en el ramo agropecuario está orientada a incrementar las desgravaciones sobre la inversión en el sector primario de la economía, para no afectar los ingresos hasta determinado límite.

Durante la ceremonia, Javier Usabiaga Arroyo, secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), subrayó que las iniciativas que el Ejecutivo envío al Congreso en torno al nuevo esquema financiero rural, reforzarán la política de puertas abiertas y de mayor participación de los agricultores en la solución de sus problemas.

Afirmó que si no existe orden en el mercado, no habrá financiamientos ni actividades conexas; además de que los eslabones en la cadena seguirán tomando las actividades que tanto trabajo les cuestan a los hombres del campo, y, si no se logra darle el valor agregado al producto primario, se seguirán dejando escapar las oportunidades que tanta falta hacen.

El funcionario aseguró que si se logra ordenar el mercado, con infraestructura e información abierta, que permita la toma de decisiones a tiempo, seguramente se lograrán esquemas financieros y productivos con una real transparencia en el mercado, así como que el productor retenga el valor del fruto de su trabajo.

Usabiaga Arroyo destacó que es imprescindible modernizar la explotación agrícola a fin de incrementar los niveles de producción, rentabilidad e ingreso de la familia campesina. Además, puntualizó, para hacer del campo un negocio rentable, se necesita una sociedad propositiva en lugar de peticionaria.

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