- “El gasoducto apuesta a un modelo económico y energético inviable que reproduce desigualdades y tiene un altísimo impacto a nivel social, ambiental y climático”
Teorema Ambiental/Redacción
Este 9 de julio se inauguró el Gasoducto Néstor Kirchner, un proyecto emblemático del gobierno de Alberto Fernández, que ha sido duramente criticado por el grave impacto ambiental que está provocando, desde su construcción y ahora con su operación, en el yacimiento de Vaca Muerta, en el norponiente del país, cerca de la frontera con Chile.
Este proyecto “se realizó sin considerar las audiencias públicas y las legítimas preocupaciones de los vecinos afectados por el paso del gasoducto, fortalece la narrativa de progreso económico que el gobierno y el sector empresarial intentan instalar hace rato con respecto a Vaca Muerta”, señaló la organización civil 350.org.
“Es necesario, entonces, hablar de los costos sociales y ambientales generados por la construcción del gasoducto; y de la enorme oportunidad que Argentina perdió al invertir en amplificar la producción de Vaca Muerta, en lugar de promover energías renovables más sostenibles”, indicó el organismo en un comunicado.
“La ceremonia fue utilizada por el oficialismo para mostrarse unidos a semanas de las elecciones PASO para las presidenciales porque conseguirá reunir en una foto al actual presidente Alberto Fernández, a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y al actual ministro de Economía y único candidato presidencial del kirchnerismo, Sergio Massa. Lo que no mostrará esa foto son los impactos generados por una obra de estas características”, agregan.
Por su parte, María Victoria Emanuelli, vocera de 350.org, señaló que: “El gasoducto es el símbolo de una apuesta a un modelo económico y energético inviable que reproduce desigualdades y tiene un altísimo impacto a nivel social, ambiental y climático.”
Y agregó: “Vaca Muerta es una de las mayores bombas de carbono del mundo. Las empresas, bancos y gobiernos involucrados en actividades petroleras y gasíferas en Argentina están declarando cada día, con sus acciones, que sus ganancias importan más que el desarrollo sostenible que nuestro país y el planeta necesitan”.
Previo a la construcción del gasoducto, se realizaron algunas audiencias públicas donde participaron habitantes de las comunidades afectadas, como en Macachín, en la provincia de La Pampa. Sin embargo, el resultado de esas audiencias no era vinculante, por lo que el proyecto continuó sin contratiempos, ignorando la opinión de los ciudadanos.
“Esta falta de transparencia y participación ciudadana socava los principios democráticos y el respeto a los derechos fundamentales de las personas”, indicó 350.org.
Uno de los impactos más preocupantes fue la masiva tala de árboles nativos, en particular, los valiosos caldenes nativos de la provincia de La Pampa. Estas especies autóctonas desempeñan un papel fundamental en el ecosistema local y su destrucción irresponsable representa una pérdida irreparable de biodiversidad y un daño significativo al entorno natural.
“El gasoducto viabiliza que la extracción de gas en Vaca Muerta expanda los impactos climáticos, ambientales y sociales que este yacimiento genera en el país y en el mundo. Lo que se está haciendo con esta inauguración es tirar alcohol a la hoguera que deberíamos estar tratando de apagar”, argumenta Emanuelli.
Fotografía: Ministerio de Economía de Argentina
