Colaboraciones

México, sin planes de acción en adaptación al cambio climático en el sector agua

Fuera de los planes gubernamentales la creación de infraestructura marítima para prevenir las consecuencias generadas por el cambio climático

Por José Morales

Ante las transformaciones que están presentando los ecosistemas marinos y terrestres por el cambio climático diversos países están incluyendo en sus planes presupuestales acciones de prevención, adaptación y creación de sus infraestructuras contra la nueva realidad que el planeta vivirá en las próximas décadas, tal y como son las estructuras ubicadas a las márgenes urbanas situadas en riberas de ríos y océanos.

Sin embargo, pese a la implementación de programas ambientales como la Estrategia Nacional de Cambio Climático, el Plan Nacional Hídrico 2012 y la Agenda del Agua 2030, los esquemas del gobierno federal mexicano sólo tienen consideradas acciones a favor de la conservación, saneamiento y dotación de agua potable a la población, no se menciona en lo más mínimo una inversión en la adaptación estructural del sector agua por los cambios que sufrirá a consecuencia del calentamiento global y que repercuten en la vida de millones de mexicanos.

Esta situación refleja un sesgo político con visión sexenal, pese a que ya es perceptible el cambio climático con las inundaciones permanentes en pequeños poblados de Campeche y Tabasco, cuya única solución al momento ha sido el traslado de pobladores a otro costado de estos pueblos ribereños. Cabe mencionar que más de siete millones de mexicanos viven en áreas de alto riesgo de afectación por ciclones, distribuidos en 560 municipios rurales en las costas; aunado a otros 5.6 millones de habitantes rurales que viven en zonas con riesgo de inundaciones.

Pero pese a que el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo, ha dicho que la gestión eficiente del recurso es clave para combatir al cambio climático y que ignorarlo implica “una amenaza a la seguridad mundial”, y que el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira Quesada, dijera que “el agua es un asunto de seguridad nacional”, el agua no ha sido tomada en cuenta por el gobierno mexicano para una futura planeación, dejando los planes a sólo resultados sexenales.

Al respecto, en entrevista con esta publicación, Stephen Lysaght, primer secretario de Cambio Climático del gobierno británico, indicó que “no todos los países se verán afectados en la misma medida. México y América Central están entre los países con fuertes impactos potenciales por el cambio climático. Por ello, deben adaptarse ahora para los cambios de corto, mediano y largo plazos”, situación que los planes gubernamentales mexicanos no llevan a la realidad, sólo al discurso.

Pese a lo anterior, en la Estrategia Nacional sólo se trata la gestión de riesgos hidrometeorológicos y manejo de recursos hídricos, pero sin tener alguna acción o plan en infraestructura a futuro en este rubro. La Agenda del Agua 2030 marca una inversión de hasta un billón de pesos sin hablar del control de ríos, desbordamientos, etc.

La Conagua en los últimos dos años ha invertido más de tres mil millones de pesos en acciones de protección contra inundaciones, pero Tabasco seguirá siendo blanco de futuras inundaciones. De acuerdo con datos del estudio Cambio Climático y Desarrollo Sustentable para América Latina y el Caribe, el nivel del mar en diferentes zonas costeras aumentaría de uno a dos metros, lo que ocasionaría inundaciones de hasta 40 y 50 kilómetros tierra adentro, especialmente en los humedales de Centla en Tabasco.

De igual forma, en entrevista con esta publicación, Efraín Peña Moreno, consultor internacional y director regional para Centroamérica y el Caribe de SECJA, comentó que Latinoamérica es una de las regiones más vulnerables a este fenómeno y pese a ello los gobiernos responsables, entre los que se encuentra el mexicano, aún no dimensionan dicho problema, y se padece en primera instancia de un desorden urbano que atañe la seguridad de millones de personas.

“Los Planes de Ordenamiento Territorial de las principales ciudades costeras, no contemplan la variable vulnerabilidad y riesgo con respecto al cambio climático, es más, podríamos afirmar que construimos riesgo en vez de prevenirlo”. Y que si bien faltan recursos en dichas naciones se puede suplantar con el uso de la creatividad, como sería al crear arrecifes de coral artificiales para mitigar el impacto de los huracanes, campanas de concreto como las propuestas por la Fundación Reef Ball, o con plantaciones de ostras que ayudan a mitigar las corrientes.

Primer mundo con visión a futuro

Peña Moreno comentó que a diferencia de naciones latinoamericanas, un ejemplo de adaptación climática son el Reino Unido y Japón que están haciendo barreras ambientales, en las cuales invierten un porcentaje significativo del Producto Interno Bruto (PIB), no para mitigación, sino nuevamente para adaptación, en un intento resignado por salvar sus ciudades insignia.

Explicó que Londres ha invertido un promedio de ocho mil millones de dólares en el reforzamiento de la barrera del río Támesis que protege a la urbe. Esto debido a que cada año el control de inundaciones y erosión costera es de mil 200 millones, urgiendo a una mejor adaptación a futuro.

En el caso japonés desde comienzos de este siglo han padecido por el aumento en la fuerza de los huracanes, lo que en promedio cuesta unos 14 mil millones de dólares anuales. “Recordemos que el nivel del mar aumenta en promedio entre cuatro y ocho milímetros cada año.” Indicó el investigador que si bien la infraestructura de defensa contra inundaciones de Japón es una de las más avanzadas del mundo, los puertos y bahías son sitios sumamente vulnerables; por ello, invierten 93 mil millones de dólares por quinquenio.

La falta de agua es mortal

De acuerdo con las Naciones Unidas, el tema del agua ha estado muy vinculado con diversos daños en la infraestructura de las ciudades como en la salud humana, ya que al no reconocer el derecho humano de acceso al agua, cada año se registran a escala mundial más de tres millones de muertes por agua contaminada, y dos de cada diez personas en el mundo no tienen agua potable, informó la Organización Mundial de la Salud.

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