Donovan J. Herrera Ortiz*
En las últimas décadas, el medio ambiente se ha visto bombardeado y afectado negativamente por las acciones del hombre como consecuencia de lograr un crecimiento económico. Una actividad que ayuda a alcanzar ese crecimiento es propiamente la industria de la construcción, la cual afecta directamente al medio ambiente por generar grandes cantidades de residuos de la construcción.
Por definición, estos residuos son todo aquel material de desecho generado por la actividad de remodelación, excavación, demolición o construcción de una obra, tanto pública como privada.
Actualmente los ingenieros civiles, siguiendo el principio de construir obras que sean amigables con el medio ambiente, se han preocupado por limitar y lograr reutilizar la mayor cantidad de residuos que se generan durante el proceso de construcción, ya que al desentenderse de la problemática acortamos el tiempo de vida útil de los sitios de disposición final de residuos sólidos municipales hasta en un 35 por ciento.
Si nuestro sitio de disposición final está proyectado y construido para poder operar diez años con una buena operación y estricto monitoreo, al momento de hacer el tiro de residuos de la construcción en ese sitio, su tiempo de vida útil se ve reducido a operar menos de siete años.
Como consecuencia, podría desatarse un deterioro mayor en materia ambiental. Esto, debido a tres factores principales, tales como la falta de lugares para disponer los residuos sólidos, la contaminación del suelo con solventes y metales pesados derivados de algunos materiales utilizados en la construcción, así como la creación inconsciente de nidos de vectores nocivos que pueden transmitir enfermedades.
Los residuos de la construcción llegan a representar entre un cuarto y un tercio de los residuos generados en un municipio. Para tener alguna referencia, tan sólo en el Distrito Federal se tienen contabilizadas más de un millón 200 mil toneladas anuales de estos residuos, el equivalente a poco más de tres mil toneladas por día. Con esta cantidad de desechos se podría llenar el Zócalo capitalino cinco veces, con una altura de cinco metros por año. Quizá lo más preocupante es que la cuestión no queda ahí, pues se trata de un problema creciente, ya que sólo se reciclan entre 9 y 11 por ciento de estos residuos.
Uno de los mayores riesgos de esta problemática radica en que de no tomar medidas con la debida responsabilidad en tiempo y forma podría derivar en un deterioro ambiental de consecuencias irreversibles. Si estos residuos se manejaran adecuadamente, podrían someterse a un procedimiento de reutilización en la misma obra y así favorecer la vida útil de los sitios de disposición final o los tiraderos autorizados para recibirlos, además se generarían oportunidades de trabajo.
Por ello, la creación de un programa general para el manejo de estos residuos y normas técnico-ambientales para su regulación, podrían ser algunas de las medidas más efectivas para solucionar el problema. Otra opción que podría resultar viable, es la construcción de plantas de reciclaje y trituración de estos residuos en sitios estratégicamente ubicados.
Esto permitiría alargar la vida útil del sitio de disposición final, tener una menor explotación de los bancos de materiales vírgenes y disminución en los costos de transporte, lo cual se traduciría en un beneficio ambiental importante.
Sin embargo, para conseguir esto es necesario crear normas de orden federal para regular los residuos de la construcción y evitar su disposición en sitios prohibidos como barrancas, cauces de ríos y lotes baldíos, algunos de los destinos más comunes del material de desecho.
Composición física
RESIDUO | PORCENTAJE |
Materiales de excavación | 43.16% |
Concretos | 24.38% |
Block – Tabique | 23.33% |
Tabla yeso | 4.05% |
Lamina | 0.09% |
Otros | 4.99% |
—
• Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, IPN