Cambio climático

Cuidado ambiental en la minería

La minería afecta de manera global a la biosfera y en el plano local a la región donde se desarrollan sus actividades, ya que pueden ocasionar impactos adversos, tanto en suelos como en la calidad del aire, además de afectar a la flora y la fauna, así como la salud de las poblaciones vecinas.

Sin embargo, tal potencial de impacto adverso en el medio ambiente varía de acuerdo con el tipo de minas, de procesos, de condiciones del sitio en el que se ubican y de la vulnerabilidad de las poblaciones y ecosistemas vecinos.

Por ello se debe considerar la procedencia de los residuos generados, que son: la preparación de minerales en las minas, los del procesamiento hidrometalúrgico y los de la refinación primaria de materiales cuyas emisiones pueden ser sólidas, líquidas o gaseosas.

En lo que se refiere a los residuos de la extracción y beneficio de los minerales, sus impactos adversos potenciales dependen de la composición del mineral del cual derivan y de los procesos a los que se somete a dicho mineral, tales como flotación física, flotación por procesos fisicoquímicos y lixiviación; este último es el que mayor afectación puede ocasionar en caso de fugas o derrames.

Por su parte, las escorias de fundición ocupan el segundo lugar en volumen de generación y por la forma y tamaño en que son producidas, representan relativamente una baja reactividad y los metales contenidos en ellas se encuentran en concentraciones reducidas.

Las características de los residuos precipitados en plantas hidrometalúrgicas y refinadoras electrolíticas son relevantes desde la perspectiva ambiental, ya que si bien contienen valores metálicos altos, también pueden contener impurezas indeseables como arsénico, antimonio y selenio. Por su parte, aun cuando se generan bajos volúmenes, los polvillos producidos en fundiciones tienen tamaños que fluctúan entre 0.1 y 10 micras y presentan la mayor toxicidad potencial. Los polvillos están formados por óxidos de elementos con alta presión de vapor, partículas arrastradas del concentrado metálico y por los fundentes y cenizas del combustible utilizado en proporciones variables.

En la minería no es posible aplicar un enfoque regulatorio homogéneo y prescriptivo respecto del manejo de los residuos potencialmente riesgosos generados en las actividades o en relación con la restauración de los sitios contaminados por ellos. Expertos consideran que es necesario empezar por la adecuación de la Norma Oficial Mexicana (NOM) que clasifica a los residuos como peligrosos, que omite mencionar algunos elementos o sustancias cuya presencia puede hacer peligroso a un residuo, tales como manganeso, cobre o zinc.

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