Biodiversidad

Se opone México a la explotación de ballenas

Estimó que el problema fundamental en este momento es la falta de regulación en esa actividad con presuntos fines científicos

Aunque en la Comisión Ballenera Internacional (CBI) se mantuvo la autorización de la caza de este mamífero marino para fines científicos, México demandó un estricto control a estos permisos especiales, ya que tan sólo entre 2005 y lo que va de este año fueron sacrificados alrededor de 1,170 ejemplares para programas de investigación en Japón e Islandia.

En conferencia de prensa, Lorenzo Rojas Bracho, representante de México ante la CBI, dijo que durante la 58 reunión, que se realizó entre los días 16 y 20 de junio en las islas San Kitts y Nevis, la posición mexicana se centró en demandar que se prevenga y evite la sobreexplotación de los recursos balleneros, así como asegurar que se respeten las cuotas de captura.

También planteó que se impidan fraudes en los reportes tanto de este tipo de cacería como de la caza ilegal, así como establecer mecanismos de vigilancia efectiva, por medio de observadores e inspectores, tanto en embarcaciones como en sitios de desembarque de productos balleneros.

Rojas Bracho puntualizó que el gobierno mexicano ha cuestionado estos programas, ya que han propiciado la matanza de centenas de ejemplares y se preguntó qué pasaría si la cacería comercial estuviera autorizada. ¿Cuántas más se matarían?

Estimó que el problema fundamental en este momento es la falta de regulación en esa actividad con presuntos fines científicos, ya que se realiza como si fuera un programa de investigación, cuando en realidad se ha convertido en una actividad con objetivos comerciales; dijo que bajo ese argumento se han sacrificado 10,400 ballenas en los pasados dos lustros.

Puntualizó que desde hace varios años México ha abogado por la modernización de la Comisión Ballenera Internacional, pues el acuerdo que le dio origen data de hace casi 60 años.

En relación con la declaración que emitió esta organización, Rojas Bracho acotó que el gobierno mexicano se desvinculó de ella, ya que fue adoptada por sólo 33 de los 70 países miembros, los cuales buscan mantener vivo el acuerdo de la cacería, establecido en 1946.

Señaló que los planteamientos científicos que presentan esos países para mantener esa actividad son incorrectos. Se refirió a la “falsa premisa” de que las ballenas consumen muchos peces, lo cual genera un problema de seguridad alimentaria para todas las naciones costeras.

Fuente La Jornada

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