Apenas alcanzan los 16 centímetros de altura, por lo que los tarseros son los primates más pequeños del mundo y los únicos que no se alimentan de vegetales. Su dieta se basa en pequeños animales e insectos.
Tienen otra peculiaridad, sus grandes ojos sólo miran al frente lo que les permite girar su cabeza casi 180 grados. Sin embargo, al igual que otros primates, se encuentran en riesgo de extinción.
Habitan en islas del sureste asiático, donde su espacio vital se reduce ante el avance de la deforestación.
“Los tarseros son animales muy delicados que viven en áreas muy específicas, las cuales al ser perturbadas incluso de forma mínima, afectan todo el hábitat”, expresó Johnny Tasirin, ambientalista.
Los tarseros viven de noche y se refugian en los árboles. Al tener menos espacios donde anidar, quedan a merced de sus depredadores naturales. Sin embargo, es claro que la mano del hombre es la principal responsable de la disminución de sus poblaciones.
“La gente no mata a los tarseros, se los comen los pitones y los búhos”, indicó Hestia Santiago, pescador.
Organizaciones ambientalistas apoyadas por organismos internacionales emprenden trabajos para rescatar a estos diminutos primates, entre otras cosas, con la actualización del censo de sus poblaciones.
“En esta isla de Sulawesi, tenemos diferentes tipos de tarseros y, de hecho, la distribución de tarseros se limita solamente a esta isla, la de Kalimanta y el sur de Filipinas”, expuso Johnny Tasirin.
Los tarseros son llamados también monos fantasma, por lo difícil que resulta localizarlos en vida libre. De continuar la pérdida de su hábitat, los especialistas aseguran que encontrar un ejemplar silvestre en unos años será simplemente imposible.
Fuente: Once Noticias