Agua

El desafío: la insuficiencia hídrica en la Ciudad de México

  • Debido a la magnitud del problema actual, las autoridades de la Ciudad de México y del Estado de México tienen previsto una medida crítica llamada el “Día Cero”

Mtro. Enrique Healy Wehlen*

La sobreexplotación, el cambio climático, la contaminación del agua y su mal manejo han dado lugar a una de las crisis más importantes de nuestra época. Actualmente el 68.5 por ciento del suministro de agua de la CDMX proviene del sistema Cutzamala, el 31.5 por ciento proviene del sistema de agua Lerma. El sistema de bombeo y potabilización de Agua Lerma-Cutzamala es un conjunto de cuencas, ríos y presas como: Tuxpan, y El bosque de Michoacán, Colorines, Ixtapan del Oro, Valle de Bravo, Villa Victoria y Chilesdo en el Estado de México.

La capacidad máxima del sistema Cutzamala es de alrededor de 831 millones de metros cúbicos de agua. Actualmente, debido a las razones mencionadas, se encuentra al 36.5 por ciento de capacidad (353.4 millones de metros cúbicos). Desde 2009 se suscitaron los primeros brotes de sequía que actualmente afectan al país, esto pasó inadvertido por gran parte de la población y gobierno a causa de una falta de atención hacia la problemática.

Debido a la magnitud del problema actual, las autoridades de la Ciudad de México y del Estado de México tienen previsto una medida crítica llamada el “Día Cero”, pero que parece la única solución que solo sería abastecer de agua a servicios esenciales como hospitales o emergencias y no abastecer a los habitantes de los respectivos estados de la República Mexicana, el desabastecimiento sería en los hogares y las empresas. El día previsto por el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM), ha sido estimado que llegará el día 26 de junio de este año, por lo que se necesita una pronta participación de todos.

El agua es un elemento y recurso fundamental para la vida, actualmente nos encontramos en una situación crítica a escala global con respecto a ella. La escasez hídrica se ha convertido en una realidad que afecta a todo el mundo. Más de 2000 millones de personas no tienen agua potable, cifra que se espera aumente considerablemente en los próximos años.

México no es ajeno a esta problemática. El país enfrenta una crisis hídrica sin precedentes, con 70 por ciento de su territorio bajo algún grado de sequía. La Ciudad de México, una megalópolis de más de 22 millones de habitantes, se encuentra en una situación especialmente vulnerable, con un déficit de agua que se agudiza año tras año.

  • Actualmente una de cada cinco personas sufren de estrés hídrico en México.
  • México ocupa el décimo lugar a escala mundial en cuanto a estrés hídrico.
  • En la Ciudad de México, el consumo de agua per cápita es de 300 litros diarios, cifra que supera significativamente el promedio mundial de 200 litros.
  • La OMS (Organización Mundial de la Salud) plantea el uso de 100 litros por persona al día para satisfacer necesidades tanto de consumo como de higiene.

La crisis del agua es un problema que nos compete a todos. El objetivo de este texto es presentar la situación de manera cruda y realista, sin minimizar la gravedad del problema. Solo mediante la comprensión de la magnitud del desafío podremos tomar las medidas necesarias para enfrentarlo. Nuestro interés es generar conciencia sobre la importancia de este recurso vital y la necesidad de actuar de manera urgente para hacerlo sostenible.

Por otro lado, la presión hídrica es la cantidad del recurso que es extraída respecto a lo que se recarga en el ciclo natural y renovable. El agua renovable es la cantidad de agua máxima que es factible explotar anualmente sin alterar el ecosistema, es decir, la que se renueva por la lluvia (CNA, 2018). En algunas regiones, como la correspondiente al Valle de México, se usa 141.4 por ciento del 100 por ciento de agua que se renueva, es decir, hay una presión muy alta de demanda que impide que se regenere naturalmente el ciclo.

La contaminación puede causar la disminución de las lluvias de varias maneras. A continuación, se describen algunos de los impactos más significativos:

  • Efectos en la formación de nubes: La contaminación atmosférica puede afectar la formación de nubes al proporcionar núcleos de condensación adicionales. Partículas contaminantes, como aerosoles y otros compuestos químicos, actúan como centros de condensación alrededor de los cuales se pueden formar gotas de agua. Esto puede afectar la composición y la densidad de las nubes, influyendo en la cantidad y la intensidad de las precipitaciones.
  • Modificación de la radiación solar: La contaminación atmosférica puede alterar la radiación solar que llega a la superficie de la Tierra. Partículas contaminantes, como el hollín, pueden absorber la radiación solar y calentar la atmósfera.
  • Este calentamiento puede cambiar los patrones de circulación atmosférica, lo que a su vez puede afectar la formación y el comportamiento de las nubes, así como la distribución de las precipitaciones.
  • Cambio en los patrones climáticos locales: La contaminación también puede contribuir a cambios en los patrones climáticos locales. Por ejemplo, las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la contaminación pueden influir en el cambio climático, lo que puede llevar a alteraciones en los patrones de precipitación a largo plazo. Estos cambios pueden resultar en sequías más prolongadas o en la disminución de la frecuencia e intensidad de las lluvias.
  • Contaminantes atmosféricos específicos: Algunos contaminantes, como los óxidos de azufre y los óxidos de nitrógeno, pueden contribuir a la formación de lluvia ácida. Esta lluvia ácida puede acidificar los suelos y cuerpos de agua, afectando negativamente a los ecosistemas y, en última instancia, afectando los patrones de lluvia.

Es importante destacar que los efectos específicos pueden variar según la ubicación geográfica, la cantidad y tipo de contaminantes presentes, y otros factores locales. Además, la comprensión de estos fenómenos es un área activa de investigación en la ciencia del cambio climático.

A continuación, se muestra de manera gráfica el efecto que ha tenido el cambio climático en la precipitación pluvial anual desde el año 1985, así como la proyección que resuelve el sistema operativo al año 2050 basada en datos históricos capturados.G

La gráfica nos muestra la tendencia negativa que sigue la precipitación en la Ciudad de México año con año, lo que ha provocado, junto con la demanda, una presión hídrica del 141 por ciento para esta zona geográfica, según Conagua.

La proyección que se muestra para el año 2050 es de 400 metros cúbicos, equivalente a 400 000 millones de litros de agua, lo cual representa cerca del 50 por ciento de la capacidad total del sistema Cutzamala; esto imposibilita continuar el ritmo de consumo actual en la Ciudad de México.

Como se puede observar en la siguiente gráfica, existe una demanda anual de 639 000 millones de litros en la Ciudad de México. Si calculamos el cociente de estas dos cifras nos arroja 159 por ciento actualmente, cifra cercana a los 141 por ciento reportada por la Conagua en 2023.G

Hoy en día, la falta de precipitación pluvial limita la capacidad de captación de las cuencas que alimentan al sistema Cutzamala, poniendo en grave riesgo el suministro de agua potable. Si el consumo (industrial, doméstico y servicios) actual es de 639 000 millones de litros anualmente y la capacidad de recuperación del sistema Cutzamala es de 353 000 millones de litros es claro el grave déficit en el que nos encontramos.

Estas alarmantes cifras nos obligan a realizar cambios radicales en nuestros hábitos de consumo; según la OMS una persona requiere de 100 litros de agua al día para cumplir con sus necesidades básicas de consumo e higiene. Considerando estos parámetros y las circunstancias actuales de la falta de recuperación de agua pluvial, ideamos un plan de contingencia hídrica mostrado a continuación.

Plan de ahorro de agua para abordar la crisis hídrica en la CDMX:

  1. Concientización pública:
    1. Lanzar campañas educativas sobre la importancia del agua y la crisis hídrica.
    1. Informar a la población sobre los impactos del cambio climático y la contaminación en los recursos hídricos.
  2. Uso Eficiente en el Hogar:
    1. Promover la reparación de fugas y filtraciones en viviendas.
    1. Incentivar la instalación de dispositivos de bajo consumo de agua, como grifos y cabezales de ducha eficientes.
  3. Racionalización del riego:
    1. Fomentar el uso de sistemas de riego por goteo en jardines y áreas verdes.
    1. Implementar horarios específicos para el riego, evitando las horas de mayor evaporación.
  4. Industria y comercios responsables:
    1. Establecer normativas para la eficiencia hídrica en industrias y negocios.
    1. Incentivar la implementación de tecnologías de reciclaje y reutilización de agua en procesos industriales.
  5. Educación escolar:
    1. Introducir programas educativos sobre la conservación del agua en escuelas.
    1. Crear huertos escolares que promuevan la conciencia sobre la gestión sostenible del agua.
  6. Gestión gubernamental:
    1. Desarrollar políticas que fomenten el uso eficiente del agua en todas las áreas.
    1. Invertir en infraestructuras para la captación y almacenamiento de agua de lluvia.
  7. Monitoreo y tecnología:
    1. Implementar sistemas de monitoreo para detectar fugas en la red de distribución.
    1. Explorar tecnologías avanzadas para el tratamiento y purificación del agua.
  8. Participación comunitaria:
    1. Facilitar la creación de comités vecinales para abordar problemas específicos de agua en barrios.
  9. Leyes y sanciones:
    1. Reforzar leyes que regulen el uso del agua y establecer sanciones para su mal manejo.
    1. Garantizar la aplicación justa y equitativa de las normativas en todos los sectores.
  10. Investigación y desarrollo:
    1. Financiar investigaciones sobre tecnologías innovadoras para la gestión del agua.
    1. Apoyar proyectos que busquen soluciones sostenibles a largo plazo.

Este plan integral busca abordar la crisis hídrica desde diferentes ángulos, involucrando a la sociedad, la industria, el gobierno y la educación. La colaboración de todos es esencial para lograr un uso responsable y sostenible del agua en la Ciudad de México.

En conclusión, la situación del agua, particularmente en la Ciudad de México, es crítica y requiere una acción inmediata. La sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación han llevado al agotamiento de recursos hídricos, evidenciado por el bajo nivel de capacidad en el sistema Cutzamala.

Las proyecciones muestran una disminución significativa en la precipitación, lo que incrementará la escasez del agua. La demanda actual supera la capacidad de recuperación y las medidas de contingencia son esenciales. Es imperativo concientizar sobre el uso responsable del agua y adoptar prácticas sostenibles para garantizar el suministro de este recurso vital. La crisis del agua es un problema colectivo que requiere la colaboración de la sociedad y el gobierno para implementar soluciones efectivas y evitar consecuencias catastróficas.

* Alumnos de Sustentabilidad Universidad Iberoamericana

Fotografía: Gobierno de México

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