Cambio climático

Rechaza Casa Blanca propuesta para reducir emisiones CO2

Los siete países más industrializados del mundo y Rusia (G8) han iniciado su cumbre en el balneario báltico de Heiligendamm (Alemania) dispuestos a mantener un “diálogo constructivo”, más allá de sus discrepancias en lo que respecta al escudo antimisiles, Kosovo y el cambio climático.

Sobre este último, parece ya difícil alcanzar compromisos concretos. Poco antes de empezar el encuentro, Estados Unidos ha abortado un posible pacto con la Unión Europea (UE) para fijar límites a las emisiones de gases de efecto invernadero, al considerar que esos objetivos sólo pueden establecerse en un foro en el que estén presentes China, la India y otros grandes contaminadores.

La canciller alemana, Angela Merkel, había presionado hasta el último minuto para conseguir que la Casa Blanca diese su brazo a torcer, pero el propio presidente, George W. Bush, ha descartado cambiar su posición. Merkel quería un acuerdo por el que los ocho grandes se comprometieran a no dejar que la temperatura mundial aumente más de dos grados centígrados. Preguntado por si aceptaría esa idea, Bush ha sido tajante: “No. Hablaré de lo que estoy a favor. Estoy a favor de que nos sentemos y hablemos sobre la forma de avanzar.” Con esas palabras ha definido la contrapropuesta estadounidense, anunciada por el propio Bush la semana pasada en Washington: reunir a los 15 países más contaminantes del planeta para que juntos determinen un límite mundial a las emisiones.

Además, Merkel quería un comunicado del G8 en el que se reflejase un compromiso para que en 2050 las emisiones de los gases que provocan el calentamiento terrestre sean la mitad que las registradas en 1990. Sin embargo, Estados Unidos tampoco acepta ese objetivo. “Estados Unidos no ha concluido su propio proceso para decidir cuál debería ser la meta a largo plazo, así que en este momento no estamos preparados para adoptar esa propuesta”, dijo Jim Connaughton, el principal asesor ambiental de Bush.

“Hay algunas áreas aquí y allá en las que tenemos que seguir trabajando, pero confío en que lleguemos a posiciones conjuntas”, indicó, no obstante, Merkel tras almorzar con Bush en el hotel Gran Kempinski, en el corazón del balneario de Heiligendamm. Por su parte, Bush expresó su voluntad de colaborar. “Vengo con el gran deseo de trabajar contigo para lograr un acuerdo post-Kyoto sobre cómo lograr objetivos importantes, uno de los cuales es, por supuesto, la reducción de los gases que causan el efecto invernadero y el otro es tener más independencia energética”, manifestó.

Acuerdo post-Kyoto

Parece que Estados Unidos y la UE tratarán de todos modos de buscar una fórmula que permita un acuerdo que, sin ser concreto, ponga de manifiesto la disposición de todos a asumir responsabilidades. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, adelantó en qué podría consistir este compromiso. Según dijo en una rueda de prensa, la cumbre del G8 podría acordar la “necesidad” de fijar objetivos para la reducción de emisiones sin concretar cuáles serían.

Sobre los objetivos específicos se podría entonces empezar a hablar en las negociaciones que comienzan en diciembre próximo en Bali (Indonesia) en el marco de Naciones Unidas. La meta final sería, añadió, que para 2009 quede fijado un acuerdo global que pueda sustituir al Protocolo de Kyoto, al que Estados Unidos no se ha sumado. Aunque Bush ha expresado su disposición a cooperar en el diseño de un acuerdo post-Kyoto, no ha especificado si estaba dispuesto a colocarlo bajo el paraguas de la ONU, una condición sine qua non para todos los socios europeos del G 8.

Merkel, ex ministra de Medio Ambiente, ha hecho del cambio climático el tema central de la cumbre, en la que Alemania determina la agenda por ser el país anfitrión. El antecesor de Bush en la Casa Blanca, Bill Clinton, suscribió el Protocolo de Kyoto, que vence en 2012, pero Bush retiró la firma de Estados Unidos. De hecho, Bush sólo ha reconocido públicamente que el cambio climático es un “desafío” a principios de este año, y aceptar la idea de poner límites a las emisiones es un gran paso para una administración que se había negado de plano a contemplarlos anteriormente.

Diferencias con Rusia

Otro de los temas espinosos del encuentro es el del escudo antimisiles, tras las advertencias lanzadas desde Moscú por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien ha amenazado con apuntar misiles hacia Europa en respuesta a los planes de Estados Unidos de establecer bases para un escudo antimisiles en Polonia y la República Checa. Merkel ha afirmado al respecto que “la Guerra Fría ha terminado” y que en la cumbre lo básico es “avanzar y buscar posiciones conjuntas” y no aislar a nadie.

El tema de Kosovo también ocupará parte de los debates. Rusia no quiere que sea el Consejo de Seguridad de la ONU el que decida sobre el destino de esa provincia serbia.

Fuente: El País

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