Trabajadores de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) desencadenaron accidentalmente el derrame de cerca de 11.3 millones de litros
Estados Unidos.— La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) trató de ocultar la negligencia debido a la contaminación a causa del rompimiento de una tubería de aguas residuales tóxicas en una mina abandonada en Colorado, el año pasado, según un informe publicado el jueves por el Comité de Recursos Naturales de la Cámara.
Trabajadores de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) desencadenaron accidentalmente el derrame de cerca de 11.3 millones de litros de desperdicio de color amarillo-anaranjado, que contienen altas concentraciones de arsénico, plomo y otros metales pesados, mientras inspeccionaban la mina abandonada Gold King, cerca de Silverston, Colorado, el 5 de agosto de 2015.
“En lugar de buscar respuestas honestas sobre cómo se produjo la explosión, la EPA publicó dos informes intencionalmente engañosos, realizados con dinero de los contribuyentes para financiar un tercer informe engañoso. Estos intentos de ocultar la incompetencia y la negligencia con el pretexto de la transparencia y la rendición de cuentas son una vergüenza”, concluye el informe.
El derrame de aguas residuales ocurrido en agosto del año pasado en Colorado, ocasionó el vertido de millones de galones de lodos tóxicos en el río Ánimas en Colorado, manchando los cursos de agua de tres estados.
El informe concluye que la EPA fracasó para utilizar las técnicas apropiadas de medición de presión del agua en la mina Rey de Oro en Silverston, Colorado, donde se estaba llevando a cabo la limpieza de las minas de oro abandonadas, y a pesar de varios informes no ha sido completamente explicado este incidente.
Los pobladores que resultaron afectados por los millones de litros de desperdicios tóxicos que se derramaron de una mina de oro abandonada en Colorado y que ahora fluyen a través de sus comunidades exigieron transparencia ante las posibles amenazas a largo plazo de su abasto de agua.
Colorado y Nuevo México declararon zonas de desastre en algunos tramos de los ríos Ánimas y San Juan, mientras que la nación navajo declaró una emergencia luego que los desperdicios comenzaron a fluir río abajo, y en algún momento de la semana llegarán al lago Powell.
Hasta ahora, la Oficina de Recuperación del Departamento del Interior no planea reducir el afluente en la parte más baja del río Colorado, en la parte inferior del lago Powell, donde el agua es un recurso vital para partes de California, Arizona, Nevada, Nuevo México y Utah. Los navajos cerraron sus sistemas de compuertas y dejaron de tomar agua del río San Juan. Chris Watt, portavoz de dicha dependencia en Salt Lake City, señaló que la agencia está tomando muestras del agua a petición de la EPA y no puede hablar sobre el impacto ambiental hasta no conocer los resultados.