Por Ramón Martínez de Velasco Molina
Querétaro, Qro. (México).— Apenas un año después de su llegada a la ciudad de Querétaro, Alfonso Martínez de Velasco Díaz Barriga ya estaba proponiendo la construcción de un planetario; esto es, un espacio dedicado a presentar espectáculos astronómicos que se proyectan en una pantalla en forma de cúpula.
También propuso construir un observatorio, pero dio marcha atrás porque no es un espacio que pueda ser disfrutado por todos.
En 1993, con 75 años de edad, en esas andaba mi papá.
Porque era un astrónomo aficionado, un divulgador de la astronomía, un buen mexicano, un gran ser humano y un guerrero.
Eligió para difundir sus dos propuestas al semanario Top Querétaro, porque se reparte de casa en casa y es gratuito.
En 1995 mi papá retornó a las estrellas.
Dos años después, Héctor Zenil, Agustín Díaz Oliva, Félix Loeza, José de Jesús Muñoz y Héctor Quiroz fundaban la Sociedad de Astronomía de Querétaro (SAQ), que tuvo su sede en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Los acompañamos, en materia de difusión, Isabel Castellanos y el autor de estas líneas, desde nuestro propio boletín informativo, Quasar, y desde la sección Infinitus de El Financiero edición Bajío, que dirigía el periodista Juan José Arreola, actual director de El Universal Querétaro.
También nos echaron la mano Víctor Sánchez Bandala (Reporte 0), Dora Guzmán, Laura Rojas y Sergio Padilla (Radio Querétaro), Jorge Lara Ovando y Lorena Cruz (Radio UAQ), Jaime Septién (Noti-Centro), Efraín Mendoza (El Nuevo Amanecer), Juan Antonio de la Isla Estrada (Nuevo Milenio), Malena Hernández (Multimundo), Arturo Vallejo Casanova y Eduardo Ramos Zúñiga (Radio Fórmula), Carlos García Campo (Pasaporte Querétaro), Óscar Chacón (Sector Regional), Gabriela Bermejo (Conacyt), Alejandro Lozano Guzmán y Alicia Arriaga (Concyteq).
De este modo conocí a muchos periodistas de la “vieja guardia” queretana, quienes también le entraron a divulgar la Ciencia del Cielo.
Su apoyo fue directo, pues no dependíamos de los correos electrónicos ni mucho menos del Facebook o del Twitter.
Fue una buena época. Sin poses.
Sólo nos movía la idea de aprender e informar sobre un tema distinto e interesante. Sin sentirnos dueños de supuestas verdades. Sabiendo, de antemano, que no sabemos nada.
Hoy, la SAQ lleva el nombre de Sociedad Astronómica Queretana (www.saq.org.mx).
Y hoy, 20 años después de aquella propuesta visionaria que mi papá compartió de casa en casa a través del Top Querétaro, ya es noticia un proyecto para construir un planetario en el municipio de Cadereyta de Montes.
Mi jornada está hecha.