Cambio climático

¿Quiénes son las víctimas de la migración forzada?

Los pobladores de la isla de Jean Charles en Luisiana, Estados Unidos, son testigos de cómo el cambio climático ha cambiado radicalmente sus vidas

migracion-forzadaCiudad de México.— Algunas islas, sobre todo del Pacífico, quedarán sumergidas por efecto del cambio climático. ¿Qué se está haciendo para resolver esta situación? Mientras el riesgo aumenta, el centro y norte de Chile, la costa de Perú y el noreste de Brasil son las regiones especialmente susceptibles a las sequías, causas directas del calentamiento global.

Los pobladores de la isla de Jean Charles en Luisiana, Estados Unidos, son testigos de cómo el cambio climático ha cambiado radicalmente sus vidas. Las continuas inundaciones —por efecto del incremento en el nivel del mar— han ocasionado que los puentes colapsen y se dificulte, así, la llegada de médicos y comerciantes a sus hogares, y se vea afectado el traslado de la gente a sus centros laborales. Peor aún: las tribus biloxi, chitimacha y chotaw, que habitan la isla, lamentan una triste realidad: la tierra fértil, los árboles y la vegetación de aquel hermoso territorio prácticamente han desaparecido.

El gobierno de Estados Unidos ha impulsado programas de migración voluntaria de ese pueblo a nuevas zonas con la misión de recomponer sus vidas, aunque muchas de las familias de Luisiana se oponen. La razón es simple: no quieren dejar sus tradiciones y ritmo de vida, aunque ello signifique vivir con los pies en el agua. Esta isla es considerada la primera comunidad en la cual sus habitantes son “refugiados climáticos”.

En las próximas décadas, la situación de los pobladores de la isla Jean Charles se replicaría en varias partes del mundo pues, según estimaciones del Instituto del Medio Ambiente y Seguridad Humana y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre 50 millones y 200 millones de personas —en su mayoría agricultores y pescadores— podrían ser víctimas del desplazamiento forzado en 2050 a causa del cambio climático.

La migración climática en Latinoamérica

A pesar de que aún no existe evidencia exacta, la migración forzada podría ser una de las consecuencias del aumento de temperatura en Latinoamérica. Según el estudio Migración, medio ambiente y cambio climático de la OIM, el centro y norte de Chile, la costa de Perú y el noreste de Brasil son regiones especialmente susceptibles a las sequías; mientras que algunas zonas de Argentina, Uruguay y Panamá se ven afectadas por grandes inundaciones. Según el informe, estos eventos son causa directa del calentamiento global.

Ante esos nuevos escenarios, es probable que los habitantes tengan la necesidad de movilizarse y buscar nuevos horizontes para rehacer sus vidas. Sin embargo —y si se prepara correctamente a las poblaciones de las posibles zonas afectadas— en algunos casos se podría evitar la migración.

De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, en inglés), las islas son los espacios más vulnerables al cambio climático y a las migraciones. Esta entidad sostiene, dramáticamente, que en 2050, y a consecuencia del aumento de la temperatura del planeta, varias islas quedarán sumergidas y serían las del Pacífico las más afectadas.

“Ya existen islas en Panamá que son muy vulnerables al cambio climático y donde los habitantes deben empezar a tomar medidas porque ello implicará un traslado forzado”, sostiene a ConexiónCOP Ricardo Cordero, especialista en migración y desarrollo de la OIM.

En América Latina, la migración climática se puede dar de áreas rurales a áreas rurales, de áreas urbanas hacia áreas urbanas o de zonas rurales a urbanas. Todo con el objeto de mejorar la calidad de vida y generar diversificación económica. Además, existen dos factores que podrían generar desplazamientos forzados en la región:

Los glaciares en extinción —que abastecen de agua a muchas poblaciones de Sudamérica, sobre todo a Perú y Bolivia— pueden ser un factor para que los afectados migren en busca de recursos en otros lugares.

Las cada vez más continuas sequías —y la consiguiente escasez de alimentos— provoca la migración a nuevas ciudades o nuevos países. En la actualidad, el corredor seco de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y el norte de Costa Rica) es la zona más afectada por sequías de la región.

Tania Guillén, investigadora del Climate Service Center de Alemania, explica que la migración puede presentarse como una medida de adaptación y considerarse para abordar las pérdidas y daños que deja el cambio climático, dado que actualmente existe un vacío en los mecanismos para la protección de los migrantes.

“Un ejemplo de migración como adaptación se ha dado en comunidades del corredor seco centroamericano durante la incidencia del fenómeno de El Niño en los últimos tres años. Miles de personas se han trasladado en busca de opciones laborales para garantizar la alimentación de sus familias en sus comunidades de origen; eso es un ejemplo de migración voluntaria y autónoma porque depende de la decisión de cada individuo o familia”, agrega a ConexiónCOP.

Uno de los mayores retos que existe actualmente es contar con mayor información sobre la vulnerabilidad de estas poblaciones con el objetivo de reconocer a las posibles zonas donde será necesaria la migración.

Fuente: ConexiónCOP, imagen

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