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El costo ecológico…de lograr el crecimiento económico.

No es una novedad que en México, como en otros países, la degradación y el agotamiento de los recursos naturales va en aumento, esto como resultado de los procesos productivos que no han tenido en cuenta el costo ambiental del desarrollo.

El ultimo reporte del Sistema de Cuentas Económicas y Ecológicas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informatica, INEGI, correspondiente al periodo 1998-2003, revela datos preocupantes que nos obligan a pensar cuál ha sido el costo ecológico de lograr el crecimiento económico.

Los datos durante el período 1998-2003 son los siguientes. En tasas medias anuales, la sobreexplotación de los recursos acuíferos aumenta anualmente en 1,4%; la contaminación del aire en 4,6%; la contaminación del suelo, 2,5%, la cual conduce a la pérdida de nutrientes del suelo del 1,7%; el agua se contamina en 1,8%; el patrimonio forestal en 0,82% y las reservas petroleras disminuyen 3,61%.

El informe señala que, de persistir estas mismas condiciones, cuando menos la mitad del monto registrado para el Producto Interno Bruto (PIB) en 2003 tendría que ser utilizado para resarcir al medio ambiente por el daño generado por la sociedad en su conjunto. Quizá esté de sobra inferir que estas cifras van en ascenso.

Para muestra, organizaciones ecologistas de León, Guanajuato, señalan que la industria de la curtiduría sacrifica el medio ambiente para mantener los bajos costos de producción; afirman que en los afluentes que componen el sistema hidráulico de León se han encontrado desechos de carnaza, huesos, piel, sangre y químicos.

Aunado a ello, los organismos ecologistas aseguran que los productores tienen en la autoridad un aliado, con lo cual el problema continúa. ¿Qué precio paga el medio ambiente para que logremos un PIB determinado y cuánto se le asigna en la partida presupuestal para resarcir el daño ecológico causado? La realidad es que el crecimiento económico, si es que lo hay, va de la mano con la destrucción ecológica.

También está el hecho de que el impacto ambiental se liga a la desigualdad económica, ya que solo un pequeño porcentaje de la población se ve beneficiado por el desastre ecológico, aun cuando nadie deberia obtener ventajas de la destrucción de la naturaleza. Ahora mismo hay pocos proyectos que concilien el desarrollo económico, el bienestar social y la protección al medio ambiente.

Un desarrollo integral implica crecimiento económico, ligado a proyectos que recreen, restituyan y aumenten los recursos naturales; no podemos olvidar que de ellos dependen la existencia de todas las formas de vida. Lo único real es que no es posible gastar el capital de la naturaleza más rápido de lo que puede regenerarse.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, INEGI

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