El sector aeronáutico representó en 2019 el 3.5 por ciento del PIB en México, con una aportación de 1.4 millones de empleos, de acuerdo con el reporte anual de IATA
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 8 de julio de 2020.— Ante la crítica situación por la que atraviesa el sector aeronáutico por el COVID-19 en México, se requieren nuevos protocolos sanitarios de manejo de pasajeros, de sanitización de aeronaves y de los espacios en los aeropuertos, además del monitoreo constante de la salud del personal aeronáutico, para que los viajeros puedan subirse a un avión lo antes posible.
El sector aeronáutico (transporte de pasajeros, comercial, civil y privado, además de la industria aeroespacial) representó en 2019 el 3.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), con una aportación de 1.4 millones de empleos, de acuerdo con el reporte anual de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
“En abril pasado, en nuestro país la cantidad de pasajeros del transporte aéreo disminuyó en promedio un 95 por ciento. De acuerdo con la IATA. El año 2020 cerrará a nivel mundial con una baja de pasajeros del 60 por ciento respecto del 2019. Es el peor año en la historia de la aviación. Ninguna otra crisis tuvo esta magnitud, ni el 11 de septiembre, la Guerra del Golfo o la epidemia del ébola. Nada de eso ha tenido un impacto de este tamaño”, explicó el profesor de Ingeniería Aeronáutica de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Ticomán, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Jesús Navarro Parada.
Afirmó que la industria aeroespacial en México es un sector que apenas tiene diez años de haberse iniciado y donde se realiza la fabricación de partes de aviones. “Había crecido a ritmos promedio del 16 por ciento anual. Es una industria modelo en México, integrada en cinco clústeres localizados en Querétaro, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Jalisco. Son muy pocos los sectores que han crecido sostenidamente en los últimos cinco o seis años del orden de dos dígitos.”
Esta industria fabrica los arneses eléctricos de los aviones más modernos del mundo (Boeing 787 y Airbus A380), puertas, secciones de fuselaje, componentes de motores y un sinnúmero de partes.
Por ello, Navarro Parada comentó que en la elaboración de los protocolos para el transporte aéreo se debe considerar la instalación de sistemas de sanitización con productos de última generación a lo largo de todo el proceso del transporte aéreo de los pasajeros, que incluyan:
- La recepción en el aeropuerto y en el proceso de documentación;
- En los mostradores donde se reciben las maletas;
- En las salas de última espera y áreas comunes, y
- Especialmente en todos los espacios a bordo de las aeronaves.
Además, es necesario emplear la tecnología para que todos los pasajeros realicen su documentación (check-in) de manera electrónica a fin de erradicar las filas.
Por otro lado, las autoridades aeroportuarias deberán tomar la temperatura a los pasajeros, así como monitorear a toda la tripulación de la aeronave (pilotos, sobrecargos y las personas que despachan el vuelo). En los pasillos y en las salas de última espera se deberá mantener una distancia de metro y medio entre los pasajeros.
Los pasajeros y la tripulación al abordar el avión deberán tener las manos desinfectadas y portar guantes, cubrebocas y caretas. Cuando concluya la emergencia sanitaria, indicó, en los primeros meses, se espera que la demanda para viajar en avión será baja, pero va a subir lentamente.
Finalmente, el especialista recalcó que el sector aeronáutico debe hacer sinergia con el sector turístico para lograr su reactivación lo antes posible:
“Las líneas aéreas nacionales movieron al año pasado 53 millones de pasajeros. Para que las aerolíneas recuperen la confianza de los pasajeros les tendrán que ofrecer las mejores medidas de protección sanitaria posibles. Por esta situación, las instituciones de educación superior que brindan estudios en aeronáutica también deberán considerar el tema sanitario como prioritario en sus planes de estudio.”
