Pidió al Poder Judicial de la Federación “retirar esta suspensión temporal al etiquetado frontal para que siga su curso de aprobación y sea adoptado lo antes posible”
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 5 de marzo de 2020.— El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) emitió un comunicado en el que lamentó la suspensión provisional otorgada por el Poder Judicial a la NOM-051 de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas para ampliar las características dañinas de productos que se comercializan en el país, como: bajo aporte nutricional, exceso de calorías o grasas saturadas.
Además, instó a la Corte a revisar su decisión urgentemente, luego que diferentes integrantes de la industria de alimentos y bebidas promovieran un amparo sobre la nueva medida.
“La emergencia epidemiológica por diabetes y obesidad declarada en México desde 2016 continúa poniendo en peligro la salud de nuestros niños, niñas y adolescentes, y urge priorizar su salud e interés superior, por encima de intereses cuyo objetivo no es el bienestar público”, resaltó Christian Skoog, representante de Unicef en México.
El organismo pidió al Poder Judicial de la Federación “retirar esta suspensión temporal al etiquetado frontal para que siga su curso de aprobación y sea adoptado lo antes posible, con el fin de garantizar el derecho de la infancia en México, y de la población en general, a la salud y a la información. El bienestar de nuestros niños ya no se puede postergar más”.
La Corte determinó que la obligación de implementar esta norma no fue consultada ampliamente ni estuvo basado en evidencia científica, por lo que permitió la suspensión de la aplicación de la norma a la industria.
Sin embargo, Unicef indicó que participó en el proceso de formulación del etiquetado y constató que fue un proceso transparente, y acoplado a los lineamientos establecidos por las secretarías de Economía y Salud.
Aseguró que en dicho proceso participó un “amplio número de actores de distintos sectores, incluyendo instancias de gobierno, la academia, la sociedad civil y organismos internacionales, además de representantes de la industria de alimentos y bebidas, y negocios asociados”.
Las minutas oficiales de dicho proceso, agregó Unicef, permiten comprobar la participación de todos los actores, así como el consenso obtenido en la gran mayoría de los aspectos considerados en la formulación del etiquetado, que incluye la forma de los sellos, el exceso de nutrientes e ingredientes que llevarían advertencia, y la prohibición del uso de personajes y dibujos en productos dirigidos a niños, entre otros temas.
Asimismo, indica que este diseño fue resultado de una cuidadosa consideración de amplia evidencia proveniente de México y de otros países, además de recomendaciones de instancias expertas en salud pública como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
El organismo internacional aseguró que estas conclusiones fueron complementadas por contribuciones técnicas de instancias como Unicef, sobre cómo desarrollar un etiquetado adecuado y de fácil comprensión para la infancia y la adolescencia.
“El etiquetado frontal está basado en evidencia sólida, ha sido diseñado por medio de metodologías robustas y va dirigido a orientar objetivamente medidas de salud pública para beneficio de la población. No cabe duda alguna”, señaló Skoog.
Por el contrario, Unicef propone que “un etiquetado adecuado debe proporcionar información clara, veraz y de fácil comprensión tanto para adultos como niños, además de utilizar perfiles nutrimentales validados por expertos en la materia que defiendan intereses de salud pública y una alimentación saludable” y señaló que “el etiquetado propuesto cumple precisamente con estas cualidades y debe ser implementado lo antes posible”.
Finalmente, reiteró su preocupación por que México sea uno de los países de América Latina con mayor consumo de productos ultraprocesados, particularmente en el caso de niños, niñas y adolescentes, pues el 39 por ciento de las calorías consumidas por preescolares y el 34 por ciento de las consumidas por escolares provienen de este tipo de productos, así como del 26 por ciento de los adultos.