Sostenibilidad

Presentan opciones de reciclado de plástico PET

Los periodos de degradación natural de la basura varían de acuerdo con las sustancias y materiales de que está hecha, así como de las condiciones de aire, luz y humedad que la rodea. En este sentido, una lata de refresco tarda cerca de 10 años en reintegrarse al medio ambiente, pero las miles de botellas utilizadas para envasar agua y refrescos, hechas de un tipo de plástico denominado polietilentereftalato (PET), requieren entre 100 y mil años.

Otro aspecto desventajoso de este material es la dificultad para su reciclado, por ejemplo, las latas de aluminio pueden ser reutilizadas al 100 por ciento, mientras los envases PET, si bien sólo requieren ser molidos en caso de buscar su utilización en la fabricación de otros productos, éste pierde algunas de sus características entre ellas la viscosidad. Por lo que las empresas envían el producto molido a otros países para fabricar fibras, como son las textiles; no obstante, sólo el 15 por ciento de lo que se produce sirve a ese fin.

Con el objetivo de aumentar las ventajas del reciclado del PET especialistas del Instituto de Investigación en Materiales(IIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México desarrollaron una tecnología que posibilita usar nuevamente este plástico en una amplia gama de productos como la manufactura de láminas, tuberías y maderas plásticas.

Este avance resulta relevante si se observa que “el país es un considerable productor de PET al fabricar el equivalente a casi un millón de toneladas al año. De ellas, cerca de 100 mil kilos se exportan para producir otros productos, pero 700 mil kilos terminarán directamente en la basura, drenajes y calles del país”, comentó en entrevista el doctor Antonio Sánchez Solís, del IIM, quien junto con otros investigadores lograron este desarrollo.

El grupo universitario, encabezado por los doctores Sánchez Solís y Octavio Manero Brito, del departamento de Reología y Mecánica de Materiales del IIM, utilizó para esta nueva tecnología de aditivos con nanopartículas obtenidas de arcillas de cenizas volcánicas, área del conocimiento en la que incursionaron hace diez años.

Al agregar los aditivos al PET molido se incrementa su viscosidad lo que se traduce en un material de mayor manejabilidad durante el proceso, esto permite ya no sólo hacer fibras como ocurría antes, sino estructuras más complejas como son palos de escoba, maderas plásticas, perfiles para ventanas, flejes o varas de uso agrícola donde se fijan plantas para su óptimo desarrollo como es el jitomate y fríjol.

Sin embargo, para obtener estas nuevas ventajas de esta tecnología de reciclado es necesario el empleo de un equipo industrial desarrollado también por los especialistas del IIM y que se denomina cabezal mezclador estático, su función es combinar el aditivo con el PET molido y lograr una mezcla óptima para otorgar al plástico sus nuevas propiedades.

El aditivo de nanocompuestos, como la máquina de mezclado son patentes del IIM y la UNAM, explica Antonio Sánchez Solís.

Hasta el momento el único país en el mundo que ofrece una tubería de PET reciclado es Brasil, nadie más contaba con esa tecnología. Ahora México cuenta ya con una técnica para este fin, misma que está al servicio de los interesados.

Una ventaja del desarrollo de este grupo de investigación universitario es que las arcillas empleadas en los aditivos son abundantes en México y de bajo costo, un kilo del material cuesta cinco pesos, en cambio en Estados Unidos se vende entre siete y 13 dólares.

“Con ello resulta que trabajar con PET es más barato, además, otra adaptación es que puede ser recogido directamente de la basura para ser tratable, incluso sin lavarlo, situación que disminuye el precio de su reproceso”, indicó el investigador.

Esta novedosa tecnología ha sido bien aceptada y ya hay muchos interesados en invertir en la producción de nuevos artículos, tal como tuberías para cables conductores.

Incluso los mismos productores de escobas se han acercado a nosotros para sustituir los casi 100 mil palos de escoba que se venden en la ciudad de México hechos de madera y lámina por los de PET.

Finalmente concluyó el entrevistado, “en el instituto también se trabaja con nanocompuestos poliméricos de polietileno, polipropileno y mezclas de polímeros, todo ello para producir nuevos productos y con ello atender demandas de la sociedad”.

Fuente: ID

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