La Tierra respira mientras los hombres se resguardan por el coronavirus
La Tierra respira mientras los hombres se resguardan por el coronavirus
Sostenibilidad

La Tierra respira mientras los hombres se resguardan por el coronavirus

Las calles de ciudades como Roma, Nueva York, Venecia o Madrid lucen desiertas bajo la amenaza de encarcelamientos y multas, pero también han vuelto aves y otros animales

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 23 de marzo de 2020.— Al parecer la gran amenaza que enfrenta la Tierra durante este año no era el coronavirus, ya que de manera indirecta, la contingencia que ha obligado a millones de personas en todo el mundo a permanecer en sus casas ha dado un respiro a la vida silvestre.

Si bien las calles de ciudades como Roma, Nueva York, Venecia o Madrid lucen desiertas bajo la amenaza de encarcelamientos y multas a quienes violen la contingencia, han surgido cantos de aves y otros animales y plantas que de poco visitan las urbes de las cuales anteriormente habían sido expulsados.


Las calles de ciudades como Roma, Nueva York, Venecia o Madrid lucen desiertas

Hasta finales de la semana pasada, la pandemia ya había cobrado la vida de casi ocho mil personas y contagiado a cientos de miles, prácticamente en todo el orbe, debido a su alto grado de propagación, por lo que las cuarentenas son la única manera de descender la curva de contagios, que, de ser masivos pueden llegar a colapsar los sistemas sanitarios, por muy avanzados que sean, como ya ocurrió en Italia.

Además, la pandemia está provocando una severa crisis económica mundial que ejemplifica que los actuales modelos económicos son insostenibles.

Mientras el beneficio ambiental es tangible: el parón de fábricas en Hubei, la provincia china donde surgió el virus, permitió que sus habitantes pudieran ver el cielo azul después de mucho tiempo de estar sometidos a una neblina grisácea perpetua. De acuerdo con el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, el número promedio de “días de aire de buena calidad” aumentó en un 21.5 por ciento el pasado mes de febrero, durante la cuarentena.

Esta situación se replicó en todo el país y poco a poco abarca al resto del planeta, pues la NASA y la Agencia Espacial Europea han captado imágenes de las buenas condiciones atmosféricas que hay en diferentes regiones.

François Gemenne, director del Observatorio Hugo, que estudia las interacciones entre los cambios ambientales, la migración humana y la política, dijo que al final de todo esto, el número de muertos por el coronavirus siempre será menor que las víctimas por la contaminación atmosférica.

Por ejemplo, en China, mueren al año más de un millón de personas, mientras que en EEUU la cifra es de 100 mil, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). A escala global, la cifra es de unos siete millones.

Mientras que la disminución en el tráfico aéreo, agravada por la suspensión de viajes entre Europa y Estados Unidos, ha contribuido notablemente a la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Por su parte, la revista Nature Climate Change contabilizó que, en 2018, el turismo aportó alrededor del 8 por ciento de las emisiones de carbono de todo el planeta, sin contar el impacto ambiental que tiene en la vida de las ciudades y pueblos, ya que es una actividad basada en el consumo.

Sobre los velos, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (AITA) estimó que el virus costaría a las aerolíneas internacionales hasta 113 mil millones de dólares. Sin embargo, la contingencia ha demostrado en muy poco tiempo, los beneficios ambientales que acarrearía consumir solo lo necesario, sin hacer uso extensivo de los recursos.

Según el profesor Christopher M. Jones, desarrollador principal de CoolClimate Network, un consorcio de investigación aplicada del Laboratorio de Energía Renovable y Apropiada de Berkeley, quien estudia la huella de carbono relativa a comer en casa o salir a comer fuera, registró que los resultados de las cuarentenas son confusos.

“Todavía no tenemos evidencia concluyente. Desperdiciamos alrededor del 25 por ciento de los alimentos que compramos y hay que considerar el costo de las distancias recorridas en vehículos para comprar o disfrutar de esos alimentos.”

Por ello, durante la contingencia, las compras de comida deben ser más rigurosas y los hogares deberían hacer un uso más racional de los alimentos, así como aprovechar para cuidar una dieta balanceada y reducir el consumo de carnes rojas.

Mientras tanto, el consumismo de la humanidad ha asaltado las plataformas tecnológicas de compras y entretenimiento como Netflix, HBO y Amazon.

Todas estas precauciones adicionales para mitigar el brote de coronavirus podrían tener un impacto directo en la reducción de nuestra huella de carbono al planeta. Aunque también están aumentando los residuos hospitalarios, dada la necesidad de usar una sola vez y durante pocas horas los trajes y demás utensilios de protección del personal médico y de los pacientes atendidos, así como la fabricación de medicamentos, etc.

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