Sostenibilidad

Detrás de los jardines de Yucatán está Josefina Larraín

Los jardines acuáticos como ecosistemas vivos de plantas acuáticas y peces endémicos provenientes de los cenotes de la región también cumplen una función importante

Ciudad de México, 29 de noviembre de 2021.— Las haciendas yucatecas han pasado por un proceso de historia, cultura y restauración que las ha colocado en uno de los espacios favoritos del turismo. Uno de los aspectos más importantes que hacen un cambio en sus instalaciones son los diseños paisajistas que dan los jardines y la vegetación que las rodea.

El paisaje introducido en la antigua Hacienda San Antonio Hool es uno de los principios más fuertes en la intervención que se realizó junto con el plan maestro de la restauración para este recinto.

El estudio Reyes Ríos – Larraín fue el encargado de llevar a flote el proyecto de restauración de la hacienda, la pareja de arquitectos Salvador y Josefina, fueron las mentes maestras para lograr el gran cambio sin dejar de lado la historia de este inmueble. Josefina Larraín fue la responsable de traer a la vida los jardines que se mantenían por medio de quemas, así que, regresarles el color no fue tarea fácil.

La artista, restauradora y paisajista estudió Filosofía en la Universidad de Friburgom, Alemania. En 1990 adquirió el edificio de la Casa de Máquinas de una antigua hacienda henequenera en el sureste de México, convirtiéndose en precursora en la rehabilitación de haciendas en Yucatán. Ha tenido a su cargo trabajos de diseño de jardinería y diseño interior de algunas haciendas y casonas rehabilitadas como hoteles de lujo en Mérida y otras ciudades de México.

El concepto del diseño paisajístico partió de tres ideas centrales: el primero, crear un jardín botánico donde las especies endémicas y exóticas actualmente en peligro de extinción o en desuso, fueran las protagonistas; el segundo fue crear zonas abiertas con su propio carácter, hechos para su nuevo uso y con el respeto y acompañamiento de la arquitectura histórica del lugar y, finalmente, la tercera idea era crear una unión donde los productos del nuevo jardín fueran cosechados en el huerto y utilizados para la elaboración de bebidas e ingredientes frescos en las recetas creadas exclusivamente para la hacienda, enriqueciendo con ello su oferta de hospitalidad.

Por otra parte, el proyecto de regeneración vegetal siguió los principios de conservación del conjunto patrimonial de consolidación de la vegetación endémica existente, especialmente las palmas de huano que sobrevivieron al paso de los años y se ubican principalmente en la zona del huerto.

El amplio espacio de la explanada se ha dejado libre de vegetación alta o de altura media, permitiendo se utilice para eventos al aire libre. Los elementos vegetales introducidos en ese espacio conforman además un perímetro verde cuya función es crear una zona de contención natural para que los edificios patrimoniales queden a salvo en caso de eventos muy concurridos.

La introducción de jardines acuáticos como ecosistemas vivos de plantas acuáticas y peces endémicos provenientes de los cenotes de la región también cumplen una función importante de estabilizar la humedad, atraer la vida animal local y controlar de manera natural los mosquitos.

Los nuevos andadores y caminos propuestos para acompañar el paisajismo son de material base tipo sahcab, una mezcla de cal usada por los mayas estabilizado con cal y un sello con líquido hidrófugo que garantizará su apariencia natural y durabilidad. El diseño es una recreación contemporánea de los antiguos caminos blancos angostos y nivelados que servían en las antiguas haciendas henequeneras para permitir el paso de los que transportaban las pencas de henequén y la fibra de sosquil que se obtenía de ellas.

Donde antes hubo un jardín inexistente con muy pocas especies originales sobrevivientes, hoy se levanta un extenso oasis que hace homenaje a las especies nativas de Yucatán.

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