Residuos

Estudio muestra que piezas de Lego pueden durar mil 300 años en el mar

Los bloques del juego pueden estar en medio marino y sufrir degradación, abrasión y cambio de color, mientras que a la intemperie pueden permanecer más tiempo intactos

Teorema Ambiental/Redacción

Plymouth, Reino Unido, 18 de marzo de 2020.— Una pieza de Lego podría permanecer en el océano hasta mil 300 años, según un estudio dirigido por la Universidad de Plymouth, donde se examinó cuál sería el desgaste de estos juguetes populares en todo el mundo si fueran desechados incorrectamente en un ambiente marino.

Por ello, los investigadores reiteraron la importancia de manejar adecuadamente todos los recursos de que disponen, para favorecer el reúso y el reciclaje, sobre todo los residuos plásticos.

Para realizar el estudio, se analizaron piezas encontradas en las playas del suroeste de Inglaterra y comparadas con piezas nuevas. El rango de degradación resultante fue de entre 100 y mil 300 años en el fondo del mar.

Los investigadores refieren que los bloques del juego pueden estar en medio marino y sufrir degradación, abrasión y cambio de color. Sin embargo, a la intemperie pueden permanecer intactos durante más tiempo.

Por ello, varios grupos civiles y ambientalistas de todo el mundo se han dedicado a recuperar miles de piezas y otros deshechos plásticos durante limpiezas regulares en las playas.

Para este trabajo, publicado en la revista Environmental Pollution, se compararon 50 piezas de Lego desgastadas, construidas con acrilonitrilo butadieno estireno (ABS) y recogidas en las playas; fueron lavadas y luego pesadas en el laboratorio de la universidad, donde se midió también su tamaño.

Al comparar esos artículos con piezas sin usar que datan de las décadas de 1970 y 1980, los investigadores pudieron identificar los niveles de desgaste y, en consecuencia, proyectar cuánto tiempo tardarían en degradarse completamente.

“Lego es uno de los juguetes infantiles más populares de la historia y parte de su atractivo ha sido siempre su durabilidad”, explicó Andrew Turner, autor de la investigación.

Además, las piezas que fueron recolectadas en el mar ya presentaban fracturas y se habían perdido algunos pedazos, por lo que además, podrían descomponerse en microplásticos.

“Una vez más se enfatiza la importancia de que la gente se deshaga de los artículos usados de manera adecuada para asegurarse de que no planteen problemas potenciales para el medio ambiente”, concluyó el autor.

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