- El país debe priorizar la estabilidad en el suministro eléctrico para satisfacer la demanda y aprovechar esta oportunidad histórica en el ecosistema industrial
Teorema Ambiental/Redacción
México es un destino clave para las inversiones extranjeras debido al crecimiento del nearshoring, pero para mantener esta tendencia es crucial garantizar la producción sostenible de la industria energética nacional. A este respecto los expertos destacan que el país debe priorizar la estabilidad en el suministro eléctrico para satisfacer la demanda de los inversionistas, reforzando con ello toda la infraestructura actual, y para aprovechar esta oportunidad histórica en el ecosistema industrial.
En este sentido, el apoyo del sector de la construcción a la hora de ampliar la infraestructura resulta clave no solo para impulsar la producción energética, sino también para sostenerla. Y es que la Secretaría de Energía (Sener) de México prevé un importante aumento en la producción de crudo para el año 2030, estimando que la producción nacional alcance los 2.39 millones de barriles diarios, lo que supondría un 44.6 por ciento más que en 2023.
Este cambio significativo se debe a la próxima inclusión de recursos no convencionales que tendrá lugar a partir de 2025, y de la prospección de aguas profundas, que se llevará a cabo a partir de 2028.
Ante estas perspectivas de crecimiento, Sarens, empresa especializada en levantamiento de cargas pesadas, transportes especiales y alquiler de grúas, como actor mundial de referencia en la instalación y mantenimiento de plantas energéticas en todo el mundo, se posiciona como un aliado estratégico para apoyar a instituciones públicas y privadas de México debido a su amplia experiencia internacional.
Al contar con un equipo altamente cualificado y la maquinaria más vanguardista, Sarens representa una pieza clave en sectores tan importantes como el del petróleo, el gas o la energía eólica para seguir desarrollando y aumentando la inversión en la creación de nuevas infraestructuras, así como en la renovación de aquellas ya existentes.
Así las cosas, México se encontraría preparado para capitalizar la oportunidad del nearshoring. Al contar con una infraestructura energética más competitiva, la inversión y la relocalización de las cadenas de valor globales, impulsadas por tensiones geopolíticas y rivalidad entre algunas naciones, podría beneficiar a México debido a su cercanía geográfica con EE. UU. y acuerdos comerciales como el T-MEC.
Dentro de este complejo ecosistema también debe tenerse en cuenta el crecimiento orgánico del sector, que ya empieza a mostrar signos positivos de recuperación. Este es el caso del acuerdo logrado el pasado mes de agosto por Petróleos Mexicanos (Pemex) para perforar en el golfo de México, en un momento en que la empresa estatal de energía recurre al sector privado para impulsar la producción de crudo. Este acuerdo alcanzado con CME Oil and Gas, con sede en México, se dispone a reactivar los campos de Bacab y Lum, pozos maduros que forman parte del gigantesco yacimiento Ku-Maloob-Zaap.
Según indica José Aceves, Country Manager de Sarens en México, “desde Sarens, creemos que solo mediante una inversión continuada en infraestructura estaremos más cerca de esta meta, por lo que nos ponemos a disposición de todas las instituciones que requieran de nuestras soluciones para impulsar este sector industrial tan importante para la economía de nuestro país. Creemos que la colaboración entre los sectores público y privado es clave en la construcción del futuro energético del país y, por ello, esperamos poder colaborar con la industria para llevar a cabo la revitalización tanto del sector renovable, como petrolífero, consiguiendo así seguir atrayendo la inversión extranjera”.
Fotografía: Sarens