Hay incertidumbre sobre la política energética bajo la administración de Andrés Manuel López, porque desde el año pasado se suspendieron las subastas para proyectos de energías limpias
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 11 de junio de 2020.— El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) presentó este miércoles el informe anual sobre inversiones en energías renovables “Global Trends in Renevable Energy Investment 2020” (Tendencias Globales en la Inversión de Energía Renovable 2020) y señaló que hay preocupación por la política energética de México, pues está provocando incertidumbre en el sector a escala internacional.
Lo más alarmante que señala el reporte es una “incertidumbre sobre la política energética bajo la administración de Andrés Manuel López”, debido a que desde el año pasado se suspendieron las subastas para instalar proyectos de energías limpias.
El documento señala que aunque durante el año pasado en el país se invirtieron cuatro mil 300 millones de dólares en proyectos de energías renovables, con un 17 por ciento más que en 2018, están lejos de los seis mil 100 millones invertidos en 2016. Detalla que las inversiones en energía eólica cayeron 15 por ciento en 2019, a 887 millones de dólares, mientras que las de energía solar aumentaron 31 por ciento, a tres mil 400 millones de dólares.
Además, menciona la decisión del gobierno federal de hace unos días de cambiar las normas para permitir la participación de proyectos privados para la generación de energía renovable y que de facto bloquean la operación de los proyectos de energía limpia, una decisión que calificó como “inesperada”, que además provocó una lluvia de amparos de las empresas afectadas, las cuales una a una han ido ganando en los tribunales mexicanos.
En ese sentido, la Secretaría de Energía justificó su decisión bajo el argumento de que las energías eólica y fotovoltaica son “intermitentes”, porque dependen de las condiciones meteorológicas en la región donde están instaladas y factores sociales como la contingencia sanitaria por el COVID-19 obligan a tener una carga base de energía que sea confiable, como la que producen las plantas termoeléctricas, que son altamente contaminantes porque queman combustóleo al operar.
Al respecto, Ulf Moslener, profesor en financiación de energía sustentable de Frankfurt School y colaborador del artículo, indicó que no entiende “el argumento del gobierno mexicano”. Reconoció que integrar las fuentes de energía limpia en las redes eléctricas es un desafío; en el mundo existe tecnología suficiente para resolver problemas de transmisión y almacenamiento a los supuestos problemas que plantea el gobierno mexicano.
“Si no se tiene una red fiable, por supuesto no va a funcionar. Hay dificultades técnicas para integrar grandes cantidades de energía renovable pero se puede solucionar con plantas de gas flexibles o la gestión inteligente de la red”, explicó. “Entiendo el desafío general de integrar una fuente fluctuante de producción de electricidad en una red existente pero no veo la relación con la pandemia”, agregó.
Por otro lado, indicó que suspender las subastas “es muestra de que hay una falta de voluntad política más que un problema relacionado con COVID-19. México debería estar equipado con fuentes de energías renovables. Es preocupante”, lamentó.
En el ámbito regional, el reporte señala que Latinoamérica tiene tres ventajas particulares sobre otras partes del mundo para la instalación de fuentes de energía renovable.
Cuenta con “excelentes recursos para la generación eólica, solar y de biomasa, además su desarrollo de políticas ha puesto el énfasis en permitir subastas para distribuir nueva capacidad, lo cual ha dado confianza a promotores internacionales como Enel, EDF y Mainstream Renewable Power, así como los prestamistas internacionales”, para invertir en esta parte del planeta.
Sin embargo, estos dos últimos aspectos se han visto amenazados por la actual administración federal en México: “Las inversiones en renovables dependen en gran medida en cómo los gobiernos reaccionan. El apoyo político es bastante relevante. La credibilidad de los gobiernos en responder al desafío de la integración de renovables en las redes eléctricas es central. Si no existe, los inversores desaparecen”, explica el experto.
En 2019 las inversiones globales en energía renovable alcanzaron 282 mil 200 millones de dólares, con un aumento del 1 por ciento respecto a 2018 y se añadieron 184 gigavatios (GW) de capacidad eléctrica limpia que es similar a la capacidad de un reactor de energía nuclear.
Además, los compromisos existentes de inversiones en energía renovable de aquí a 2030 equivalen a 1 billón de dólares y crearán 826 GW de capacidad de generación, mientras que el costo de instalación de energía renovable ha caído a su nivel más bajo, por lo que con la misma inversión se puede obtener más capacidad de generación.