Desarrollo Urbano

Pandemia agudiza desigualdades en las ciudades: WRI

La falta de acceso a servicios esenciales como el agua, la vivienda y la salud han complicado o imposibilitado que miles de millones de personas vulnerables cumplan con las medidas

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 23 de abril de 2020.— La pandemia del COVID-19, además de crear una nueva realidad para la gente de todo el mundo, obligada a permanecer en casa y mantener el distanciamiento social, también ha ocasionado que miles de millones de personas que viven en pobreza, no puedan cumplir con estas disposiciones sanitarias, debido a que estas pautas suponen que los ciudadanos tienen un espacio de vivienda adecuado, acceso a servicios básicos, una fuente de ingresos y redes de seguridad social para sobrevivir.

Pero esto no es parte de la realidad de muchas personas en ciudades en Asia, África y América Latina, por lo que la contingencia marcará el desempeño de las ciudades durante generaciones y se basará en la respuesta que adopten las urbes para hacer frente a la pandemia, debe ir de la mano con la creación de urbes más igualitarias y resilientes a futuros brotes de otras enfermedades y a otros desastres.

Por ello, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) presentó algunas formas en las que la pandemia actual afecta a las ciudades, y cuáles son algunas de las soluciones para mitigar ese impacto para tener urbes más fuertes.

Un golpe al acceso a servicios básicos

De acuerdo con el informe “Hacia una ciudad más igualitaria” del WRI, la falta de acceso a servicios esenciales como el agua, la vivienda y la salud han complicado (si no hasta imposibilitado) que miles de millones de las personas más vulnerables cumplan a cabalidad con las medidas para disminuir la velocidad de propagación del COVID-19.

Reconocer esta profunda desigualdad social en las ciudades y garantizar el acceso universal a los servicios básicos, es clave para aplanar la curva de contagio y construir resiliencia.

  1. Los proveedores de atención a la salud, gubernamentales y privados, deben redoblar sus esfuerzos para proporcionar acceso a los servicios de emergencia en las zonas más desatendidas de las ciudades, así como ayudar a quienes necesiten ponerse en cuarentena. Los datos sobre el acceso a los servicios de salud y los espacios para realizarse la prueba de COVID-19 pueden ayudar a las ciudades a identificar los puntos conflictivos.
  2. Los gobiernos municipales deben trabajar más estrechamente con los líderes comunitarios y las ONG en asentamientos informales y otras comunidades de riesgo, tanto para comprender mejor lo que está sucediendo, como para comunicar mensajes sanitarios clave.
  3. Se debe dotar a las ciudades de flujos de datos más granulares y actualizados periódicamente para que funjan como una base sólida para la toma de decisiones.

Viviendas asequibles y acceso a espacios públicos verdes

Más de mil millones de personas viven en barrios marginales y asentamientos informales en todo el mundo. En las ciudades en desarrollo, entre el 50 y el 80 por ciento del empleo es informal. Muchas de estas familias viven al día y habitan en vecindarios con una alta densidad poblacional y con un acceso pobre a servicios básicos. Muchos no tienen cuentas bancarias, contratos laborales o algún tipo de seguro. En resumen, carecen de los recursos para obedecer las órdenes de confinamiento y sobrevivir.

Es necesario adoptar medidas temporales y a largo plazo para que las personas tengan acceso a viviendas asequibles y a espacios públicos, y que ayuden a garantizar un crecimiento urbano planificado que mejore las condiciones de vida de los residentes de asentamientos informales.

Dichos cambios permitirían que las personas puedan respetar las medidas para hacer frente a la pandemia, como el distanciamiento social, y evitarían que el número de habitantes sin acceso a una vivienda en las ciudades aumente. Se estima que para el año 2025 esa cifra podría llegar a los mil 600 millones de habitantes.

Por otro lado, los parques y áreas verdes son de los pocos espacios en las urbes que han experimentado un aumento en las visitas durante la pandemia, lo que pone de manifiesto la necesidad de incluir espacios abiertos, cuencas hidrográficas, bosques y parques en la planificación urbana futura porque van a ayudar a las ciudades a implementar servicios de emergencia y protocolos de evacuación cuando así lo requieran.

Agua, saneamiento e higiene

Invertir en saneamiento y en garantizar el acceso universal al agua potable es esencial para la salud pública, por lo que los gobiernos deben priorizar tres estrategias:

  1. Invertir de manera generosa en el acceso al agua potable y en saneamiento para hacer el agua más asequible y garantizar el suministro para todos.
  2. Gestionar eficazmente los recursos hídricos para que todos, incluyendo las comunidades más marginadas, dispongan de acceso a agua potable.
  3. Impulsar de manera masiva la inversión en infraestructuras naturales como cuencas hidrográficas boscosas y las llanuras aluviales, que son suministros de agua potable.

Con estas medidas, las comunidades podrán estar listas para afrontar futuras crisis hídricas y de salud, pero además han demostrado que pueden impulsar de manera importante la generación de empleos y el aumento de salarios.

Otras soluciones incluyen garantizar acceso a las instalaciones básicas de agua y saneamiento de forma gratuita, entre ellos, el uso de camiones cisterna, provistos por el gobierno, instalaciones móviles para lavarse las manos y otras formas de respuesta rápida, especialmente en los barrios marginales y vulnerables, podrían proporcionar una mejora inmediata.

La paralización del transporte

Las restricciones en los viajes son de los cambios más evidentes en el funcionamiento de las ciudades en todo el mundo. Las restricciones además han tenido repercusiones de gran alcance en la productividad, la contaminación atmosférica y las emisiones de carbono. Experiencias pasadas muestran que las reducciones en emisiones contaminantes derivadas por una recesión económica son temporales.

Un análisis realizado por WRI México y la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM), estimó el impacto social, económico y financiero de la emergencia sanitaria en el sector en 13 ciudades de México.

El análisis encontró que el 38 por ciento de las personas de la muestra que han cambiado su modo de transporte sufrieron un aumento en su gasto destinado para ese fin del doble o más del doble, lo que impactó en su ingreso e incrementó su vulnerabilidad ante la emergencia.

Además, hasta el momento, se estima una reducción del 60 por ciento en la demanda, lo que se traduce en menores ingresos para el sector y en el deterioro de la oferta y cobertura del servicio.

El ejercicio recomendó la adopción de las siguientes medidas:

  1. Adoptar una visión de Estado, una intervención conjunta con el liderazgo del gobierno federal, en coordinación con los gobiernos locales.
  2. Priorizar el diseño y la implementación de medidas que brinden seguridad laboral a las personas trabajadoras del sector.
  3. Asignar fondos de emergencia entregados a través de mecanismos transparentes y eficientes, que aporten a la sostenibilidad financiera y operativa de largo plazo.
  4. Diseñar esquemas de apoyo federal que contribuyan a la reactivación financiera, económica y social del transporte público.
  5. Priorizar la aplicación de recursos en sistemas que cuenten con mecanismos de ejecución transparentes y eficientes para la aplicación de los recursos de emergencia, como son las cuentas concentradoras de recursos, los sistemas de recaudo, las tarjetas personalizadas para estudiantes y personas de la tercera edad.
  6. Prever la recuperación del sector, tomando en cuenta no solo la compensación de las pérdidas sino la inversión que reactive su transformación y mejora.
  7. Establecer esquemas legales e institucionales futuros que prevean la ocurrencia de contingencias y otras emergencias.

La pandemia de COVID-19 pone al descubierto dos hechos inevitables sobre nuestra realidad: estamos más interconectados que nunca, y las ciudades están en la primera línea en esta crisis y estarán así ante cualquier crisis igualmente globalizada en el futuro.

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