Desarrollo Urbano

INAH halla vestigios arquitectónicos del origen de la colonia Doctores

Se hallaron 45 muros de cimentación de finales del siglo XIX e inicios del XX, concentraciones de loza fina y cerámica, además de rieles de tranvía de mediados de la centuria pasada

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 6 de noviembre de 2020.— Entre el ocaso del siglo XIX y el inicio del XX, surgió la colonia Hidalgo como parte de la expansión de la Ciudad de México; un desarrollo habitacional que nombró a sus calles en homenaje a médicos ilustres de la época de la Reforma y el porfiriato: Eduardo Liceaga, Rafael Lucio, Fernando Zárraga y Leopoldo Río de la Loza, entre otros.

Actualmente, este espacio se conoce como la colonia Doctores. Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizaron labores de salvamento arqueológico donde descubrieron elementos arquitectónicos, como muros y pisos, cuya antigüedad se remonta al origen de la urbanización de esta colonia.

El hallazgo fue realizado durante una serie de trabajos de renovación de infraestructura lumínica, de drenaje y sustitución de aceras que el Gobierno de la Ciudad de México realiza sobre las avenidas Chapultepec y Río de la Loza, tales vestigios corresponden a los cimientos de las primeras casas construidas en esa colonia.

El arqueólogo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, Daniel Santos Hipólito, informa que las acciones de salvamento iniciaron en junio pasado y se extenderán hasta enero de 2021, en un área de 4.61 kilómetros, entre la Glorieta de los Insurgentes y la avenida Balderas.

Para cubrir esa extensión, se crearon cuatro tramos de supervisión a cargo del propio arqueólogo Daniel Santos y de las arqueólogas Marlen Palacios López y Martha Araceli García Orihuela, también adscritas a la DSA.

En profundidades que llegan a los 2.50 metros bajo el actual nivel de la calle, el equipo de especialistas ha ubicado 45 muros de cimentación, con grosores de entre 60 y 70 centímetros, hechos mayormente con piedras basálticas negras y unidos con argamasas de cal y arena.

“Incluso, frente a un predio de Río de la Loza, localizamos restos del sótano de una antigua casa. Era una bóveda de cañón corrido con techo de ladrillo, misma que podría haber sido usada para fraguar metales, ya que encontramos algunos cajetes de grafito que guardaban restos de metal en su interior”, comenta el especialista.

Si bien dentro del proyecto no se han recuperado piezas completas, en algunas calles, como las de Dinamarca, Havre y Guaymas, se detectaron concentraciones de lozas finas en proceso de manufactura, las cuales, probablemente, por acabados como el denominado “oro sobre blanco”, fueron elaboradas para imitar marcas de cerámicas europeas como la Petrus Regout & Co. Maastricht, de Holanda.

Otro hallazgo fueron los remanentes de un canal subterráneo de agua, de 1.20 cm de ancho por 1.70 cm de alto, el cual estaba tapiado con lajas de basalto y, por su ubicación, sobre avenida Chapultepec y entre las calles de Morelia y Guaymas, cerca del actual monumento a Giuseppe Garibaldi, pudo haber sido un ramal o derivación del acueducto virreinal de Chapultepec.

Los arqueólogos teorizan que el canal habría podido llevar agua a un edificio civil, un templo o alguna plaza del barrio de La Romita.

Entre la avenida Chapultepec y la calle Enrico Martínez también se han encontrado concentraciones de caracoles acuáticos de la especie Helisoma orbicular y Physa sp.

Preservar el pasado de la colonia Doctores

Como parte del proyecto de salvamento, a cargo del INAH, los arqueólogos han indagado en la historia de esta parte de la Ciudad de México. Se sabe que la actual avenida Río de la Loza se ubica en lo que fue la orilla sur de la isla de Tenochtitlan y el campan (parcialidad) de Moyotlan.

“Alfonso Caso, en su obra Los barrios antiguos de Tenochtitlan y Tlatelolco no establece un nombre para el barrio donde actualmente pasa esta parte de la avenida Río de la Loza, pero anota que se encuentra junto a los de Atlampa, Tlacocomulco y Aztacalco”, ligado este último a la citada Romita.

Después de la Conquista, el campan de Moyotlan se consagró a San Juan y fue el hogar de los descendientes de la nobleza indígena tenochca. No obstante, el área que ahora concentra los hallazgos históricos comenzó su urbanización hasta finales del siglo XVIII, según evidencian los distintos mapas consultados por los investigadores, como el de Carlos López de Troncoso, de 1760.

Los terrenos de la antigua colonia Hidalgo (Doctores) fueron por mucho tiempo llamados “La Indianilla”, a partir de tres indígenas que compartían nombre: María Clara, María Concepción y María Paula. Así se conoció a la estación central de tranvías de la ciudad: La Indianilla.

También se han registrado y protegido segmentos aislados de rieles de tranvía de mediados del siglo XX, a profundidades de diez centímetros o, incluso, en superficie.

Tras estos hallazgos, el INAH recomendó a la empresa contratista encargada de las obras de infraestructura, que los vestigios queden protegidos por una geomalla y distintas capas de grava y arena, y así dar paso a las jardineras de la nueva acera.

“Estos elementos forman parte de un proceso muy particular de urbanismo de finales del siglo XIX. Nos hablan de la gente que vivió y creció aquí, por lo cual debe asegurarse su preservación”, concluye el arqueólogo.

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