Los vecinos cerraron Insurgentes Sur y lograron que los reciban en el GDF
México, D.F.— Durante la jornada en la que realizaron bloqueos intermitentes de la avenida de los Insurgentes Sur, los Vecinos Unidos del Centro Histórico de Tlalpan denunciaron “la saturación de usos de suelo autorizados para funcionar como centros sociales, culturales y de información”, pero que son convertidos “en oficinas públicas, privadas, antros y comercios”, propiciando que, “además de incrementar fuertemente la población flotante sin poseer una infraestructura urbana, vial y ambiental adecuadas”, se aliente “el fenómeno de ‘terciarización’, transformando el suelo habitacional por el de ‘servicios’”.
Como resultado del cierre intermitente que causó un congestionamiento vial, acudieron representantes de la Jefatura Delegacional y del Gobierno del Distrito Federal para ofrecer un diálogo con los vecinos, quienes aceptaron una reunión con el GDF como mediador, para el próximo miércoles, expresando que la única forma de dejar a un lado sus manifestaciones será el cierre y desalojo de las oficinas en Calvario 61 y Abasolo 105.
Al señalar la lucha particular para lograr el “cierre y desalojo” de las oficinas de la Dirección de Administración de la Delegación Tlalpan, “enmascaradas” —de acuerdo con los demandantes— con un uso de suelo para “centro de procesamiento de datos y archivo”, la vocera del movimiento ciudadano, Sara Espíritu Reyes, destacó que los recientes jefes delegacionales y la actual, Maricela Contreras, “no ponen el ejemplo para la protección, conservación y defensa de las zonas patrimoniales, sino todo lo contrario, favorecen el crecimiento urbano en forma desmedida, destruyen el paisaje típico y afectan la calidad de vida de sus habitantes”.
“La operación de una oficina de procesamiento de datos y archivo con aproximadamente 150 empleados (por turno) para atender las funciones administrativas de la delegación, pero ubicada inapropiadamente en una zona en donde la vocación original de su uso de suelo es habitacional, va a provocar un fuerte impacto urbano, vial, ecológico y ambiental, destruyendo nuestro ya deteriorado patrimonio tangible e intangible, paisaje típico, salud y calidad de vida”, aseguró.
Los vecinos declararon que se están uniendo con otros grupos sociales de la Delegación Tlalpan que, como ellos, son afectados por las malas decisiones de Maricela Contreras, para generar un movimiento que detenga el deterioro de su entorno.
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