Los bosques son considerados uno de los bancos más grandes del mundo para capturar todo el carbono emitido a la atmósfera
Ciudad de México.— Las actividades humanas liberan cerca de nueve mil millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año por la quema de combustibles fósiles y cambio en el paisaje.
Cerca de cuatro mil millones de toneladas terminan en la atmósfera, dos mil millones se disuelven en el océano, y los otros tres mil millones son absorbidos por los ecosistemas de tierra especialmente los bosques.
Los bosques son considerados uno de los bancos más grandes del mundo para capturar todo el carbono emitido a la atmósfera a través de los procesos naturales y las actividades humanas. Ellos cubren alrededor del 30 por ciento de la superficie de la Tierra, mientras que representan el 50 por ciento de la productividad de las plantas.
El 45 por ciento del carbono almacenado en tierra se encuentra en los bosques.
Para los expertos, la protección del carbono es crucial en la estabilidad del clima, y muy especialmente el que se encuentra almacenado en los bosques tropicales.
Alrededor del 20 por ciento de los bosques tropicales de la Amazonia se encuentran amenazados por la extracción legal e ilegal de madera, la construcción de nuevas carreteras y represas y la expansión de la agricultura comercial y las irresponsables actividades de las industrias minera y petrolera.
La explotación agrícola, minera y maderera de las zonas protegidas del Amazonas, sumada al incumplimiento de los derechos territoriales indígenas, ponen en peligro los bosques de países tropicales. La tala ilegal, la minería, las represas y los proyectos agrícolas ponen en peligro las reservas de carbono en territorios indígenas y áreas protegidas de la Amazonia.
En total, estos territorios almacenan el 55 por ciento del carbono de toda la región amazónica.
Así se desprende de un informe presentado durante la Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP20).
