Contaminación

Cimari idónea opción para el manejo de residuos peligrosos

Apesar de los graves riesgos ambientales que implica la inadecuada disposición de los residuos industriales peligrosos, en México sólo se cuenta con un confinamiento controlado, que capta 12 por ciento del volumen total de generación reportado.

Por tal razón es imperativo contar con un mayor número de los denominados centros integrales de manejo y aprovechamiento de residuos industriales (CIMARI) ya que constituyen una confiable opción para garantizar una correcta disposición.

El único CIMARI existente en nuestro país pertenece a la empresa Residuos Industriales Multiquim (RIMSA) y se ubica en Mina, Nuevo León. Se calcula que recibe al día mil 200 toneladas de residuos peligrosos, lo que significa un volumen anual promedio de al menos 450 mil toneladas.

Cantidad que si se compara con las cifras preliminares difundidas por el Instituto Nacional de Ecología (INE), que indican que el volumen anual de residuos peligrosos que manifiestan tener las más de 27 mil empresas registradas como generadoras asciende a 3´705,846.21 toneladas, entonces resulta preocupante desconocer el destino del 88 por ciento restante que no capta la planta de Mina y que existe la posibilidad de que se orienten a confinamientos clandestinos o simplemente se depositen en ríos, lagos, mares o tiraderos a cielo abierto donde contaminan potencialmente.

Cabe señalar que en 1994 el INE realizó una estimación del volumen anual de generación de residuos peligrosos en el país, para lo que utilizó como referencia las apreciaciones que se hicieron en Ontario, Canadá, acerca de la generación de los diversos giros que componen su industria y asumiendo que las empresas mexicanas de los mismos giros generarían volúmenes semejantes.

Con base en esos cálculos, se consideró que en México se deberían estar generando alrededor de ocho millones de toneladas anuales de residuos peligrosos.

Sin embargo, este dato no toma en consideración el hecho de que empresas de un mismo giro pueden generar volúmenes diferentes de residuos peligrosos, en función de los materiales peligrosos o no peligrosos que empleen como insumos, del tipo de procesos o tecnologías que utilicen, así como de la eficiencia de sus procesos productivos.

Por tal razón, esa cifra sólo se usa como un marco de referencia y se prefiere utilizar el volumen que manifiestan los generadores de residuos peligrosos registrados, aunque este dato también requiere ponerse en perspectiva tomando en cuenta todos los señalamientos que se hacen sobre lo que significa, sus alcances y limitaciones.

En entrevista con Teorema Ambiental, Salvador Orozco, gerente ambiental, seguridad y salud División Sur de RIMSA, manifestó que las principales causas por las que no hay más confinamientos radican en cuestiones de oposición en el ámbito social por el mal concepto que se tiene debido a la falta de información acerca de los riesgos y ventajas reales de estos sitios.

Además indicó que aún es muy deficiente la gestión ambiental en México, pero opinó que existe un sólido marco legal para hacer una buena elección de los proyectos que son profesionales y que presentan un excelente nivel tecnológico, pues podrían coadyuvar en la solución de los problemas derivados de la falta de disposición correcta de residuos peligrosos, aunque la gestión es sumamente larga y tediosa. El trámite de RIMSA empezó en 1985 y fue hasta 1988 cuando entró en operación.

Orozco explicó que en un principio se realizaban las gestiones hasta el punto de comenzar la construcción del confinamiento, entonces, al percatarse de la situación, la población se oponía radicalmente y provocaba que se cancelara la obra, lo que desalentó a muchos inversionistas.

Una estrategia factible que otorgue certidumbre a las autoridades, inversionistas y a la comunidad, consistiría en que de acuerdo con los sitios que ha determinado la autoridad como los más idóneos por su vocación natural para instalar los Cimari y que se encuentran generalmente en las zonas con mayores afectaciones económicas porque son de características áridas que no pueden brindar beneficios desde el punto de vista agropecuario, se proceda a manifestar la ventaja en cuanto a la creación de empleos indirectos y la construcción de infraestructura necesaria para la operación de la planta como la construcción de caminos que ayudarían al desarrollo de la zona.

Y después de plantear a las comunidades candidatas a recibir un proyecto de esta naturaleza las verdades y mitos en cuanto a los riesgos y ventajas, se sometería a concurso, y serían estos mismos grupos, luego de evaluar las perspectivas, los que solicitarían que se establezcan en su región.

El Cimari de Mina, seguro y eficiente complejo

La empresa RIMSA está ubicada en el kilómetro 86 de la carretera Monterrey-Monclova, en una superficie de mil 300 hectáreas de las cuales 700 son de área de amortiguamiento.

Con una inversión de millones de dólares tan sólo por la extensión del terreno, las instalaciones están asentadas en una zona semidesértica, con una precipitación pluvial de 200 milímetros promedio anual, y cuya vida útil es de 60 años más al ritmo de generación actual.

Para la disposición de los residuos se cuenta con celdas especiales con capacidades superiores a 500 mil metros cúbicos, construidas con sistemas de geomembranas que incluyen una capa de bentonita protegida por una malla ciclónica, una membrana de polietileno de alta densidad, una capa de algodón de bentofix, un sistema recolector de lixiviados y otro para el monitoreo de los mantos freáticos, que garantizan la seguridad en el manejo de los residuos. En el complejo se encuentran las plantas de neutralización, oxidación, reducción y la destinada a mezcla de combustibles alternos.

Cabe mencionar que una superficie de confinamiento es una obra de ingeniería destinada a la disposición final de residuos peligrosos que asegure su aislamiento definitivo; tiene claramente definidas sus especificaciones en cuanto a diseño, materiales utilizados, construcción y operación, para lo que se toma como punto de partida la vocación natural del suelo y subsuelo.

Al referirse a la forma en que opera la planta, Salvador Orozco explicó que en primera instancia es necesario realizar un perfil del residuo que se va mandar al centro, la empresa generadora solicita un determinado servicio y el Cimari envía gente capacitada para verificar físicamente el material y en su caso tomar muestras y enviarlas al laboratorio de Mina.

Al definir las características del residuo y ser preaceptado se le otorga al cliente un número clave de aceptación y se prepara el transporte, de hecho, admitió que el aspecto que encarece drásticamente el costo de la disposición de los residuos es el flete, por la ubicación del confinamiento

Al arribar la carga a Mina, se verifica que el contenido coincida con lo que manifestó el cliente, si no coincide con la descripción se maneja como una discrepancia y se separa para analizarlo con el fin de determinar cuál es el tratamiento que le corresponde para informarle al generador el costo del mismo, procedimiento acorde a su política de no rechazar ninguna carga, lo que entra a la planta ya no sale, para evitar riesgos innecesarios. Si la carga manifestada es en apariencia la correcta sólo se muestrea 10 por ciento del total.

Después de verificar las características de las cargas, éstas se depositan en el área de distribución, donde se segregan por corrientes, y de allí se destinan a la sección de tratamiento o en caso de no necesitarlo a la de confinamiento.

Una vez tratados por diversos métodos que generalmente consisten en la adición de alguna sustancia química que con base en una tecnología de vanguardia cuentan con parámetros y formulaciones precisas para cada residuo que al mezclarse se logra abatir su peligrosidad inminente a rangos tendentes a cero, se trasladan a la celda de confinamiento que consiste en una excavación de siete u ocho metros de profundidad con un sistema de geomembrana y georred, con una capa de arcilla compactada en donde se pueden comenzar a depositar los residuos, libres de fluidos, ya sea aire o líquidos.

El talón de Aquiles en el confinamiento lo constituye el hecho de que en lugar de reducir el volumen que reciben lo incrementan, es en este sentido en el que siempre están en la búsqueda de compuestos más eficientes, a fin de lograr con menos volumen el mismo objetivo.

Orozco señaló que a pesar de la gran inversión que se requiere para construir un Cimari, es un negocio sumamente rentable y aún más si se considera que son una especie de monopolio involuntario donde todas las corrientes que se manejan apropiadamente se mandan a Mina.

Con respecto al transporte Orozco advirtió que uno de los aspectos básicos que debe cuidarse en cuanto a la transportación como manejadores de residuos peligrosos es conocer la tabla de incompatibilidad de materiales.

Es recomendable que los camiones estén en buenas condiciones mecánicas y cumplan todas las especificaciones que marca la normatividad, es decir, tener aditamentos de seguridad como barreras, cinturones y un sistema de doble fondo para que un eventual derrame no termine en la carretera.

Los conductores deben tener licencia tipo E, la cual los acredita como individuos calificados para actuar correctamente en una contingencia ambiental en caso de un accidente, derrame o problema de manejo, para que según el caso apliquen material absorbente, avisen a las autoridades o se acordone la zona.

– ¿Qué capacidad de respuesta tienen ante una contingencia en el confinamiento?

– Excelente, estamos extremadamente capacitados y es otro servicio más que prestamos, en ocasiones incluso hemos auxiliado a varias empresas de la zona con nuestra unidad de respuesta de contingencia, tenemos ambulancias, camión de bomberos dotado con todos los equipos necesarios, tanques o sistemas autónomos de respiración para entrar a atmósferas viciadas por algún tóxico, traje encapsulado para sustancias corrosivas o traje de menor nivel de protección, tambores de salvamento, extintores, material absorbente, picos, palas, todo lo necesario, además de que restauramos el sitio.

Son servicios que se cobran bastante bien porque no hay muchas empresas que los ofrezcan, el plan es que se tenga una unidad de este tipo en el centro del país, porque estamos limitados por las distancias.

Los planes y programas de expansión de RIMSA, que recibió los certificados de Industria Limpia e ISO 14000, están orientados a la diversificación que incluye la recuperación del valor que pueda identificarse en las corrientes de residuos que se manejan, vía recuperación y reciclaje, asimismo la solución de problemas ambientales in situ, mediante las tecnologías de vanguardia como biorremediación de suelos y tratamientos térmicos con recuperación de materiales.

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