Colaboraciones

Casas ecológicas hechas con botellas

Rafael Salas Vázquez*

El acceso a una vivienda digna es una condición necesaria para el desarrollo pleno del individuo. El Artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos mandata que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”; asimismo, la Ley de Vivienda mexicana tiene una definición amplia de lo que debe constituir una vivienda digna: es aquella que brinda a sus habitantes seguridad, así como aspectos de construcción, habitabilidad, salubridad y cuente con servicios, así como considere la protección de desastres.

El cuidado de nuestro entorno y el reciclaje de materiales en desuso es necesario para aminorar la degradación ambiental que día a día demerita la calidad de vida de los humanos y de las demás especies con las que cohabitamos en este planeta.

Es impostergable rectificar el camino en la búsqueda de soluciones integrales a lo que popularmente se conoce como “basura”, ya que es pertinente cuestionarnos: ¿en realidad los residuos son inservibles? Según la empresa Todo de Cartón, en México se producen más de diez millones de metros cúbicos de residuos mensualmente, depositados en más de 50 mil tiraderos de basura legales y clandestinos, que afectan el entorno. Los recursos naturales son utilizados como materias primas que luego son desechadas convirtiéndolas en focos de infección, creyendo erróneamente que se trata de cosas sin ningún valor o utilidad. Desde luego, la polución es proporcional a nuestros hábitos, sin embargo, al reciclar, el cambio cultural que se gesta permite vislumbrar más opciones para el destino final de los residuos sólidos urbanos y rurales.

La problemática reside, por un lado, en que leyes, políticas habitacionales, los esfuerzos y recursos para la vivienda han sido insuficientes. Por otro lado, la degradación ambiental y el calentamiento global han comenzado a generar estragos en la dinámica de las sociedades, por lo que se ha entendido que es impostergable priorizar el cuidado de los recursos que conforman lo que conocemos como medio ambiente. Además de la polución, la falta de cultura del reciclaje ha derivado en daños colaterales, que aunados a la desestabilización climática, impactan en la toma de decisiones del Estado. Un ejemplo es lo que el Gobierno del Distrito Federal a través del Sistema de Aguas de la ciudad de México y de la Secretaría de Protección Civil, realiza para prevenir inundaciones, ya que han calculado que el 50 por ciento de ellas son causadas por arrojar basura en la vía pública. Al respecto, el Gobierno del Distrito Federal comenzó una campaña para crear conciencia en la población de que la basura es una de las principales causas de encharcamiento e inundaciones en la ciudad y generar con ello una corresponsabilidad social. La campaña se ilustra con fotos reales y con una frase de reflexión que involucra el agua (lluvia), la basura, el medio ambiente y a las personas.

Esto significa que la relación entre el rezago habitacional y el manejo de residuos sólidos en México, pareciera que no poseen algún vínculo, sin embargo, ampliando criterios y formulando ideas innovadoras podrían conjugarse estrategias integrales que busquen mitigar ambas problemáticas. Según Javier Gavito Mohar, director general de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), en México, tres de cada diez familias están en rezago habitacional ampliado, porque carecen de vivienda o la que poseen está construida con materiales de baja calidad; también refirió que la población total del país es de 26.7 millones de familias, de las cuales 17.8 millones tienen casa propia y 8.9 millones están en situación de rezago.

De acuerdo con la metodología para la medición de la pobreza por ingresos que ha realizado el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se definen tres niveles de pobreza: 1) La pobreza alimentaria: Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta. 2) La pobreza de capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más que para estos fines. 3) La pobreza de patrimonio: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. Es decir, el rezago habitacional en México no pierde correlación con la situación económica de millones de personas.
La construcción de viviendas ecológicas con botellas, es una iniciativa con un objetivo fundamental: incrementar la calidad de vida de quien la habite fomentando el uso racional y sustentable de los recursos disponibles en su entorno. Desde luego que hay beneficios paralelos, pues al ser una construcción ecológica basada en el reciclaje de botellas de PET y de vidrio, se busca concientizar a la población, familia o comunidad beneficiada de la relevancia del cuidado ambiental, por lo que, además de ser transformada su vida de una manera positiva, se busca generar un plan integral que conjugue el seguimiento desde la óptica del trabajo social, para que además sea productiva y autónomo el desarrollo de quienes habiten dichas casas. Es decir, al ser construcciones poco comunes, se puede fomentar que en ellas se desarrollen pequeños comercios mediante los cuales las familias puedan hacerse de un recurso extra, y así, la casa ecológica termina siendo, además de un hogar, un pequeño centro turístico que genera una derrama económica no prevista, pero que bien puede ser reinvertida en el seno familiar.

Hoy en día, debido a la sobrepoblación, las actividades humanas modernas y el consumismo desproporcional, la cantidad de basura que generamos en México y el mundo ha crecido de manera considerable, y aunado a su ineficiente manejo, la contaminación ocasiona severos problemas de salud y daño al medio ambiente; además de conflictos sociales y políticos. Anteriormente, gran parte de la basura era quemada, lo que ocasionó una explosión incontrolable de CO2, que al ser llevada a tiraderos, representa un gran inconveniente debido a que la capacidad de los denominados rellenos sanitarios ha sido rebasada por mucho. Se estima que en México la cantidad de plásticos existentes en los vertederos de la República asciende a más de cinco millones de toneladas, de las que la mayoría proviene de actividades alimenticias, farmacéuticas y cosmetológicas. Esto ha llevado a implementar técnicas y tecnología para reciclar dichos envases, generando una perspectiva positiva para el desarrollo económico, calidad de vida y estabilidad ambiental.

El proyecto de casa ecológica, construida con botellas de polietileno teleftarato (PET) y vidrio, representa una alternativa integral para mejorar la calidad de vida de millones de familias de escasos recursos, pretendiendo dar así una respuesta competente a la crisis habitacional y ambiental en nuestro país. La construcción de la vivienda ecológica, surge del interés y necesidad de rescatar al planeta, y sobre todo al sector más desprotegido, buscando así disminuir los índices de pobreza y marginación. Actualmente el proyecto de construcción de casas con botellas, ya ha rendido sus primeros frutos. Tlaxcala es pionera, a escala nacional, del proyecto de viviendas ecológicas hechas con botellas de PET y vidrio, madera reciclada, lonas que fueron utilizadas durante las pasadas campañas políticas, y demás técnicas que privilegian la conservación del medio ambiente y el mejoramiento en la calidad de vida de los que la habitarán.

La construcción ecológica en lo que respecta a este proyecto, se enfoca a los sectores cuya marginación económica lacere su desenvolvimiento como humanos, buscando brindarles una oportunidad de desarrollo integral que pueda reincorporarlos al sector productivo de la sociedad. La autoconstrucción se muestra como una manera de resolver el rezago de vivienda. Si aunado a lo anterior está el factor reciclaje, tendríamos una opción integral que mitiga ambos problemas, pues en lugar de verter toneladas de residuos sólidos en los rellenos sanitarios, podríamos utilizarlos para construir casas como la de Tlaxcala. Derivado de la crisis económica, es cada vez más complicado que alguien acceda a un crédito de vivienda, pues el costo de una casa de interés social oscila entre los 270 mil y 550 mil pesos, de acuerdo con estudios recientes por parte de algunos especialistas. En el análisis de Liliam Flores se desprenden algunos beneficios de la autoconstrucción: “da acceso a las familias cuyo bajo ingreso no les permite otra opción de acceso; reduce el precio a la mitad por la participación de la mano de obra; promueve mayor orgullo y satisfacción por su participación directa; aumenta la riqueza real de las familias con poco impacto en la inflación; ayuda a desarrollar capacidades constructivas e incentiva el interés en mantener y expandir la vivienda”, según concluye la investigadora.

Además este modelo puede ser adoptado por instituciones públicas, pues se podrían edificar escuelas, centros médicos o de recreación ya que no debemos perder de vista que es una técnica que reduce considerablemente el costo de construcción, pues al fomentar la participación de la comunidad y las familias beneficiadas, la mano de obra es reemplazada. Los materiales son asequibles y no representa mayor problema el capacitar a más personas que supervisen la obra. El costo de una casa ecológica fabricada con estos materiales, de dimensiones de ocho metros cuadrados, oscila en los 100 mil pesos.
La construcción de vivienda ecológica con botellas, no solamente provee del lugar físico en la cual la familia como primer medio de socialización procura un desarrollo integral del individuo, sino que va mas allá desde la concientización de las personas pertenecientes a la comunidad, genera su participación, evidencia los alcances del reciclaje, y nos da una alternativa a la problemática habitacional.

El ejemplo está a la vista de todos. Sí es posible reciclar y construir al mismo tiempo. Sí podemos abatir la pobreza patrimonial mediante estas formas de autoconstrucción. Sí podemos evitar la degradación de nuestro planeta y reutilizar los desechos que generamos. El esfuerzo compartido entre sociedad, gobierno e iniciativa privada resultó decisivo para poder concretar este proyecto. El pueblo debe saber que existe una amplia diversidad en opciones para poseer, construir o autoconstruir una vivienda digna. Los poderes del Estado se obligarán a hacer valer el Artículo Cuarto Constitucional y deberán modificar su percepción para comenzar a apoyar decididamente estas propuestas. La iniciativa privada debe solidarizarse y expandir su visión emprendedora para ofrecer opciones de vivienda más accesibles para los mexicanos. No hay límite ni pretexto. El tiempo para salvar al planeta y ayudar al que menos tiene se acorta.

* Coordinador general de la Fundación Liderazgo Joven, AC.
www.liderazgojoven.com

Casas ecológicas hechas con botellas

Rafael Salas Vázquez*

El acceso a una vivienda digna es una condición necesaria para el desarrollo pleno del individuo. El Artículo Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos mandata que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”; asimismo, la Ley de Vivienda mexicana tiene una definición amplia de lo que debe constituir una vivienda digna: es aquella que brinda a sus habitantes seguridad, así como aspectos de construcción, habitabilidad, salubridad y cuente con servicios, así como considere la protección de desastres.

El cuidado de nuestro entorno y el reciclaje de materiales en desuso es necesario para aminorar la degradación ambiental que día a día demerita la calidad de vida de los humanos y de las demás especies con las que cohabitamos en este planeta.

Es impostergable rectificar el camino en la búsqueda de soluciones integrales a lo que popularmente se conoce como “basura”, ya que es pertinente cuestionarnos: ¿en realidad los residuos son inservibles? Según la empresa Todo de Cartón, en México se producen más de diez millones de metros cúbicos de residuos mensualmente, depositados en más de 50 mil tiraderos de basura legales y clandestinos, que afectan el entorno. Los recursos naturales son utilizados como materias primas que luego son desechadas convirtiéndolas en focos de infección, creyendo erróneamente que se trata de cosas sin ningún valor o utilidad. Desde luego, la polución es proporcional a nuestros hábitos, sin embargo, al reciclar, el cambio cultural que se gesta permite vislumbrar más opciones para el destino final de los residuos sólidos urbanos y rurales.

La problemática reside, por un lado, en que leyes, políticas habitacionales, los esfuerzos y recursos para la vivienda han sido insuficientes. Por otro lado, la degradación ambiental y el calentamiento global han comenzado a generar estragos en la dinámica de las sociedades, por lo que se ha entendido que es impostergable priorizar el cuidado de los recursos que conforman lo que conocemos como medio ambiente. Además de la polución, la falta de cultura del reciclaje ha derivado en daños colaterales, que aunados a la desestabilización climática, impactan en la toma de decisiones del Estado. Un ejemplo es lo que el Gobierno del Distrito Federal a través del Sistema de Aguas de la ciudad de México y de la Secretaría de Protección Civil, realiza para prevenir inundaciones, ya que han calculado que el 50 por ciento de ellas son causadas por arrojar basura en la vía pública. Al respecto, el Gobierno del Distrito Federal comenzó una campaña para crear conciencia en la población de que la basura es una de las principales causas de encharcamiento e inundaciones en la ciudad y generar con ello una corresponsabilidad social. La campaña se ilustra con fotos reales y con una frase de reflexión que involucra el agua (lluvia), la basura, el medio ambiente y a las personas.

Esto significa que la relación entre el rezago habitacional y el manejo de residuos sólidos en México, pareciera que no poseen algún vínculo, sin embargo, ampliando criterios y formulando ideas innovadoras podrían conjugarse estrategias integrales que busquen mitigar ambas problemáticas. Según Javier Gavito Mohar, director general de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), en México, tres de cada diez familias están en rezago habitacional ampliado, porque carecen de vivienda o la que poseen está construida con materiales de baja calidad; también refirió que la población total del país es de 26.7 millones de familias, de las cuales 17.8 millones tienen casa propia y 8.9 millones están en situación de rezago.

De acuerdo con la metodología para la medición de la pobreza por ingresos que ha realizado el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se definen tres niveles de pobreza: 1) La pobreza alimentaria: Incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar en comprar sólo los bienes de dicha canasta. 2) La pobreza de capacidades: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, aun dedicando el ingreso total de los hogares nada más que para estos fines. 3) La pobreza de patrimonio: Insuficiencia del ingreso disponible para adquirir la canasta alimentaria, así como realizar los gastos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios. Es decir, el rezago habitacional en México no pierde correlación con la situación económica de millones de personas.

La construcción de viviendas ecológicas con botellas, es una iniciativa con un objetivo fundamental: incrementar la calidad de vida de quien la habite fomentando el uso racional y sustentable de los recursos disponibles en su entorno. Desde luego que hay beneficios paralelos, pues al ser una construcción ecológica basada en el reciclaje de botellas de PET y de vidrio, se busca concientizar a la población, familia o comunidad beneficiada de la relevancia del cuidado ambiental, por lo que, además de ser transformada su vida de una manera positiva, se busca generar un plan integral que conjugue el seguimiento desde la óptica del trabajo social, para que además sea productiva y autónomo el desarrollo de quienes habiten dichas casas. Es decir, al ser construcciones poco comunes, se puede fomentar que en ellas se desarrollen pequeños comercios mediante los cuales las familias puedan hacerse de un recurso extra, y así, la casa ecológica termina siendo, además de un hogar, un pequeño centro turístico que genera una derrama económica no prevista, pero que bien puede ser reinvertida en el seno familiar.

Hoy en día, debido a la sobrepoblación, las actividades humanas modernas y el consumismo desproporcional, la cantidad de basura que generamos en México y el mundo ha crecido de manera considerable, y aunado a su ineficiente manejo, la contaminación ocasiona severos problemas de salud y daño al medio ambiente; además de conflictos sociales y políticos. Anteriormente, gran parte de la basura era quemada, lo que ocasionó una explosión incontrolable de CO2, que al ser llevada a tiraderos, representa un gran inconveniente debido a que la capacidad de los denominados rellenos sanitarios ha sido rebasada por mucho. Se estima que en México la cantidad de plásticos existentes en los vertederos de la República asciende a más de cinco millones de toneladas, de las que la mayoría proviene de actividades alimenticias, farmacéuticas y cosmetológicas. Esto ha llevado a implementar técnicas y tecnología para reciclar dichos envases, generando una perspectiva positiva para el desarrollo económico, calidad de vida y estabilidad ambiental.

El proyecto de casa ecológica, construida con botellas de polietileno teleftarato (PET) y vidrio, representa una alternativa integral para mejorar la calidad de vida de millones de familias de escasos recursos, pretendiendo dar así una respuesta competente a la crisis habitacional y ambiental en nuestro país. La construcción de la vivienda ecológica, surge del interés y necesidad de rescatar al planeta, y sobre todo al sector más desprotegido, buscando así disminuir los índices de pobreza y marginación. Actualmente el proyecto de construcción de casas con botellas, ya ha rendido sus primeros frutos. Tlaxcala es pionera, a escala nacional, del proyecto de viviendas ecológicas hechas con botellas de PET y vidrio, madera reciclada, lonas que fueron utilizadas durante las pasadas campañas políticas, y demás técnicas que privilegian la conservación del medio ambiente y el mejoramiento en la calidad de vida de los que la habitarán.

La construcción ecológica en lo que respecta a este proyecto, se enfoca a los sectores cuya marginación económica lacere su desenvolvimiento como humanos, buscando brindarles una oportunidad de desarrollo integral que pueda reincorporarlos al sector productivo de la sociedad. La autoconstrucción se muestra como una manera de resolver el rezago de vivienda. Si aunado a lo anterior está el factor reciclaje, tendríamos una opción integral que mitiga ambos problemas, pues en lugar de verter toneladas de residuos sólidos en los rellenos sanitarios, podríamos utilizarlos para construir casas como la de Tlaxcala. Derivado de la crisis económica, es cada vez más complicado que alguien acceda a un crédito de vivienda, pues el costo de una casa de interés social oscila entre los 270 mil y 550 mil pesos, de acuerdo con estudios recientes por parte de algunos especialistas. En el análisis de Liliam Flores se desprenden algunos beneficios de la autoconstrucción: “da acceso a las familias cuyo bajo ingreso no les permite otra opción de acceso; reduce el precio a la mitad por la participación de la mano de obra; promueve mayor orgullo y satisfacción por su participación directa; aumenta la riqueza real de las familias con poco impacto en la inflación; ayuda a desarrollar capacidades constructivas e incentiva el interés en mantener y expandir la vivienda”, según concluye la investigadora.

Además este modelo puede ser adoptado por instituciones públicas, pues se podrían edificar escuelas, centros médicos o de recreación ya que no debemos perder de vista que es una técnica que reduce considerablemente el costo de construcción, pues al fomentar la participación de la comunidad y las familias beneficiadas, la mano de obra es reemplazada. Los materiales son asequibles y no representa mayor problema el capacitar a más personas que supervisen la obra. El costo de una casa ecológica fabricada con estos materiales, de dimensiones de ocho metros cuadrados, oscila en los 100 mil pesos.

La construcción de vivienda ecológica con botellas, no solamente provee del lugar físico en la cual la familia como primer medio de socialización procura un desarrollo integral del individuo, sino que va mas allá desde la concientización de las personas pertenecientes a la comunidad, genera su participación, evidencia los alcances del reciclaje, y nos da una alternativa a la problemática habitacional.

El ejemplo está a la vista de todos. Sí es posible reciclar y construir al mismo tiempo. Sí podemos abatir la pobreza patrimonial mediante estas formas de autoconstrucción. Sí podemos evitar la degradación de nuestro planeta y reutilizar los desechos que generamos. El esfuerzo compartido entre sociedad, gobierno e iniciativa privada resultó decisivo para poder concretar este proyecto. El pueblo debe saber que existe una amplia diversidad en opciones para poseer, construir o autoconstruir una vivienda digna. Los poderes del Estado se obligarán a hacer valer el Artículo Cuarto Constitucional y deberán modificar su percepción para comenzar a apoyar decididamente estas propuestas. La iniciativa privada debe solidarizarse y expandir su visión emprendedora para ofrecer opciones de vivienda más accesibles para los mexicanos. No hay límite ni pretexto. El tiempo para salvar al planeta y ayudar al que menos tiene se acorta.

* Coordinador general de la Fundación Liderazgo Joven, AC.

www.liderazgojoven.com

Palabra clave: casas ecológicas, botellas, pet, vivienda, reciclaje

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