Ciencia y tecnología

Promueven innovación en cultivo de jatropha para impulsar producción de biocombustibles

Seis grupos de trabajo abordarán aspectos como el mejoramiento genético y la definición de las zonas más adecuadas para cultivar esta planta en Latinoamérica y el Caribe, de la cual se pueden derivar biodiesel y bioqueroseno

San José.— Mediante el mejoramiento genético, la definición de zonas agroclimáticas adecuadas y la aplicación de tecnologías sostenibles de cultivo y cosecha, la jatropha curcas podría ser una fuente rentable y eficiente de biocombustibles en América Latina y el Caribe, sin que su producción compita con la seguridad alimentaria.

Bajo ese concepto, especialistas apoyados por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Programa Cooperativo de Investigación, Desarrollo e Innovación Agrícola para los Trópicos Suramericanos (Procitropicos) delinearán la ruta por la que transitaría esta actividad productiva en la región.

Orlando Vega, especialista en agroenergía y biocombustibles del IICA, explicó que en 2011 se perfiló una agenda regional para encauzar esfuerzos colaborativos de investigación y desarrollo (I+D) en jatropha curcas, planta no comestible originaria de las Américas de la que se obtiene materia prima para generar biodiesel y bioqueroseno.

Las áreas en las que se impulsará la I+D en escala regional son mejoramiento genético, prácticas agrícolas, sincronización floral, poscosecha y coproductos, zonificación agroclimática y sustentabilidad, dijo el especialista del Instituto.

Cada ítem será abordado por un grupo de trabajo, según se definió en dos encuentros efectuados en Brasil en noviembre y diciembre de 2011, a los que acudieron productores, investigadores y delegados de los países de la Red Latinoamericana y del Caribe de Jatropha Curcas, así como representantes de agencias de cooperación.

El principal objetivo de la I+D en la producción de esta oleaginosa es dotarla de sostenibilidad socioambiental y de viabilidad económica en toda la cadena de valor, recordó Vega.

Líneas de trabajo

La amplia presencia de la jatropha en Mesoamérica permitiría la creación y gestión de bancos de germoplasma (colecciones genéticas) de la planta, a partir de los cuales se obtendrían variedades aptas para las distintas zonas agroclimáticas de la región.

Un modelo de este mapa de aptitud climática lo desarrolla la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) en esa nación, una de las principales impulsoras del uso de biocombustibles en el mundo.

La zonificación productiva facilitaría la elaboración de manuales de cultivo basados en criterios técnicos sobre las condiciones del clima y la disponibilidad de agua y suelos, de manera que las plantaciones de jatropha no compitan con las dedicadas a la alimentación.

Para Orlando Vega, la red existente y auspiciada por Procitropicos y el IICA podría constituirse en un canal de comunicación entre investigadores y productores, de manera que los resultados de la I+D se transfieran al campo.

La extensión cobra relevancia pues actualmente los productores utilizan especies silvestres de baja productividad y rendimientos, que no generan una renta significativa en los primeros años del cultivo. Esto también hace necesario el establecimiento de un mecanismo que defina los precios al productor agrícola, agregó el especialista del IICA.

La transferencia de I+D permitiría incluso una gestión más sostenible de los residuos de la industrialización de la jatropha. “Únicamente se está apreciando el aceite obtenido de las semillas sin mayores posibilidades de agregación de valor para los subproductos”, consideró Vega.

La asociatividad entre productores de pequeña escala, aun de aquellos que emprendan el cultivo de esta planta en procesos de agricultura familiar, puede convertirse en un elemento que facilite el acceso a recursos financieros y la obtención de certificaciones de sustentabilidad, añadió.

Fuente: Redacción Teorema Ambiental

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