Ciencia y tecnología

Luna de Saturno podría tener evidencias de vida submarina extraterrestre

Este astro cuenta con un océano y los investigadores descubrieron que sus concentraciones de CO2 provendrían de reacciones químicas provenientes del fondo marino

Teorema Ambiental/Redacción

San Antonio, Texas, 24 de enero de 2020.— Un nuevo modelo geoquímico aplicado en la astronomía permitió a los científicos del Southwest Research Institute suponer que el dióxido de carbono (CO2) que se encuentra al interior de la atmósfera de Encélado, una luna de Saturno, pudiera provenir del fondo de su océano.

El agua se encuentra congelada debido a su distancia del sol, sin embargo la herramienta permitió estudiar la composición y concentración de los gases y la espuma marina congelada que sale a la superficie a través de grietas en el hielo, con la conclusión de que el fondo marino puede tener una actividad bioquímica más compleja de lo que se pensaba y sería habitable para el ser humano.

“Al comprender la composición del penacho, podemos aprender cómo es el océano, cómo llegó a ser así y si proporciona entornos donde la vida tal como la conocemos podría sobrevivir”, dijo el doctor Christopher Glein, investigador de este organismo, cuyo artículo fue publicado en la revista Geophysical Research Letters.

“Se nos ocurrió una nueva técnica para analizar la composición del penacho para estimar la concentración de CO2 disuelto en el océano. Esto permitió hacer modelos para entender los procesos interiores más profundos”, dijo.

Los datos fueron analizados mediante una espectrometría de masas proveniente de la nave espacial Cassini de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) la cual indicó que la abundancia de CO2 se explica mejor por las reacciones geoquímicas entre el núcleo rocoso de la luna y el agua líquida de su océano subsuperficial.

Al integrar esta información y compararla con descubrimientos previos de silicio e hidrógeno molecular (H2) apunta a un núcleo más complejo y geoquímicamente diverso.

“Encélado parece demostrar un experimento masivo de secuestro de carbono. En la Tierra, los científicos del clima están explorando si se puede utilizar un proceso similar para mitigar las emisiones industriales de CO2. Utilizando dos conjuntos de datos diferentes, derivamos rangos de concentración de CO2 que son intrigantemente similares a lo que se esperaría de la disolución y formación de ciertas mezclas de minerales que contienen silicio y carbono en el fondo marino”, agregó.

Otro fenómeno que contribuye es la probable presencia de respiraderos hidrotermales dentro de Encélado. En el fondo del océano de la Tierra, los respiraderos hidrotermales emiten fluidos calientes, ricos en energía y cargados de minerales que permiten que prosperen ecosistemas únicos repletos de criaturas inusuales, como ocurrió en la Tierra con volcanes submarinos.

“La interfaz dinámica de un núcleo complejo y agua de mar podría crear fuentes de energía que podrían soportar la vida”, agregó Hunter Waite, investigador principal del espectrómetro de masas de iones neutros (INMS) a bordo de la finalizada misión Cassini.

“Si bien no hemos encontrado evidencia de la presencia de vida microbiana en el océano de Encélado, la creciente evidencia de desequilibrio químico ofrece una sugerencia tentadora de que podrían existir condiciones habitables debajo de la corteza helada de la luna”, planteó.

El sobrevuelo de Cassini a Encélado ocurrió el 28 de octubre de 2015. Antes del final de la misión se detectó H2 y las complementó con el hallazgo de pequeñas partículas de sílice, dos sustancias químicas que se consideran marcadores de procesos hidrotermales.

“Sugerimos que el núcleo esté compuesto por una capa superior carbonatada y un interior serpentinizado”, añadió Glein.

Los carbonatos ocurren comúnmente como rocas sedimentarias como la piedra caliza en la Tierra, mientras que los minerales serpentinos se forman a partir de rocas ígneas del fondo marino que son ricas en magnesio y hierro.

Se propone que la oxidación hidrotérmica del hierro reducido en el núcleo crea H2, mientras que la actividad hidrotérmica que cruza las rocas carbonatadas con cuarzo produce fluidos ricos en sílice. Dichas rocas también tienen potencial para influir en la química del CO2 del océano a través de reacciones a baja temperatura que involucran silicatos y carbonatos en el fondo marino.

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