Ciencia y tecnología

Desarrollan antídoto contra tuberculosis con veneno de alacrán

Investigadores de la UNAM descubrieron dos compuestos capaces de combatir a las bacterias que provocan este padecimiento y sirve también para inhibir el crecimiento de algunas células cancerígenas

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 27 de febrero de 2020.— Investigadores del Instituto de Biotecnología (Ibt) de la UNAM descubrieron dos compuestos provenientes del veneno de alacrán que tienen la capacidad de combatir a las bacterias que provocan la tuberculosis, una de las enfermedades más letales en todo el mundo, a lo largo de la historia.

Los investigadores mexicanos pudieron comprobar que estos compuestos también desaceleran el crecimiento de células cancerígenas.

Aunque la tuberculosis es prevenible y curable, el doctor Lourival Domingos Possani Postay, del Ibt de la UNAM, detalló que “cada día mueren 45 mil personas por esta causa, además que al día se contagian otras 30 mil personas en el mundo”, mientras que el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) reportó dos mil 569 muertes por esta enfermedad en México en 2016.

El tratamiento actual contra la tuberculosis considera el uso de antibióticos durante un espacio de seis meses, lo cual es muy irritante para sus sistemas digestivos y provoca que sea abandonado. Además esto crea el desarrollo de cepas más resistentes que requieren de mayor cantidad de antibióticos en tratamientos que duran hasta cuatro años.

Los dos componentes recién descubiertos pueden impedir el desarrollo de la anomalía de células neoplásicas, al fungir como antibióticos idóneos para combatir la tuberculosis y una variedad de bacterias.

El primer componente descubierto es de color rojo, nombrado como “3,5- dimethoxy-2-(methylthio) cyclohexa-2,5-diene-1,4-dione”; efectivo contra el estafilococo dorado, bacteria causante de infecciones en la piel y neumonía.

El segundo de ellos es de color azul y fue denominado como “5-methoxy-2,3- bis (methylthio) cyclohexa-2,5-diene-1,4-dione”, el cual ataca la micobacteria que origina la tuberculosis.

“El trabajo en laboratorio, con modelos biológicos, ya está hecho y funciona; ahora se requieren ensayos clínicos en humanos, y una farmacéutica que se interese puede hacer llegar este producto a la gente”, subrayó el investigador, quien forma parte de un grupo de científicos que ha revisado la estructura de los venenos de alacranes de México y otras naciones desde hace más de cuatro décadas, desarrollando curas de última generación.

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