Cambio climático

La aclimatación humana

Regiones con climas diferentes se distinguen no sólo por sus distintas condiciones meteorológicas, sino también por otros factores tales como su flora y fauna (incluyendo a la fauna nociva para los humanos).

Las condiciones climáticas en las que, por ejemplo, los mosquitos portadores de la malaria y de la fiebre amarilla se reproducen, favorecen la propagación de dichas enfermedades, sobre todo en épocas como la actual, en la que los intervalos de temperatura y de precipitación son óptimos para los insectos.

En 1987, Denis Birkett descubrió que el linfoma del maxilar, muy extendido entre los niños del África Central, se presenta sólo en un área limitada y con unas condiciones climáticas particulares; es decir, con precipitaciones anuales mayores a los 500 mm y con temperaturas del aire generalmente superiores a los 15 grados centígrados. Esta enfermedad se produce a causa del fallo del sistema inmunológico de los niños, quienes a menudo sufren de malaria en dichas áreas.

El clima cálido y húmedo de las regiones costeras del sur de la India supone un medio perfecto para el desarrollo de ciertas enfermedades tropicales, cuyo vehículo de transmisión son los insectos que se desarrollan en charcas de inundación, condición que se presenta durante el monzón de verano. Los aumentos estacionales en los casos de malaria, filiariasis, cólera y otras afecciones meteotrópicas como la fiebre del heno, la rinitis vasomotora y el asma bronquial son comunes en estas regiones por ser enfermedades que se clasifican en tres grandes grupos: las intestinales, las respiratorias y las parasitarias.

Los estudios médicos para combatir estas enfermedades han establecido que las variabilidades del clima, entre las que se registran la falta de monzones, las sequías prolongadas o los cambios en la dirección e intensidad del viento coadyuvan a su propagación, por lo que los futuros estudios epidemiológicos deberían concentrarse en las relaciones que guardan las enfermedades tropicales infecciosas y los factores meteorológicos. Esto ayudará a predecir la propagación de las enfermedades meteotrópicas y a tomar las medidas preventivas correspondientes. Por ejemplo, proveerse de suficiente medicamento y aplicar vacunas de manera oportuna.

El hombre posee una capacidad de aclimatación muy elevada, por lo que la raza humana ha podido asentarse en casi todas las zonas, desde el ecuador hasta los polos, y a cualquier altitud, desde el nivel del mar hasta los 4,500 metros por encima de éste. Esta facilidad del cuerpo para adaptarse a condiciones externas y extremas, puede ser genética o adquirida. Sin embargo, cuando los individuos cambian su asentamiento se encuentran sujetos a lo que se conoce como límite crítico, he aquí algunos ejemplos:
•Una persona llevada a una altura de al menos dos kilómetros por encima de la superficie terrestre, donde la composición de los gases de la atmósfera es distinta (particularmente más enrarecida de oxígeno), sufriría de dolores de cabeza y náuseas. Incluso, a una persona sana le costaría mucho trabajo adaptarse a seis kilómetros de altitud, donde la escasez de oxígeno se torna peligrosa.

•Sin embargo, las personas asentadas en La Paz, Bolivia, cuya altura sobre el nivel del mar es de 3,500 metros, se sienten bien y se encuentran perfectamente adaptadas a la falta de oxígeno. Por otro lado, las poblaciones de Lasa, en el Tíbet, región que se encuentra a 4 mil metros sobre el nivel del mar y donde el aire enrarecido contiene tan sólo 62 por ciento del oxígeno que se encuentra al nivel del mar, no presentan dificultades a ese hecho.

La forma genética de adaptación a las diferentes condiciones climáticas ha evolucionado a través de muchas generaciones. Por otra parte, la aclimatación adquirida por una persona se desarrolla durante toda su vida, al mudarse de una zona climática a otra. A una persona que vive en latitudes medias le resulta difícil adaptarse a climas cálidos, razón por la que muchos europeos sufren una gran variedad de afecciones relacionadas con el calor (insolación, distonia circulatoria, colapso del metabolismo, fatiga crónica y herpes tropical, entre otras). La gente de piel clara puede sufrir de cáncer de piel si se expone durante mucho tiempo a la radiación solar ultravioleta.

En lo que a las edades se refiere, cabe destacar que resulta más fácil para un niño adaptarse a un nuevo clima, que para un adulto, aunque los niños menores de un año pueden encontrar dificultades para aclimatarse al medio. Después de los 10 años de edad, la adaptabilidad de los niños crece considerablemente. Sin embargo, su capacidad para adaptarse tenderá a decrecer al llegar a edades más avanzadas. Este factor debe tomarse en cuenta cuando se viaja.

Adaptarse a condiciones climáticas extremas es más complicado. El intervalo de variación de los valores extremos de la temperatura, de la humedad y de otros elementos meteorológicos, como la presión atmosférica en un lugar determinado y a lo largo de las diferentes estaciones, se conoce como estrés climático. En el hemisferio norte, el estrés climático más agudo se da al sur del Mar Rojo y en regiones interiores del sur de Somalia y Sudán, donde un tiempo cálido y húmedo puede tornarse rápidamente muy caluroso y seco. Otra región en donde el estrés climático es significativo, se localiza en el noroeste de la Comunidad de Estados Independientes de lo que fue la Unión Soviética.

Una amplia revisión de estudios médicos y meteorológicos desarrollados en varios países, nos da una idea general de la naturaleza biotrópica de las condiciones climáticas y del efecto que sobre la salud humana ejercen. Estos ejemplos son:
•La atmósfera influye en el hombre proporcionándole un estrés adicional.
•Las condiciones meteorológicas no son la causa directa de reacciones meteotrópicas. Es decir, no hay una respuesta directa del cuerpo humano a enfermedades vinculadas con el estado del tiempo. Sin embargo, de alguna forma sí las incitan, ya que el cuerpo tiene propiedades fisiológicas que responden de manera inmediata a las condiciones momentáneas del tiempo atmosférico.
•El máximo biotrópico se encuentra en zonas con cambios meteorológicos significativos, es decir, cambios amplios de la temperatura, la humedad, los vientos o la presión atmosférica.
•Las reacciones dependen de factores patológicos individuales y climáticos, de las estaciones del año o incluso, en una escala de tiempo menor como es un día.

Podemos mencionar también, que la piel puede experimentar dos tipos de reacciones a los factores meteorológicos: estrés y reacciones meteotrópicas vinculadas con la imposibilidad del cuerpo para mantener la homeostasis (el mantenimiento de un estado de equilibrio biológico relativamente estable, mediante mecanismos intrínsecos de la regulación térmica del cuerpo y de la concentración de sales).

Se han elaborado evaluaciones médico-meteorológicas en varias regiones del mundo y en ellas se ha registrado la influencia de los factores meteorológicos en el cuerpo humano. El principio utilizado se fundamenta en la naturaleza de las condiciones meteorológicas, que pueden determinarse basándose en tres indicadores: génesis (origen del evento meteorológico), nivel de confort (que es un factor que permite medir las condiciones ambientales, influyendo en la sensación de armonía del hombre con su entorno y que al romperse ésta, surge una sensación de malestar que provoca reacciones de compensación en el organismo) y, por último, la variabilidad (es decir, el intervalo y la velocidad con la que ocurren los cambios meteorológicos). Desde el punto de vista médico, pueden evaluarse varios tipos de tiempo atmosférico, basándose en datos climáticos y que de manera general se denominan tiempo seco, tiempo húmedo, tiempo frío o tiempo cálido.

Debido a la influencia del régimen meteorológico y de los procesos físicos en la atmósfera, los factores heliogeofísicos y meteorológicos también deben evaluarse, además de establecer un sistema de control continuo basado en los factores que ponen en peligro la salud, para que de esta forma puedan tomarse con antelación las correspondientes medidas preventivas.

Tomando en cuenta que los gases inhalados se convierten en parte de las reacciones bioquímicas del cuerpo, la composición de la atmósfera tiene también una gran influencia sobre este último. Hoy en día, existen tres factores que deben ser considerados en los problemas ecológicos de la atmósfera:
1) La calidad del aire que respiramos.
2) El estado de la atmósfera en términos de las condiciones climáticas y meteorológicas.
3) La influencia de los cambios en las condiciones y en la composición de la atmósfera sobre otros componentes de la troposfera, que afecten a las actividades del hombre y a su salud.

Actualmente, los investigadores médicos están trabajando para determinar la influencia de la contaminación antropogénica de la atmósfera sobre el desarrollo de varias patologías en el cuerpo humano. Debido a ello, se están resolviendo algunas preguntas y cuestiones básicas relacionadas con este tema. La primera consiste en determinar si el estado de la atmósfera (y por lo tanto del clima en todo el mundo o en regiones específicas), está realmente cambiando o sólo se encuentra dentro de una fase de variabilidad importante. La segunda consideración es determinar si las actividades humanas están contribuyendo a los cambios en la composición de la atmósfera a una escala tanto regional como global, tomando en cuenta que el estado físico de la atmósfera y sus procesos de circulación están íntimamente relacionados con su composición.

Los estudios han llegado a tratar la influencia de la contaminación química y térmica, como resultado de la actividad humana sobre los procesos atmosféricos globales o locales. Han surgido nuevos problemas, como determinar la influencia de la atmósfera antropogénica en la salud, particularmente la de la población que vive en ciudades y localidades industriales.

Las investigaciones sobre el estado actual del clima indican que, a largo plazo, se pueden esperar cambios importantes en el régimen climático, aunque a corto plazo no parece factible que se puedan determinar con precisión. La principal razón es que de alguna manera quedan enmascarados por las grandes fluctuaciones climáticas dadas en periodos cortos.

Sin embargo, es importante prestar mucha atención a las variabilidades climáticas a corto plazo, tanto si son naturales como si provienen del resultado de la actividad humana, puesto que ejercen una influencia notable sobre la biosfera.

Resulta necesario conocer con mayor precisión, cómo predecir las variabilidades climáticas, así como el impacto que la actividad humana tiene sobre el clima global, para poder construir planes y programas sanitarios y prevenir las posibles consecuencias en la salud humana.

Compártelo

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO