Cambio climático

Es necesario crear una organización mundial del medio ambiente: Nicolas Hulot

Milagros Díaz López

“La libertad es la ley que se fija uno a sí mismo; es la opción de saber qué se puede y qué no se puede seguir haciendo”

Nicolas Hulot está en México y trae propuestas importantes. Periodista de profesión, candidato a la presidencia de la República Francesa en la primavera de 2012, visitó nuestro país y ofreció la conferencia “Un nuevo modelo de desarrollo para la transición ecológica”, en la que expuso su preocupación por lo que considera el “síndrome del Titanic”.

Ya en 2007, Nicolas Hulot proponía que el medio ambiente no debe ser instrumento electoral, sino un factor necesario de atención para tomar medidas urgentes, para virar el rumbo económico y político mundial y así dar un respiro al planeta.

Sensible, emotivo, con 58 años de edad, Nicolas está ocupado en impulsar un programa mundial en defensa de la naturaleza, para esto presentó además un cortometraje de los efectos incontrolables del desarrollo de la tecnología.

“Considero como ejemplo el Titanic y su historia porque en él había personas de todas las clases sociales y sus efectos no consideraron privilegio alguno, el progreso tiene un valor de aceptación y uno de renuncia”, afirmó Hulot.

Ante los cambios de la naturaleza tenemos que cambiar también nosotros, hoy sabemos que tenemos el control de nuestra forma de desarrollo pero con la responsabilidad y la conciencia para responder a la pregunta: ¿A qué se debe parecer el mundo del mañana?

Debemos tener gran responsabilidad, ser creativos, adaptarnos a las normas y principios a escala mundial con acuerdos globales, para responder a los desafíos que nos presenta la naturaleza. Para esto es necesario tener humildad, solidaridad y resistencia al fatalismo.

No debemos olvidar lo que dijo Einstein: “Ciencia sin conciencia, es la ruina del alma”. Por ello, Hulot aseveró: “la libertad es la ley que se fija uno a sí mismo; es la opción de saber qué se puede y qué no se puede seguir haciendo”.

Al término de la conferencia, celebrada en la Alianza Francesa, en Polanco, Nicolas Hulot aceptó una entrevista para Teorema Ambiental, la cual compartimos con nuestros lectores.

Camino al lugar de la entrevista, el joven edecán que me acompañaba dijo: “Hulot es una persona famosa en mi país, lo quieren y lo respetan mucho por sus convicciones.” Al finalizar la conversación supe el porqué de esta afirmación.

Delgado, alto, entusiasta y amable, rodeado de un equipo joven entre los que estaba la intérprete, Hulot inició la conversación.

Teorema Ambiental (TA).— Tenemos un interés común por el cuidado de la naturaleza, otro interés común es el periodismo. Me gustaría saber en esta amplia experiencia que tienes, ¿cuáles son los lugares que más te impresionaron por la afectación a la naturaleza?

NH.— Desgraciadamente, los ejemplos no faltan. Lo que me viene a la mente es que he sobrevolado la isla de Burdeos (Bordeaux), que a inicios del siglo pasado era una isla inmensa cubierta por un bosque, sin ninguna otra cosa. En aquel entonces se decía que los orangutanes podrían irse del norte al sur de Burdeos sin dejar la cima de los árboles; hoy sólo se ven pequeñas islas verdes, rodeadas por las plantaciones de aceite de palma y por la urbanización.

“En estas pequeñas islas de bosque hay pequeñas familias de orangutanes que están en un estado de estrés y de pánico absoluto y en cuanto tratan de pasar de una isla a la otra, la mayor parte del tiempo les va a pasar algo, los va atropellar un coche, o bien se van a electrocutar con un cable eléctrico que van a confundir con una liana. Cuando estuve en Burdeos pensé que los seres humanos tenemos una tremenda responsabilidad, y que habíamos traicionado a nuestros primos más cercanos.”

TA.— Impresionante. ¿Y en estos viajes que has realizado existe un lugar que haya sido respetado por la humanidad?

NH.— Sí, hay lugares pequeñitos, hay áreas marinas protegidas, algunas reservas integrales, pero son pequeñas islas de protección en un océano de indiferencia.

“Es difícil, no hay un país que podamos citar como ejemplo, podemos citar algunas zonas que sí fueron beneficiadas por medidas de protección eficaz, pero no se puede meter a la naturaleza debajo de una campana de protección, lo vivo es una dinámica; entonces, si usted protege ciertos espacios, pero no los conecta entre ellos, al cabo de cierto tiempo, desgraciadamente, esas medidas de protección ya no sirven para nada, porque aparece lo que se llama la degeneración genética, porque se requiere de una mezcla genética para que un ecosistema permanezca vivo.

“El único espacio importante que se benefició de una protección casi absoluta sobre la Tierra es el Antártico y de hecho Francia tuvo un papel importante sobre el tratado del Antártico. Fue nuestro antiguo primer ministro, el señor Michel Rocard, el que contribuyó a ese tratado, pero aparte del Antártico, que hoy desgraciadamente ya es objeto de muchísimas ambiciones, no veo muchas razones de alegrarse.”

TA.— Cuando escuché sobre el síndrome del Titanic, pensé en la industrialización, el egoísmo humano, el empoderamiento y, finalmente, el desastre. Cuando llegué escuché que en este desastre estaban mezcladas las clases sociales y que se unificaba la historia sin distinción humana, me llevó a pensar en la película, donde la historia de amor era lo más importante. ¿Qué es justamente lo que hace falta a la humanidad actualmente?

NH.— Me parece que Pierre Teilhard de Chardin dijo algo así como que la única energía renovable era la energía del amor, o que por lo menos cuando logremos utilizar la energía del amor vamos a redescubrir el fuego.

TA.— Existen serios problemas para establecer la conservación de la naturaleza, para la sobrevivencia humana, generando un desarrollo económico. ¿Cuál es tu propuesta?

NH.— Si tuviéramos que escoger una propuesta, la propuesta más importante sería tener una organización mundial del medio ambiente, que fuera una autoridad, y que justamente pudiera evitar y controlar reglas comunes; la primera de estas reglas sería sustraer a la especulación algunos bienes comunes y de recursos naturales, entre otros reglamentos.

“Para mí es evidente que se requiere esta autoridad, porque actualmente la única herramienta de regulación, digna de ese nombre y que de alguna manera determina la evolución de la globalización, es la Organización Mundial del Comercio y no le podemos abandonar nuestro destino a ese organismo.”

TA.— Yo veo una disparidad entre el humanismo, la conexión de las personas que nos ocupamos por el cuidado de la naturaleza y las personas que tienen la decisión de su destino. Que son justamente los poderes políticos y económicos. ¿Cómo se podría conectar, tocar el corazón, de estas potencias, de estos intereses a nuestro interés por dejar un bienestar a nuestros hijos, ya no a nuestros nietos?

NH.— No quisiera que mi respuesta le diera la sensación de que me estoy burlando de su pregunta, pero me parece que cada jefe de Estado, el día en el que fue electo, tendría que ser mandado a que nadara durante medio día con las ballenas y se reconectaría definitivamente con la naturaleza.

TA.— Pero tendríamos que mandar a todos.

NH.— ¡Ah!, ¿pues hay más ballenas que jefes de Estado, eh? No, bueno, se lo digo porque un día saliendo del agua, justamente porque en uno de los numerosos encuentros que tuve con las ballenas, me sentía tan conmovido y me decía: ‘¡Esto vale todos los discursos del mundo!’

TA.— Permíteme hacer otra pregunta, es importante. Tenemos problemas de decisiones en cuanto a la utilización de energías renovables, las alternativas de utilidad de estas energías parecen no tan beneficiosas económicamente, como la explotación del gas natural por lutitas, por ejemplo, y la energía nuclear.

NH.— Hay algo que se está confirmando de manera muy rápida y es que el costo de las energías renovables está bajando muy rápidamente, mientras sube al mismo tiempo su eficacia y esta dinámica va a continuar; lo que puede parecer en este momento no muy rentable, pronto lo va a ser y entonces tienen que reflexionar muy bien en México, antes de decidir en qué van a invertir. Esto no era cierto todavía hace cinco años.

“Y el segundo punto, es que tienen que mantener en mente que no es una sola energía renovable la que va a permitir responder al desafío energético, sino todo un abanico completo, que va a permitir, efectivamente, resolver el problema de la intermitencia, porque si unimos todos estos modos de producción, esto permite combatir la intermitencia y, además, esto tiene que ser acompañado por una política muy fuerte de la consolidación de la eficacia energética y todo mundo tiene que conservar en mente que el milagro económico del gas shell no ha tomado en cuenta, hasta el momento, lo que se ha llamado las externalidades negativas, es decir, las consecuencias ambientales y sobre todo en los recursos hídricos.”

Cabe recordar que durante su campaña a la presidencia Nicolas Hulot, como primer candidato ecologista, pidió el cierre de la central nuclear de Fessenheim, construida en 1977, a raíz de los efectos de Fukushima.

“Fukushima nos ha recordado, con brutalidad, que el comportamiento de los hombres se ha convertido en una amenaza para la vida en nuestro planeta”, aseveró Hulot en 2012.

Teorema Ambiental

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