Cambio climático

COP25 careció de medidas relevantes de cara al Acuerdo de París

Activistas consideran que no se tomaron medidas más firmes para reducir urgentemente la emisión de gases de efecto invernadero, tras dos semanas de negociaciones

Teorema Ambiental/Redacción

Madrid, España, 17 de diciembre de 2019.— Con más de 36 horas de retraso y negociaciones maratónicas durante las madrugadas del viernes y sábado, finalmente las delegaciones de los 196 países participantes acordaron este domingo una declaración final de la Cumbre del Clima de Chile (COP25), que se llevó a cabo en Madrid, España, durante dos semanas de actividades. Sin embargo, nuevamente faltó un acuerdo importante para reducir emisiones en todo el mundo.

Sin embargo, el acuerdo fue considerado tibio pues no se tomaron decisiones importantes en temas como la regulación del complejo mercado de emisiones de carbono para evitar la doble contabilidad y reducir su consumo, ni se tomaron medidas más firmes para reducir urgentemente la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), pues los científicos estimaron que las acciones actuales no serán suficientes para limitar el aumento de temperatura promedio del planeta en 1.5 °C.

Tampoco se logró reconocer la importancia de respetar los derechos humanos de las comunidades indígenas del mundo, donde el gobierno mexicano tuvo un papel preponderante, ni se creó una agenda de igualdad de género en la lucha contra el cambio climático.

También los principales países contaminantes mostraron una postura medrosa: EEUU, China, Rusia, India, Japón y Australia, quienes se opusieron a endurecer su regulación ambiental y fiscalizar el mercado del carbono, que está en el artículo 6 del Acuerdo de París y que finalmente quedó intacto.

Estaba previsto que la cumbre terminara el viernes por la tarde, con un documento final ambicioso que asumiera el lema del encuentro: “tiempo de actuar”. Pero el mismo viernes a la medianoche desde la presidencia de la COP25, que correspondió al gobierno chileno, como organizador oficial del evento, anunció que las negociaciones se prolongarían durante la madrugada del sábado y que convocarían al pleno final para la mañana siguiente.

La sesión se pospuso en cinco ocasiones, hasta la medianoche del domingo, cuando solo se anunció que no había consenso, por lo que se suspendió nuevamente la discusión hasta las 03:30 horas de la madrugada del domingo y luego, de nuevo fue pospuesta en otras tres ocasiones, hasta las 09:00 horas del domingo.

Sin embargo, el documento final fue calificado como pobre, que solo invita a los países firmantes a presentar objetivos más ambiciosos para la edición 2020, que se realizará en la ciudad de Glasgow, Escocia, para comenzar la aplicación del Acuerdo de París, en un intento por revertir el cambio climático.

El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar”, fue aprobado por la presidenta de la COP25, la ministra de Medio Ambiente chilena, Carolina Schmidt. Trascendió que el retraso en las negociaciones se debió a que el gobierno de Brasil no aceptaba dos párrafos que hacían referencia al acuerdo sobre océanos y uso de tierras.

Incluso, el presidente Jair Bolsonaro indicó que este encuentro fue solo un juego comercial, de los países ricos, por las fuertes críticas contra su gobierno por su pobre política ambiental, pues es considerada como agresiva contra el Amazonas. “Realmente me gustaría saber si ha habido una resolución para reforestar Europa o simplemente siguen molestando a Brasil”, declaró.

Según el acuerdo, el conocimiento científico será el eje principal que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición, que debe actualizarse de manera permanente de acuerdo con los avances de la ciencia. También establece la transición hacia un mundo sin emisiones que sea justa e impulse la creación de empleo decente. Así como la acción climática de los actores no gubernamentales para que incrementen estrategias compatibles con el clima.

El único logro tangible de la COP25 fue que 84 países, entre ellos México, se comprometieron a presentar planes más duros el próximo año, como ha solicitado la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en varias ocasiones, aun cuando representan de manera conjunta apenas un 10 por ciento de las emisiones de GEI que se generan en el planeta.

Mientras para el año próximo, el gobierno de Donald Trump anunció que su país se retiraría del Acuerdo de París, lo que supone que sus principales competidores en el mercado internacional también se deslinden o no cumplan sus compromisos ambientales.

En el documento final tampoco se incluyeron dos de los apartados en los que la delegación mexicana, presidida por la subsecretaria de Asuntos Multilaterales de la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE), Martha Delgado, fue más enfática: los derechos de los pueblos indígenas y la inclusión de una agenda de género, por lo que ni siquiera se mencionaron en el documento final.

“Al cierre de COP25 las grandes economías no muestran mucho interés por el calentamiento global. No asumen su responsabilidad y compromiso por mitigar los efectos del cambio climático”, lamentó en Twitter el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

La COP25 también se cerró con duras críticas de la sociedad civil y las organizaciones ecologistas, como la activista sueca, Greta Thunberg, que confirmó que los líderes políticos no escucharon sus llamadas de alerta ante lo que ya consideran una emergencia climática.

Desde la organización Greenpeace se advirtió que se preveía que esta COP25 fuera técnica, pero finalmente ha sido más bien política, condicionada por grupos de presión de los sectores más contaminantes, que torpedean las negociaciones, así como la profunda desconfianza de la juventud hacia la clase política.

Quedaron pendientes decisiones que atendieran las demandas de los jóvenes y fueran establecidas con base en ciencia para reconocer la urgencia y se declarara una emergencia climática. En vez de eso, bloqueadores climáticos como Brasil y Arabia Saudita, habilitados por una presidencia débil, favorecerán un modelo de tráfico de emisiones, mientras que omitieron las advertencias científicas y las demandas de la sociedad civil.

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