Biodiversidad

Última llamada para aprovechar la capacidad forestal del país

Veracruz cuenta con una capacidad forestal de 2.5 millones de hectáreas, de las cuales 1.4 millones corresponden actualmente a bosques y selvas.

Sin embargo, sólo 57 mil hectáreas (4 por ciento de las áreas arboladas) son manejadas por cerca de 733 industrias registradas de manera oficial y de éstas, 129 son aserraderos con una capacidad instalada para transformar 473,302 metros cúbicos por hectárea.

No obstante que Veracruz ocupa el tercer lugar en biodiversidad después de Chiapas y Oaxaca, se trata de una de las entidades con mayor destrucción forestal, perdiendo cerca de 70 por ciento de su riqueza original. Las autoridades gubernamentales estiman que cada año se desforestan 2,800 hectáreas, mientras que en áreas académicas se habla de al menos 15 mil.

Un promedio de 148 incendios forestales afecta a una superficie de aproximadamente un millón 675,057 hectáreas y el comercio ilegal de madera es de aproximadamente 150 mil metros cúbicos por hectárea. Además, el consumo de leña para usarla como combustible es alto, al alcanzar cerca de dos millones de metros cúbicos por hectárea cada año.

Frente a esta problemática, el gobierno del estado aplicó durante 2002 un presupuesto de 175 millones 600,590 pesos para el sector forestal, el cual es el más alto en la historia de la entidad y el mayor del país. Con las convocatorias 2002 y 2002-A del Prodeplan se asignaron apoyos para plantar en el plano comercial 16,157 hectáreas, que representan un total de 104 millones 312, 200 pesos.

Con la participación de 22 municipios de diferentes regiones del estado se reforestaron 23,365 hectáreas, se inició el Programa de Parcelas Escolares para el Desarrollo Forestal y se apoyó la formalización del Fidecoagua, fideicomiso formado para el pago de servicios ambientales por captación de agua en Coatepec, Veracruz.

Sustento científico

Se ha demostrado científicamente que un árbol produce de tres a cinco toneladas de agua por año y al cortarse se pierden de tres a seis metros cúbicos de suelo en el mismo periodo, lo cual produce azolve en los ríos y durante las inundaciones. La participación de los bosques en el ciclo hidrológico es fundamental porque conservan humedad de las lluvias y permiten su filtración a los mantos acuíferos, produciendo evaporación gradual e iniciando un nuevo ciclo.

Para la adecuada conservación de los bosques, además de las fotografías aéreas, autoridades y propietarios de tierras podrán contar con un monitoreo detallado, permanente y con supervisión científica sobre los cambios hidrológicos y climáticos que puedan ocurrir y sobre su incidencia en la sustentabilidad y producción de agua en las cuencas.

El Pago de Servicios Ambientales constituye otra opción para mitigar el deterioro de bosques y selvas. Éstos son definidos como una retribución económica que pueden recibir los dueños y poseedores de la tierra por garantizar la conservación y el desarrollo de los bosques.

Uno de los proyectos más importantes de pago de servicios ambientales es el de Coatepec, Veracruz, donde la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado y por acuerdo del cabildo se aportaron 400 mil pesos de fondos federales para la creación del Fideicomiso Público para la Promoción, Preservación y Pago de Servicios Ambientales Forestales de la Zona Montañosa de Coatepec, Veracruz.

El fideicomiso recibió también 100 mil pesos de la Comisión Municipal de Agua Potable y Saneamiento de Coatepec y 500 mil pesos del Programa para el Desarrollo Forestal de la Conafor.

Elevar competitividad

El pago de servicios ambientales tiene como objetivo principal reducir la deforestación, porque se espera que genere incentivos para conservar el bosque al elevar su competitividad frente a la agricultura y ganadería. Otra meta consiste en combatir la pobreza, debido a que las poblaciones pobres son las que sacrifican ingresos al mantener los bienes públicos ambientales. Ahora recibirán ingresos por conservación y forestación.

Los principales ingresos recibidos serán por paisaje (negocios de ecoturismo), carbono (venta internacional de bonos de captura de carbono), conservación de biodiversidad (servidumbres ecológicas privadas con futuro mecanismo público) y agua (el Fondo Forestal Mexicano [FFM] canalizando la recaudación de la Ley Federal de Derechos en materia de agua y otras fuentes de ingreso).

El FFM ha diseñado dos líneas de acción: las cadenas productivas que trabajan con capital semilla nacional por 15 millones de pesos y los fondos forestales estatales por la misma suma. La segunda línea de acción son los servicios ambientales, que consiste en el pago de servicios ambientales provenientes del agua por 200 millones de pesos.

Los esquemas de pagos de servicios ambientales se fortalecerán en la medida en que aumente la relación entre zonas que pagan y las que se benefician. La asignación de fondos se debe hacer de manera proporcional a la recaudación por cuenca.

Se pagará por conservación de bosques en buen estado (bosques primarios) y por resultados (cómo se encuentra el bosque al principio del contrato y al cabo de un año). El contrato-convenio incluye un plan de acción para conservación o uso sustentable, que será definido por los propios ejidatarios a partir de un menú de opciones. Por último, cualquier acción de reforestación, capacitación, inicio o ampliación de la empresa forestal se canaliza a otros programas existentes para este efecto.

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